CAPÍTULO 19

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Confesión

¿Por qué me dijo eso? ¿Qué le está pasando a ese chico? No debí tener sexo con él. Ahora si me estoy dando golpes de pecho. Es tan complicado vivir así de esta manera —Zamire no dejaba de pensar en Roger, el engaño la estaba matando. De pronto la voz de Sergio la saco de sus pensamientos.
¿Por qué tienes esa cara?

—Nada Sergio, pensando. ¿Cómo estará Marcos y su novio? después de la muerte de la señora.

—Ah, eso, deben estar bien. No te preocupes mucho por eso. Lucas es fuerte.

—Sabes… un día que Lucas nos visitó, le hable de ti, pero dijo que no te conocía —lo miro a sus verdes ojos.

—Seguro ya estábamos peleados —quito la mirada.

—Y ¿Por qué pelearon ustedes?

—Una tontería de la universidad.

Zamire decidió no darle más vueltas al asunto, ya Sergio solucionaría sus problemas.

—Amor iré a bañarme. Después de lo que acaba de pasar, debo sacar todo—sonrió.

—Ve amor, yo me iré, debo comprar unas cosas para Marina.

Zamire se fue al baño y abrió la ducha. El agua le caía por todo el cuerpo lavando sus pétalos, el centro de su flor y pensando en la confesión que Roger le había hecho. “Zamire sabes desde ese día que estuvimos en el salón, me dejaste enloquecido, no solo por el sexo si no que siento que te amo, que aspiró vivir cada momento a tu lado, despertar contigo, sonreírte cuando estés llorando. Zamire esto me está dañando, deseo ser más que una aventura para ti. Sé que tienes novio, pero yo te amo” Cada mañana que despertaba pensaba en aquello que le había dicho Roger. Cada vez que se acostaba junto a Sergio aquellas palabras la invadían, aquellas palabras, era una mierda estar así, vivir con Sergio, pero pensar en Roger. ¿Qué podía hacer hago? Como salía de aquel dilema y no podía contarle a Marcos, pero debía hacerlo, si no explotaría. Él podía decirle que hacer, porque realmente la estaba volviendo loca, pensaba que no era correcto jugar con los dos, y sabía que debía decidirse si dejaba a Sergio o se alejaba de Roger.

Salió de la regadera y se miró al espejo — ¿Quién pensaría que estaría entre dos hombres? Zamire tu cuerpo tiene poder —mostró una sonrisa a su reflejo y toco sus senos —por eso estoy así, todo es un juego —salió del baño, ya Sergio había bajado —me vestiré para despedirme.

***

—Marcos debo decirte que me iré para Caracas con mi tío. Por estos días y mitad de enero —Le decía Lucas sentado en la cama de Marcos.

—¿Lucas estas seguro? Si eso te hará bien. Perfecto puedes ir.

—¿Pero no te molesta? si quieres te vienes conmigo.

—No, Lucas ve tú. Aquí estoy bien, además, voy a acompañar a Zamire para la cena del veinticuatro en casa de sus padres.

—Actúas así por lo de Sergio verdad.

—No Lucas, todo está bien, yo confió en ti, solo no te olvides que aquí estará tu novio esperando por ti—sonrió.

—Cómo olvidarme amor —Se acostó a un lado del chico y lo beso.

¿Cuándo te vas? —Le pregunto marcos sonriéndole.

—El veintitrés o sea, mañana —Marcos miro a Lucas directo a los ojos café —Si amor, ya me voy para ir a hacer las maletas.

Los dos se levantaron de la cama. Lucas se colocó el suéter, Marcos salió mostrando sus pectorales, al salir de la habitación vieron a Sergio sentado en el sofá. Los chicos no le dieron importancia ignoraron su presencia, Marcos se despidió de Lucas, cerró la puerta y se dirigió a su cuarto.

—Acaso no te dijo que te conoció gracias a mí, es un perro ese Lucas — expreso Sergio de piernas cruzadas.

—Cállate sí. No lo llames perro, porque tú eres peor.

—Peor a que dime. A que estas con él por interés, di le verdad, carita de…

—Carita de que. Mejor no hables si no quieres que te dé un golpe.

—Ven y me lo das. Para que veas que esos músculos te los bajo al suelo.

Marcos se acercó a Sergio para golpearlo, este se levantó del sofá, lo abrazo y lo aproximo a la pared, acerco su boca al oído.

—Marcos verte con él me pone celoso, no sé qué está pasando, pero…

—Pero nada, aléjate si, no vengas con eso.

Sergio lo soltó —Marcos te confieso que quiero tocarte, anhelo besarte, sentirte. Maldición ¿Por qué estas con Lucas? Que le ves a él.

¿Qué está pasando aquí? —venia Zamire bajando las escaleras.

—Nada amor conversaba con Marcos de cómo sigue Lucas.

—Si Zamire era eso, preguntaba ¿Qué si Lucas y yo éramos felices? ¿Qué si ya mis papás saben? ¿Qué cuanto llevábamos de pareja? Tú sabes, el muy entrometido —le explico a su amiga mientras se dirigía a su habitación.

—Amor cuando interés, pensé que ya te habías ido.

—Bueno yo me iré a dormir, chao Sergio.

—Zamire últimamente me cae mal Marcos —sonrió —sí, ya me voy amor—se aproximó a ella y le dio un beso.

—Que paces feliz noche mi chocolate blanco.

Cuando quedo sola se sentó en el sofá y pensó en Marcos y Sergio. No creía que estuvieran hablando de eso. La mirada de Sergio no era común, pensó que quizás estaban discutiendo, pero decidió irse a dormir, en la mañana debía ir para donde sus padres, su día sería muy estresante….

Veintitrés de diciembre.

Marcos muy temprano se fue a despedir de Lucas que viaja para Caracas con su tío. Luego regreso para irse con Sergio y Zamire para la casa de los padres de esta.

Los tres chicos regresaron el veintisiete. Año nuevo lo recibieron en casa de Marina y Carlos, que por fin conocieron a la novia de su hijo.

Entro el nuevo año, la tranquilidad se estaba sintiendo, a finales de enero regreso Lucas de su viaje de Caracas. En febrero decidió vender la casa y se residenció.

Los meses comenzaron pasar con normalidad. Los chicos no se estaban llevando bien, pero trataban de convivir. Sergio lleva cinco meses viviendo junto a Zamire, después que se enojara con Carlos.

Lucas perpetuaba residenciado, seguía en la universidad y en su  trabajo.

Marcos continuaba viviendo junto a su amiga y su novio, visitaba a su hermanita de vez en cuando. Lucas lo visitaba continuamente. Pero no se quedaba a dormir.

Julio, un mes en el que la realidad los golpearía a la cara, todo estaba  por salir a la luz. Y no todos estaban preparados para la verdad.

Love At HomeWhere stories live. Discover now