Al día siguiente, Zhao Xiulan fue al mercado negro para ver si podía vender algo.
Hay escasez de alimentos en el noroeste, así que lo poco que tenía a mano era un buen negocio.
Después de encontrar algunos hombres bien vestidos, Zhao Xiulan fue a preguntar y pronto completó algunas transacciones.
En comparación con otros lugares, el precio de transacción del mercado negro en el lado noroeste es aún más elevado.
No podía evitarse, hay muy poca comida y en esos días, mientras se pueda sobrevivir y no morir de hambre, no importa gastar más dinero.
El dinero es algo que no se puede llevar en la muerte. Así que es inútil retenerlo, porque para no morir de hambre hay que comprar hasta la comida más cara.
Además de vender algunos granos refinados, también vendió algunos granos secundarios.
En comparación con el precio de los granos finos, los granos gruesos son mucho más baratos, por lo que se puede comprar más por la misma cantidad de dinero. No importa si saben bien o no, lo más importante es estar lleno.
Caminando por la calle, vio a algunas personas tendidas en el suelo hambrientas, agonizando acurrucadas en la esquina, luciendo muy lamentables.
Había muchas de estas personas en la ciudad, y la situación seguro es peor en el campo.
Zhao Xiulan es muy comprensiva con estas personas que no pueden comer, no puede ayudarlas a todas.
Al ver a la pobre gente, sólo pudo lanzarles unos cuantos bollos y dumplings.
Aunque no eran una buena comida, al menos llenaban.
Al ver a una pareja de ancianos tumbados en el suelo, incapaces de moverse, Zhao Xiulan, disfrazada, sintió lástima por ellos y se acercó a tirar unos bollos.
"Hija, gracias, gracias", la anciana sostuvo el bollo al vapor en su mano y le agradeció con una expresión de inmensa gratitud.
Zhao Xiulan miró a su alrededor y dijo en voz baja: "Abuela, de nada, date prisa y come, no dejes que nadie se entere."
Si alguien se enterara de esto, podría traerle problemas.
La anciana asintió apresuradamente, "Está bien, niña, gracias."
La anciana sostuvo los bollos al vapor e inconscientemente quiso alimentar primero al anciano moribundo apoyado contra la pared: "Viejo, hay algo para comer. Vamos, abre la boca y dale un par de bocados."
Al escuchar la llamada de la anciana, el anciano abrió la boca con dificultad.
Al ver que no podía abrir mucho la boca, la anciana partió el bollo en trozos y le dió de comer unos bocados.
Después de comer, la condición del anciano mejoró.
La anciana se mostró reacia a comerlo ella misma, solo había unos pocos bollos al vapor y no quería acabarlos.
Todavía podía aguantar y guardarlos para el viejo, para que aguantara unos días más.
"Tú...tú también come..." Dijo débilmente el anciano al ver que la anciana no comía.
"Lo sé, tú come primero, todavía no tengo mucha hambre", respondió la anciana.
Al ver que la pareja de ancianos era tan lamentable, a Zhao Xiulan se le agrió la nariz y les dejó unos cuantos bollos más antes de marcharse.
Eso era todo lo que podía hacer. Al fin y al cabo, su capacidad era limitada, y aunque quisiera, había mucha gente que necesitaba ayuda, y ella no podía ayudar a todos.
