Capítulo 36

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Cuándo Jungkook  le había preguntado que quería del matrimonio él aún no tenía una idea clara.  Ahora ya había perfilado una respuesta.

Quería compartir, quería que trabajarán juntos, se amarán juntos y vivieran juntos, y pelearan juntos.  Quería compartir su vida y que él compartiera la suya.  Ése era el trofeo por el que valía la pena arriesgarse a unir su vida a un tirano protector.

¿Cedería él ?¿le dejaría llevar las riendas a veces?¿ era realmente capaz de compartir el mando?

Sonriendo se volvió para recibir a Basil mientras en su cabeza seguían bullendo todas esas preguntas.  Basil le entregó una copa de cóctel y ella lo compensó concediéndole el siguiente baile.  Con Jungkook habían acordado esperar un rato antes de ir a inspeccionar a Lee, por eso ambos estaban bailando y conversando con otros invitados,  haciendo tiempo.

Jungkook lo vio intercambiar una reverencia con Basil,  antes de tomar sus  manos para bailar.  Al punto se vio obligado a centrar la atención en su propia pareja, una tal Omega señorita Moo.

Lady Lee se  había tomado grandes molestias invitando a todas las Omegas solteras de la zona. Por su parte Jungkook había estado tentado decirle que no tenía necesidad de esforzarse tanto,  porque él ya había elegido al Omega que iba a ser tu esposo. Antes esta palabra le producía escalofríos, pero ya no.  Había renunciado a oponerse a su destino.  Era demasiado deseable para rechazarlo. 

De todos modos tenía que desempeñar su papel social y sabía representarlo a cabalidad,  cautivando a las Omegas, conversando con los caballeros  Alfas, actuando como el Alfa ideal.

Él y Jonás, el hermano de Jimin, se turnaban para vigilarlo, porque con demasiada frecuencia, el Omega se olvidaba del peligro.  Por lo tanto él y Jonás debían velar por él, para que no corriera riesgo alguno.

Mientras bailaba Jungkook aprovechó de mirar a la gente en el salón. Lee contemplaba a sus invitados con expresión aprobadora y mirada patriarcal, su madre era el centro de un ramillete de voluble de Omegas y Lucas el secretario de Lee, ayudaba a atender los invitados. Las omegas de la localidad parecían encontrarlo atractivo y enigmático, advirtió Jungkook.  El secretario era un hombre atractivo pero muy reservado y su actitud sugería que no tenía interés en  entrometerse en territorio ajeno.  Su éxito con las omegas era visible, sólo con ver a la Omega que bailaba con él uno se daba cuenta de eso. La muchacha lo miraba con adoración y no obstante el secretario hacía como si no se diera cuenta.  Jungkook observaba algo extrañado.

Cuando terminó el baile,  Jungkook dedicó una reverencia a la Omega que bailaba con él y tras excusarse fue a reunirse con Jimin.  Éste lo recibió con una sonrisa y una mirada tan cálida, que lo impulsó apretarle la mano con cariño,  luego intercambio un saludo con Basil.

-  Que oportuno verlo señor Jeon, precisamente iba a mencionar que es sabido que Jimin se ha visto obligado a pasar dos días en su mansión por motivos de seguridad...Debe ser muy aburrido para Jimin y además lo debe distraer a usted de su trabajo- dijo Basil con un aire condescendiente que proclamaba con elocuencia que sus palabras eran sinceras- Basil le sonrió a Jimin- mañana por la mañana te mandaré el carruaje,  mamá estará encantada de que pases el día en casa.

Jungkook miró a Jimin y al ver su expresión imperturbable, reprimió las ganas de aplaudir.

- Gracias Basil, eres muy amable,  pero tengo otros planes para mañana- le respondió Jimin con una sonrisa.

- Vaya, ¿de veras Basil se contuvo de preguntar cuáles eran esos planes- en ese caso tal vez pasado mañana.

- Es domingo. Así que queda descartado- le dijo Jimin- como la tarea en que estoy cooperando con el señor Jeon está aún por inconclusa le seguiré prestando mi ayuda en la mansión.

 Educando un Omega Where stories live. Discover now