Capítulo 1137/138: Miedo al abandono

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Protegida por el amplio abrazo de Jiang Cheng, Zhao Xiulan se sintió segura y cálida.

Después de salir, fueron a ver a la anciana de la última vez; se preguntaban cómo estaban ella y sus nietos.

Era realmente lamentable ver a una anciana cuidando de dos niños.

Cuando llegaron a casa de la abuela, ella y sus nietos acababan de desayunar pasta de maíz.

El maíz era de grano grueso, así que la abuela cambió cinco jin de arroz por veinte de harina de maíz.

Aunque la harina de maíz no era tan buena como el arroz, se podía comer durante mucho tiempo. En la situación actual de su familia, prefiere no comer bien mientras puedan sobrevivir.

Un puñado de harina de maíz hervida para hacer pasta es suficiente para que su familia de tres coma por la mañana.

La sensación de tener suficiente comida era tan buena que estaban satisfechos con su situación actual después de haber pasado hambre durante tanto tiempo.

En Nochevieja y Año Nuevo, la abuela se dió el raro lujo de cortar unas lonchas de carne y ponerlas en la pasta de maíz. Con la adición de carne picada, la pasta de maíz olía y sabía mucho mejor.

Pero las cosas buenas solo se pueden comer durante el Año Nuevo chino y es reacia a hacerlo todos los días.

La abuela también planea cambiar el resto de tocino por más granos gruesos.

Solo así podrán tener más comida y comer por más tiempo; después de todo,  deben sobrevivir a este invierno.

Cuando Zhao Xiulan se acercó, vio que la abuela y sus nietos tenían mejor aspecto y no estaban tan débiles.

Seguían siendo delgados con una tez cetrina, pero esto no se puede recuperar en uno o dos días.

Al ver que estaban mucho mejor y sin problemas, Zhao Xiulan se sintió aliviada.

La abuela volvió a agradecerle y alegó que siempre recordará su amabilidad.

Después de salir de la casa de la abuela, Zhao Xiulan fue directamente al mercado negro. Pero antes de llegar, ingresó al espacio y cambió su atuendo para evitar ser recordada.

Pensó que, el segundo día del Año Nuevo, el marcado no estaría tan concurrido; inesperadamente, había mucha gente esperando comprar comida.

Al llegar, Zhao Xiulan se dispuso a buscar un objetivo, mientras que Jiang Cheng la seguía por detras vigilando el entorno.

—Cuñada, ¿quieres granos refinados? ¿Quieres pollo? ¿Quieres carne? —preguntó Zhao Xiulan cuando se acercó a una mujer bien vestida.

—Hermana, ¿tiene algo? —preguntó sorprendida la mujer.

—¡Sí, tengo!

—¿Cual es el precio?

—Arroz y harina blanca, cuatro yuanes el jin y sin boleto; cinco yuanes el jin de fideos secos, sin boleto. El pollo cuesta diez yuanes el jin, un pollo de dos jin y ocho taels, son 25 yuanes para ti, sin boletos. La carne cuesta diez yuanes el jin y no se requieren boletos.

Cuando una mujer escuchó el precio, le pareció barato.

Especialmente en el noroeste, donde los alimentos eran escasos, la comida y la carne eran lo más caro durante el Año Nuevo.

Zhao Xiulan simplemente citó el precio de manera casual y no esperaba ganar mucho. Piensa que con solo eso ya estaría ganando mucho dinero.

—Hermana, dame todo lo que tengas —dijo la mujer sin siquiera pensarlo.

Renacimiento en los 60s de la Novia Campesina con espacio 2Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon