CAPÍTULO 27

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Su nombre

Sergio siempre supo su nombre desde el principio, pero quería forzar su realidad, ocultar la verdad que ella facilitaba muy bien. Ahora reflexionaba y se decía que desde un principio debió confesarle a Marcos lo que sentía, no tenía que haber utilizado a aquella chica, ahora estaba sentado en aquella cafetería, viendo como era feliz con Roger.

Tomo de su taza, Sergio conocía a aquel chico— si me acercaba un poco más podría mirarle el rostro.

Sus sospechas eran ciertas pero aun así se sorprendió, era el hijo de la profesora Sonia, recordó cuando aquel chico y él se cruzaron en el baño, pero solo tuvo intenciones de saludarlo. Se levantó, comenzó a caminar, algo dentro de él le dijo que se acercara a ellos.

—Hola Zamire, Hola Roger—saludos a ambos. La chica sorprendida se levantó del asiento.

—Sergio ¿Qué haces aquí? —Roger se quedó sentado mirando al joven.

—Zamire, vengo en son de paz, debemos hablar, arreglar las cosas entre nosotros, han pasado tres meses…

—Sergio no es momento para conversar de eso…

—Zamire escúchalo, por mí no hay problema.

—Tu cállate Roger, no tienes por qué meterte en esta conversación —grito la chica.

—Roger no te hagas el noble porque no lo eres —miro al chico — y Zamire quiero pedirte perdón por lo que hice, antes de que me dijeras que salías con este saco de neuronas, ya sabía que me engañabas, lo sabía.

La chica se sentó.
—Me llegas a decir esto ahora ¿Por qué Sergio? Eres un idiota.

—Esto se pone interesante —expreso Roger —mejor voy al baño, los dejo solos un momento.

—Discúlpame, te utilice como un juego, la pieza de ajedrez que nunca pensé que caería. Estando contigo te aprecie, te miraba y me preguntaba si esto era amor o buscaba un alivio al dolor que encubría con palabras desagradables. Al saber que Marcos salía con Lucas, no sabía cómo actuar, la rabia que asumía por dentro la quería dejar surgir, no podía porque estaba contigo, no debía demostrar que el me importaba. Por eso no quería apartarme de la casa, ahí donde está el amor que pensaba que era para la eternidad…

—Ya esa historia la escuche, pero, no, no debiste utilizarme a mí, si de verdad sentías amor por él, no tenías que esperar que llegara otro chico a su vida, no Sergio, ni tú sabes lo que quieres. Te diré algo, la soledad no es para siempre, dependerá de tu rigor, en este momento no perdonare lo que hiciste, porque eso no tiene nombre. Tal vez en un futuro y no le des mucha importancia a lo que yo piense.

—Bueno Zamire, estás en tu derecho en no aceptar mis disculpas—la miro a los ojos perlas que la chica poseía.

–Otra cosa, no te metas en la relación de esos dos chicos, son tan felices juntos, como para que tu perjudiques lo que han construido —tomo de la taza del café.

El chico no respondió al comentario de Zamire.

—Debo irme, disculpa lo malo que te cause —Fue lo último que dijo y se retiró del lugar.

— ¿Lo malo que causo? Que no hizo ese tipo al entrar a nuestras vidas —coloco los codos en la mesa y agarro su cabeza —por lo menos se acercó a disculparse. Pienso que no dejará tranquilo a Marcos, tendrá que hacer todo lo posible para apartarlo de su lado.

—Ya se fue el necio… —le dijo Roger acercándose nuevamente a la mesa.

—Sí, ya se largó, me siento mal por él. La verdad veo que no tiene rumbo alguno.

***

¿Por qué tuve que decir su nombre?
Ahora que le diré, como justifico lo que dije. Lo que hice anoche fue patético.
No incumbe recordarle a Sergio. Soy un pésimo amor para él.
Observarlo mientras duerme, su rostro tan delicado. Sus labios carnosos.
Su piel canela que me enloquece. Pertenece a mis sentimientos.

La noche anterior…

—Lucas te amo —le expresaba Marcos mientras besaba los labios del chico y le acariciaba el cabello.
Luego de un momento Lucas bajo hasta el miembro de marcos acariciándolo suavemente, las caricias erizaban los pelos de su piel. Le retiro la camisa, y se dirigió a su pezones, llevo su lengua a ellos e hizo lo mejor que podía hacer, Marcos lo observaba, su rostro mostraba que le encantaba lo que su chico hacía. Llevo  sus manos a la cabeza de Lucas, durante ese segundo ambos se miraron, Lucas había entendido lo que quería Marcos, bajo hasta su bóxer, y en ese preciso momento a Lucas se le vino a la mente una pregunta que nunca tuvo que haber pronunciado, se odio a sí mismo después de aquel instante. La escena pasó de ser caliente a ser totalmente fría, la erección de Marcos se vino abajo.

A la mañana siguiente…

— ¿Qué me ves? ¿Qué hora es? —Expreso Marcos molesto.

—Como duermes mi amor —miro el teléfono —son las once de la mañana.

—Zamire me matara, quede con ella para ir a la cafetería — dijo levantándose de la cama.

—Eso, ella vino preguntando por ti, vio que estabas durmiendo y no quiso despertarte. Se fue con Roger.

—Ok… iré a bañarme. Debo salir — Se quitó el bóxer y se fue al baño.

—Ve dúchate.

Minutos después Marcos estaba metido en la regadera, enjabonando su cuerpo cuando entro Lucas.

— ¿Qué haces Lucas? —le pregunto al ver que el chico entro y se metió bajo la regadera.

—Bañarme contigo —se acercó.

—Muy bien sabes que no estoy contento con lo de anoche, decir su nombre en ese instante me afecto. Cómo pudiste hacer eso — lo empujo —sal del baño por favor.

—Discúlpame Marcos, no tiene excusa lo que hice, se me vino de repente, ni yo mismo se porque pregunte —Se aproximó a los labios de Marcos y empezó a besarlo —perdóname no lo volveré a cometer, te quiero demasiado para hacerte daño.
El chico respondió al beso, después de unos segundos lo alejo.

—Está bien, ahora sal, quiero bañarme solo.
Lucas salió afligido del baño, sin más que responder, ni opinar a Marcos.

¿Sergio todavía te busca? Marcos todavía tenía todo muy fresco. Se preguntaba cómo había sido posible, sentimentalmente lo había herido. Sabía que Lucas lo estaba provocando, Lucas estaba jugando con fuego, pero Marcos sabía que podía quemarse por qué Sergio seguía buscando sus besos, sus caricias, Sergio deseaba amanecer a su lado y Marcos contemplaba estar en sus brazos.

La atención de Sergio lo estaba atormentando. Salió de la regadera, se miró al espejo.

—Hoy aclarare todo con Sergio. Aprovechare de que Zamire y Roger estarán por fuera un largo tiempo, Lucas debe ir al trabajo —salió de baño —Lucas ya se marchó, se habrá enojado.

Tomo el teléfono comenzó a testear.
Hola Sergio, ya estoy cansado de ti y tus acosos, lo que tengas que decirme ven y háblemelos.
Te espero en la casa a la una.

Love At HomeWhere stories live. Discover now