ꕥ 🅧︎ ꕥ

601 122 52
                                    

La noche anterior:

Seguía pensando en aquella melodía . . . El silbido de Felix, que se había asemejado al canto de un pájaro canario; ni siquiera sabía por qué seguía teniendo eso en mente, ya que eso sólo le traía una dolorosa punzada en el pecho y unas inmensas ganas de llorar hasta que quedara vacío por completo, sin nada más para dar y sin querer recibir nada, porque así podría ser o al menos verse como ellos; podría lucir vacío, apagado e inhumano.

Los no humanos no sufrían.

- Pero esa hada . . . Vi dolor en su mirada - susurró para sí mismo, estando solo echado sobre pieles dentro de aquella prisión. - ¿Hanji? ¿Así me llamó?

«- ¿No has tenido ningún sueño raro? . . . No importa. Me encargaré de que tu memoria del pasado regrese, y entonces esa será nuestra segunda oportunidad.»

- ¿Mi memoria del pasado? - continuó ondeando en el tema con insistencia. Eso debía tener sentido, y es que era difícil para una persona tan escéptica como él creer que era la reencarnación de alguien que conoció a un hada en el pasado y que en esta vida haya negado su existencia. - Si cree que soy él . . . No me verá como a un humano más.

«- Te amo, Hanji . . . Y no importa en cuántas vidas te conozca, eso no cambiará.»

- Me ama porque me parezco a él . . . No puede ser tan idiota, ¿o sí?

El amor era la droga más poderosa de todas.

Y cuando estuvo dispuesto a conciliar el sueño, pese a que su cabeza era un caos revolucionario, pudo escuchar en medio del silencio la voz de alguien llamando su nombre detrás de las rejas de aquella celda. De inmediato se incorporó y guió su vista en esa dirección, encontró una silueta puesta de cuclillas ahí, vestido con una capa blanca con una capucha que tapaba su cabellera. Todo estaba en penumbras, y temió lo peor, sin embargo, todo cambió cuando escuchó a esa voz decir:

- Jisunggie . . . El cielo me amó tanto que derramó sus estrellas sobre mi rostro; las hojas de los árboles del bosque que me vio nacer me arruyó con tanto amor que mis ojos adoptaron sus colores; mi cabello no pudo oscurecerse porque mi mente es en demasía brillante como el oro, y el sol iluminó mi primera sonrisa, por eso es que ilumino tu vida cada vez que sonrío . . . - continuó susurrando, casi apresurado, como si tuviera miedo de que lo atraparan, pero sin poder parar de decirle todo aquello con suavidad. - Soy yo: Felix.

Y supo que era él sin duda, y no porque reconocía su voz o porque había distinguido su rostro con la poca iluminación, sino porque el rubio había recitado el poema que él le había creado en su cumpleaños pero en primera persona.

Jisung se vio otra vez al borde de las lágrimas, y quizá se hubiera acercado tras pensarlo unos segundos si no fuera porque un par de guardias llegaron, obligando a Felix a pararse y explicar qué hacía ahí. El humano decidió fingir estar durmiendo con tal de que no se lo llevaran para evitar que escuchara.

- No tengo nada que ver con ese engaño. - habló Lix con firmeza. - Yo venía para acá por órdenes del emperador, y al no encontrarlos quise comunicarme con el humano pero . . . Al parecer no deja de dormir. Si me permiten, puedo arreglar el problema con eficiencia.

- ¿Por qué nuestro emperador le daría una orden tan importante al nuevo? - cuestionó uno de ellos con voz grave. - Este humano está separado de los demás . . . Nuestro emperador lo considera especial, y nos ordenó estrictamente que no dejemos que nadie lo viera.

- Si no me dejas entrar, le diré al ala derecha Hyunjin que me impediste cumplir con su orden real. - amenazó Felix con tono severo, porque esos meses estando ahí aprendió a no mostrarse débil ante nadie, algo que había hecho dentro de la aldea y con la gente de la tribu durante toda su vida. - Estoy bajo su cuidado . . . Yo . . . Yo pronto seré el ala izquierda, así que . . .

Con cariño, una flor del bosque | SKZWhere stories live. Discover now