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Kurt

—Tus ojos son muy lindos. Son muy penetrantes, ni siquiera puedo mirarte tan fijamente porque me siento nerviosa. —Murmuró Keisi mientras entrecerraba los ojos para mirarme.

—No tienes porque sentirte nerviosa. No es la gran cosa.

—Es la gran cosa. Mis ojos también son grises, pero no son nada comparado a los tuyos. ¡Quisiera tenerlos así!

Sonreí y le aparté un mechón de cabello evitando tocar su frente. Ella se sobresaltó un poco pero solo sonrío. Me había dado cuenta de que comenzaba a dejar que la tocaran más seguido, aún hacia muecas, pero la veía un poco más segura.

—Vaya mierda de lugar en el que vivimos. —Dijo mientras miraba a dos hombres pelear en la esquina de la cuadra.

Nos encontrábamos sentados en las escaleras fuera de mi casa. No tenía intención de mostrarle donde vivía, pero ella había sido tan necia que no pude negarme. pasábamos el rato sin hacer nada y platicando sobre cualquier cosa.

Tenía que admitir que me sentía cómodo con ella.

—Podemos largarnos cuando quieras. —Le di un codazo y ella suspiró.

—Ya lo he intentado, al ser menores de edad nuestros padres nos buscarán.

—¿Por qué lo harían? Nuestros padres son la mierda andante, no entiendo el afán de mantenernos con ellos si no tienen una pizca de amor por nosotros. —Me quejé.

—Quieren que suframos junto a ellos. —Recargó su barbilla en una mano y miraba a los hombres pelear. —Para alejarnos de ellos necesitamos algo más que solo irnos.

Nos quedamos en silencio, lo cual provocó que una idea rara me cruzara por la cabeza. Me reí sabiendo que era una locura. Keisi me miraba con extrañeza.

—La única forma de salir de nuestras casas es que nuestros padres mueran.

Ella me miró con los ojos abierto y sonrío. Asintió con la cabeza con efusividad.

—Eso es lo que tenemos que hacer Kurt. Solo tenemos que deshacernos de ellos.

—Sabes que lo dije de broma, ¿verdad? Es imposible deshacernos de nuestros padres sin que nos atrapen. En lugar de que nos persigan nuestros padres, nos perseguirán la policía.

Keisi se puso de pie y comenzó a caminar de un lado a otro.

—Eso no se piensa Kurt, solo hay que hacerlo. ¿Qué podemos perder?

—¡Nuestra libertad!

—Ja, nunca hemos sido libres. —Sonríe con tristeza.

Me pongo de pie y la tomo de los hombros con delicadeza, ella me mira con cansancio. Sus ojos cada vez se ven más tristes y con enormes ojeras debajo de su ojos. Creo que el color de ojos no es lo único que compartimos, sino también el insomnio, pero las razones son diferentes, pero igual de desgastantes.

—No me gustaría que te involucraras en ese tipo de cosas. Es peligroso.

—Pero...

—Si lo que deseas es deshacerte de tu padre entonces lo puedo hacer por ti. Pídeme lo que quieras y lo haré con tal de que al fin seas feliz.

Keisi abrió los ojos sorprendida y negó con la cabeza.

—Seré feliz cuando tú también lo seas. Te lo mereces. —Miro la puerta de mi casa, de donde podía escucharse la televisión a todo volumen y de donde también se alcanzaba a percibir un olor concentrado de marihuana y otro químicos. —Podemos arriesgarnos.

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⏰ Last updated: Jul 05, 2023 ⏰

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MURDERWhere stories live. Discover now