7. DATE.

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—¡No, no, y no!— exclamó cierta castaña mientras arrojaba los papeles que sostenía, con molestia. —Nada de esto sirve para regresar…

Había pasado ya un mes, diez días, seiscientos minutos con doscientos cuarenta segundos,  desde su llegada al reino humano, y aún no podían encontrar un modo de regresar a su hogar. Es por eso que, cierta joven humana, llevaba casi dos semanas encerrada en el sótano de su casa, mismo que acondicionó como oficina improvisada para tener en orden cada avance, sin embargo, las cosas no estaban saliendo como esperaba y, en su obsesión, comenzó a alejarse de sus amigos, quienes tenían prohibida la entrada al lugar, claro, haciendo algunas excepciones, entre ellas Vee y su novia, las cuales se encargaban de llevarle comida, pues solía olvidar alimentarse correctamente, siendo así como acordaron que ellas dos serían las únicas en poner un pie ahí, mientras los demás se encargaban de ayudar a la veterinaria con las tareas domésticas y se centraban en sus respectivos empleos.

Aunque lo que a ellos más les preocupaba era que Luz enfermara debido al estrés. Se estaba presionando demasiado y eso definitivamente no era nada bueno.

—Perdona que te moleste, se que prometí estar callada, pero no puedo evitar notar que luces muy cansada.— habló cautelosa la basilisco, quien se hallaba sentada a espaldas de su hermana, viendo desde hace mucho los ataques de frustración que invadían a la menor. —Deberías tomar un descanso al menos para comer, desde que te traje la comida no has probado bocado, te vas a enfermar, Luz.

La mencionada se alzó de hombros mientras escribía en un pequeño cuaderno.

—Agradezco tu preocupación, pero estoy bien, sólo terminó esto y comienzo a comer, tranquila.

—Dices eso siempre que Amity o yo te dejamos la comida, y cuando regresamos por tu plato sigue lleno, ni siquiera porque nos sentamos a vigilarte haces un esfuerzo para comer.— le regañó. —¿Quieres que le hable a mamá? ¿O prefieres que vaya por Amity? 

Un suspiro brotó de sus labios al escuchar aquella reprimenda, y sin más remedio hizo a un lado su libreta para luego jalar el plato de sopa y comenzar a comer, provocando que la joven a sus espaldas sonriera.

—¿Ves? No era tan difícil.— murmuró para luego ir y sentarse en una silla frente a ella, haciéndole compañía en lo que comía. —También deberías salir un poco, sólo vas de la casa a la escuela y viceversa, no te encierres más.— le aconsejó.

Luz bufó.

—No hay tiempo, cada minuto que pasa podría ser mortal para los brujos de las Islas, ya me distraje demasiado con la escuela y la dichosa obra, no puedo perder más tiempo.

Vee hizo una mueca al escucharla. No podía creer que quisiera ayudar a todas las personas que le dieron la espalda a ella y su familia adoptiva. Aquella joven vaya que era bondadosa. La admiraba.

—Al menos descansa un día, si te enfermas tardarás aún más en encontrar una solución.— suspiró. —Mira, para que tomes un respiro, ¿qué te parece si salimos con mis amigos? Ellos mueren por conocerte luego de todo lo que les conté de ti, te admiran demasiado, así que sería un honor para ellos verte en persona.— sugirió. —¿Qué dices?

La morena seguía dudosa. No quería salir, no cuando ya estaba avanzando en su investigación (o eso quería creer). Lo que menos podía hacer era perder el tiempo saliendo de paseo, haciendo tareas, actuando en obras, incluso comer lo consideraba innecesario. No sabía cómo rechazar la oferta de su hermana sin sonar maleducada.

—Te lo agradezco, enserio, pero…

Unos toquidos en la puerta interrumpieron aquella conversación, y tras recibir la aprobación de la joven castaña, cierta pelimorada entró.

[SEMI-AU] [THE OWL HOUSE] [LUMITY] [WINTER]                           ▪️MAISON▪️Where stories live. Discover now