Capítulo 11

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Cuando el notario le dio la noticia, algunas personas del pueblo lo escucharon. En cuestión de segundos, todo Yandong Folk Village se había enterado.

Pese a que fueron pocos los asistentes a la lectura del testamento, todas las personas restantes y que aún no se habían ido, estaban pendientes de lo que sucedía en la biblioteca de Ho-seok, donde se realizaba dicho trámite.

Las estipulaciones del testamento eran sencillas. Dejó un pequeño monto de dinero a todos sus empleados, a Min-ho le dejó un poco más y una casita de verano que poseía en otro pueblo para que él hiciera con ella lo que estimara conveniente, luego de esto los empleados se retiraron de la biblioteca sumamente complacidos con la generosidad de su amo.

Robert, el asistente del notario preparaba una carpeta con la copia del testamento.

Jungkook estaba un poco aturdido, miró al notario enarcando una de sus cejas.

- Si desea vender Villa Jung, puedo poner en marcha su gestión- le ofreció el notario.

Jungkook negó con la cabeza.

- No pienso vender- su voz era firme al decirlo, sorprendiéndose el mismo al decirlo- dígame, ¿ había alguien más interesado en la herencia?

- No. Ho-seok no tenía familia, ni siquiera parientes políticos- le respondió el notario- éste documento fue redactado hace tres años atrás y no había hecho otro testamento antes.

Jungkook tenía mucho en que pensar, así que despidió al notario y regresó a Villa Park a través del bosque. El notario se hospedería en la posada del pueblo y como él aún no vivía en la mansión de Ho-seok, prefirió no invitarlo a quedarse allí.

Se recordó mandar una nota a Gabriel, Diablo y a sus padres informándoles de lo sucedido.

Suspiró pensando en la responsabilidad que su amigo había dejado sobre sus hombros. La responsabilidad de sus sirvientes, de la mansión, de su colección y tampoco se debía olvidar del jardín en memoria de Rose. Y esto último era lo que más le preocupaba.

Sabía como cuidar su colección porque el mismo Ho-seok se lo había enseñado...pero no tenía idea de plantas y flores, eso nadie se lo había enseñado.

Siguió caminando enfrascado en sus pensamientos, hasta que una furia vestida de negro apareció por un lado del sendero.

Jimin se quedó sin aliento tras el choque. Reconoció de inmediato quien lo sostenía y empezó a retroceder lentamente avergonzado de su torpeza.

El muy descarado lo miró con arrogancia.

- Disculpa- se excusó Jimin y volteándosese se dirigió hacia su casa.

Jungkook lo alcanzó rápidamente sonriendo con sus ojos. El muy malvado le hacía la vida difícil.

- Se te da muy bien hacer eso- murmuró Jungkook deliberadamente provocador.

- ¿ El qué?- preguntó de mala gana Jimin.

- Disimular tú mal genio. ¿ Qué te ha molestado ahora?- le preguntó Jungkook.

- Una persona que se muestra insoportable. En realidad tres personas- respondió enojado Jimin.

Jimin no le dijo que él era uno, junto a Ana María y Robert. Jungkook había heredado Villa Jung, a Ana María casi le da un ataque de nervios ante el peligro de que encontrara las cartas y Robert confirmando tal posibilidad y negándose a que el Alfa se enterará de las misivas.

Todas sus esperanzas se habían derrumbado, Ana María se negaba rotundamente a que develará su secreto. Había dejado a su amiga junto a Robert bufando de rabia y para calmarse había caminado hacia el bosque y para colmo se había topado con Jungkook.

 Educando un Omega On viuen les histories. Descobreix ara