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C a p í t u l o : 1 3

EDMON:

Un maldito nudo se forma en mi garganta cuando despierto y la veo a mi lado. Me levanto a toda prisa y llego al retrete para vaciar la carga de mi estómago.

Todo da vueltas en un terrible intento por entender lo que ocurre. ¿Cómo pude dejar que algo así ocurra? Me he enamorado de Heverly.

Me miro los pies descalzos mientras continuo respirando con dificultad. El sentimiento es una mierda comparado con cualquier otra cosa. Me enjugo la boca y salgo nuevamente hacia la habitación.

Ella continua en la misma posición, sus ojos cerrados, su respiración tranquila. Estoy cien porciento convencido de que no hay nada más hermoso que verla dormir. Todavía tengo el dulce sonido de sus gemidos grabados en mi cabeza. Todavía llevo el sabor de sus besos en mis labios.

Me encanta. No puedo mentir. Adoro la forma en la que me mira y me sonríe. Adoro el idioma en el que su cuerpo habló hace un par de horas. Es una chica preciosa, llena de sueños y metas... Metas que yo no puedo impedir que cumpla.

Quedarse conmigo la condenaría a hundirse.

Joder, es la maldita primera vez que siento que puede existir algo diferente para mí. Y caigo en cuenta de que soy lo suficientemente mierda como para permitirme disfrutarlo.

Su padre tiene razón. Su futuro está lleno de colores, y yo no puedo teñirlo de negro.

Es una puta mierda.

Me quedo sentado junto a la cama durante las siguientes horas. Veo como ella duerme, me aprendo cada una de sus facciones. Me rompo a mí mismo, incluso más de lo que ya lo estoy.

Para cuando el sol sale y sus ojos se abren, sé que no tengo idea de qué decirle.

—¿Edmon? ¿Ocurre algo? –pregunta aun adormilada.

Intenta sentarse en la cama y yo me pongo de pie. Camino de un lado a otro mientras me llevo las manos a la cabeza y ella me mira preocupada.

—Heve, tú y yo no podemos ser. –suspiro.

Sus ojos se entrecierran en confusión.

—¿Qué dices? –su voz comienza a sonar rota y preocupada. Se pone de pie y me enfrenta.

¡Maldita sea! ¿Cómo puedo hacer esto sin romperla?

—Puede que yo esté lo más alejado posible de la sociedad, pero aun así sé lo que una chica quiere y se merece. Y tú no puedes tenerlo conmigo.

—¿Edmon...?

—Joder, sabes de lo que hablo. –me paso una mano por la frente y vuelvo a mirarla. —Tú y yo no podemos pasar. Somos muy diferentes.

Se queda de piedra al escucharme. Pero rápidamente de su boca se escapa una risa irónica.

—Oh, por Dios, ahora es el momento de oír eso... 

—Solo lo digo porque no debes hacer esto conmigo.

Me mira y comienzo a ver la furia en su mirada. Quiere patearme las pelotas, y no la culpo.

—Me han dicho qué hacer y qué no toda mi jodida vida. Creí que te había dejado claro cuánto lo odio, y ahora también te pones a manejarme. –farfulla. —¿Entonces solo me has usado?

—¡Joder, claro que no!

—¿Y no pudiste decirme todo esto antes de haberme comido el coño? –se queja, y comienzo a ver las lágrimas formándose en sus ojos azules.

Lado Peligroso حيث تعيش القصص. اكتشف الآن