Capítulo 78 ~1a parte~

Comenzar desde el principio
                                    

El vestido era de tirantes y un poco estrecho a decir verdad, pero resaltaban perfectamente cada una de mis curvas. El color blanco perla combinaba completamente con el moreno de mi piel y el bordado de margaritas que había en los bajos, le daba este toque de elegancia e inocencia que tanto me gustaba.

Cogí el borde de la camiseta de pijama que llevaba puesta y me dispuse a quitármela, pero un leve movimiento que capté de reojo, me hizo frenar la acción. Solté el borde de la camiseta y me giré para mirar a Brad, que se encontraba en la misma postura que antes, sólo que esta vez, se apoyaba en el marco de la puerta del dormitorio.

- No, no, continúa, por favor. Haz como si yo no estuviera- me alentó sonriendo traviesamente mientras movía la mano para que siguiera desvistiéndome. Rodé los ojos divertida y me crucé de brazos.

- Brad...- le reproché.

- Vale, vale. Ya me voy- murmuró dejando de apoyarse en el marco- Tenía que intentarlo- se excusó encogiéndose de hombros sin quitar esa sonrisa de chico malo. Me guiñó un ojo y salió del dormitorio, cerrando la puerta detrás de él.

Cuando me aseguré de que se había sentado en el sofá-cama y de que no entraría por sorpresa como Harry siempre hacía, comencé a desvestirme.

«Maldita sea, Elisabeth. Deja de comparar a Brad con Harry» me reproché mentalmente.

Al terminar de quitarme la ropa, cogí el vestido tratando de no arrugarlo y le bajé la cremallera que tenía en la espalda. Abrí bien el vestido y metí un pie dentro de la prenda. Hice lo mismo con el otro y subí el vestido hasta mi cintura. Pasé los brazos por debajo de los finos tirantes y subí el vestido por completo, ajustándolo bien en mi pecho. Con un poco de dificultad, logré abrocharme la cremallera y me senté en la cama para colocarme los tacones blancos.

Una vez hube terminado, me puse en pie de nuevo y salí de la habitación para volver a dirigirme al baño donde se encontraba el único espejo de la habitación cincuenta y siete. Primero me observé de frente, revisando que el vestido marcaba bien mis curvas como en la tienda lo hacía, luego di media vuelta y por encima de mi hombro, examiné mi espalda y mi trasero, y por último, me puse de perfil y me aseguré de que el vestido no me hiciera más ancha de lo que ya era.

Terminé de verificar que el vestido me sentaba igual de bien que en la tienda y sonreí satisfecha. Cuando me lo proponía, podía hacerme ver hermosa, aunque sólo fuera por un par de minutos.

- ¿Qué tal estoy?- le pregunté a Brad tímidamente mientras salía del baño y me dirigía hacia donde él se encontraba. Aunque yo misma hubiera confirmado que el vestido me sentaba como anillo al dedo, quería saber la opinión de un hombre, porque si a Brad no le gustaba, ya podía olvidarme de mi intención de impresionar a Harr-, quiero decir, a Jay y a Marcos.

Brad apartó la vista del televisor y la posó sobre mí. Abrió los ojos al verme y luego silbó en aprobación.

- Estás muy violable, nena- me elogió mordiéndose el labio mientras observaba descaradamente mis pechos.

- Eh...¿Gracias?- respondí frunciendo el ceño un poco confusa. ¿Eso era un cumplido?

Brad rió ante mi mueca de desconcierto y apagó el televisor. Se puso en pie y caminó hacia mí dirección. Yo observaba cada uno de sus movimientos desde mi posición. Esa sonrisa de lado que tenía en su rostro no me daba confianza. Cuando Brad me hubo alcanzado, sus manos se posicionaron en mis caderas y atrajo mi cuerpo al mío, haciendo que nuestros pechos se tocasen. Como acto reflejo, posé mis manos en su fuerte torso y bajé la mirada sonrojada.

- Estás preciosa...- susurró acercando su rostro al mío. Su respiración chocó contra mi mejilla y mi piel se erizó, causándome leve un escalofrío.

Mi príncipe azul |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora