—Y ¿Qué le pasa a este ahora? —cuestionó Ax, a punto de arrancar a perseguirlo.

Tomé el borde de su sudadera y lo tiré hacia mí.

—Déjalo solo. No le gusta que lo sofoquen cuando está mal. Necesita tiempo a solas. ¿Comprendes?

Asintió mirándome con rareza mientras se sentaba en una de las mesas redondas. Tiré el palo de la escoba a un lado y me senté junto a él, confundida. Ambos tuvimos el instinto de acostarnos sobre ella para mirar el techo, sin más.

—¿Crees que su padre murió? —dijo cortando el silencio.

La pregunta retumbó en el comedor una y otra vez por culpa del eco.

Encogí mis hombros.

—Supongo —tomé mi pelo, estresada—. Liam siempre habla conmigo de temas bastante jodidos de él que lo aturden, ¿sabes? Pero... nunca me ha hablado de su padre. Nunca.

Ax tragó grueso.

—Es difícil superar el duelo de una figura importante de tu vida —murmuró, serio— y tú lo sabes a la perfección.

—Ya, pero...

—¿Alguna vez le has hablado de tu madre a Liam?

Asentí con la cabeza no tan segura.

—No tanto, nunca me ha preguntado específicamente sobre el tema y supuse que no...

—Sí confías en él ábrete de una vez, Jade —me dijo sin apartar la mirada del techo—. Les hará bien a ambos escucharse y sacar lo que llevan dentro. Siento que ambos se entenderán bien.

—Es que...

—Aunque me cueste admitirlo, él es un buen chico —confesó al fin—. Daría todo porque estés bien.

—¿Y tú cómo lo sabes? —No pude evitar preguntar.

Él se sentó velozmente en la mesa.

—Vi como te tapaba a la noche para que no tengas frío —respondió, mirando el piso—; y créeme que eso es complicado porque te mueves demasiado cuando duermes. Te puedo asegurar que él chico no cerró un ojo en toda la noche por estar pendiente a ti. De hecho... no lo hizo, te miró toda la noche, Jade. Tuve que hacerme el sonámbulo para que no me pillara viéndolo y...

Sonreí.

—Iré hablar con él —me paré de un saltó y abracé a Alex sin pensarlo dos veces. Y sí, sus abrazos reconfortantes habían regresado—. Gracias, Alemania.

Me fulminó con la mirada.

—¡Esto de que tu novio te pegué cositas sí que no me agrada en lo absolu...!

—¡Después me contarás todo acerca de lo que sucedió con Will! —Le lancé un beso y me alejé riéndome por lo bajo.

Casi pude ver como se sonrojaba.

***

Cerca del comedor, se encontraba uno de los tantos lagos del bosque. A diferencia del primero este era mucho más pequeño y acogedor, pero sinceramente, ya ningún lugar del bosque daba buenas vibras; excepto la casa del árbol, claro. Ese era nuestro lugar mágico en el mundo.

Ladeé mi cabeza en busca del pelinegro y... sí. Allí estaba: sentado en las orillas del pequeño lago contemplando las pequeñas olas que creaba el viento en el.

Avancé unos pasos abrazándome a mí misma y me senté a su lado sin decir ni una sola palabra. Liam ni se tomó el tiempo de rotarse para ver quién era la persona que estaba sentándose a su lado, era obvio que ya sabía que contaba con mi presencia, otra vez.

Efecto Mariposa ©Where stories live. Discover now