DIRTYBOY [HyungKi] [Monsta X]

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—Cariño, ya estoy aquí —Kihyun cierra la puerta detrás de su espalda, esperando a que su esposo le responda.

No es un secreto de que gana bastante bien con su trabajo, de lo contrario no sería tan reconocido y aclamado por varias marcas. El edificio en el que viven es moderno, espacios, ideal para una familia de tres personas. Una sala, una cocina, dos baños y dos habitaciones en un piso superior. Extravagante como a Kihyun le gusta, pero sin ser codicioso ni soberbio. Gozando de la comodidad.

Kihyun se sintió en Disney Land cuando fue a comprar las cosas para decorar la casa. Muebles modernos y preciosos que se muestran siempre relucientes a la vista de cualquiera y que no tiene problema en limpiarlo él mismo luego de llegar de trabajar. Algunas paredes de la casa están pintadas con hermosos tonos de naranjas, rojos, verdes y azules suaves con la perfecta armonía que busca trasmitir, pero que no dejan de ser llamativos y agradables al ojo humano.

Yoo ve a su esposo sentado en el sofá con su móvil con una encantadora e ilusionada sonrisa en su rostro, acercándose a él para sentarse a horcajadas sobre su regazo. Alegre de estar de regreso en casa después de acabar con la jornada. Las pequeñas y regordetas manos del gran fotógrafo descansan sobre los hombros del musculoso muchacho de tez morena que bloquea el móvil para mirar a su pareja con neutralidad. Esa mirada de la que Kihyun comenzó a acostumbrarse hace ya varios años atrás. Sin amor, sin pasión, sin deseo como solía mirarlo cuando se conocieron. Y eso, a decir verdad, lo deprime bastante de tan sólo pensar en que su relación está cayendo en picada, por más que no quiera admitir que se trata de una realidad inevitable.

—¿No ibas a venir más tarde? —habla el hombre de cabellos oscuros, aunque muy en el fondo lo hace simplemente porque debe hacerlo, no porque quiere.

—Salí más temprano esta vez—los cortos y gordos dedos de Kihyun se enredan en la cabellera contraria, sintiendo lo sedosa y suave que es la misma.

Son Hyunwoo asiente, restándole importancia para continuar en lo que estaba antes y pasar de la muestra de cariño de quien, gracias a un papel que firmó hace unos años, dice ser su marido.

—¿Dónde está Chang? —pregunta Kihyun en voz baja con total dulzura, pretendiendo que no le dolió en lo más mínimo el gesto de su esposo.

—Pasará la noche en la casa de un amigo suyo —suspira Hyunwoo mostrando desinterés en su tan preciado Yoo Kihyun.

Son Changkyun es el hijo que Hyunwoo tuvo con una mujer a los diecinueve años antes de conocer a su actual marido, en un bar un año después de su nacimiento. En un embarazo de riesgo que la madre de todas formas quiso llevar hacia delante, trajo al mundo a un precioso niño, que acabó por dejar a Hyunwoo viudo y con un hijo del cuál hacerse cargo a una muy temprana edad. Aún no se independizaba de sus padres, el sueldo que tenía era algo mediocre y apenas conseguía tener algunos ahorros gracias a que sus padres se encargaban de la comida. Al final, un año después la vida pareció sonreírle y le envió a Yoo Kihyun justo en el momento donde Hyunwoo creía que lo mejor era dar al niño en adopción, caído desde el cielo siendo su salvación a todos sus problemas.

Todo pareció mágico en un primer momento. Salían, se divertían, había una clara conexión por parte de ambos. Hyunwoo lo miraba con ternura, le hablaba mostrando mucho interés en él. Jamás quiso contarle acerca del hijo que traía por miedo a que Kihyun desapareciera de su vida ante el horror de estar saliendo con un padre soltero. Sin embargo, terminó por enterarse un día que cayó de sorpresa en su casa. De más está decir que se vio sorprendido al notar la fascinación y el enamoramiento de su amante hacia el bebé que a segundos de saber sobre su existencia, ya lo traía en brazos. Eso dio inicio a una relación formal y facilitó demasiado la vida Hyunwoo con el paso del tiempo. Los dos estaban en una situación algo difícil, pero la compañía del otro fue más que suficiente para tener algo de optimismo.