35. Futuro

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 —Y... ¿A dónde crees que vas con mi mujer? —escuchamos decir al súper guardián pero con una voz más profunda.

No solo su ojo se tornó de color rojo, también las luces azules contiguas hasta su pecho. Me alarmé en gran medida, de pronto vi a Apaya y Selmie, y les agité el brazo rápidamente en señal de huida.

—¡¡Corran!! —les grité.

El súper guardián disparó su rayo, sin usar el láser antes. Rápidamente hicieron una posición de manos y desaparecieron dejando papeles alrededor. Su caballo no estaba respondiendo y fue alcanzado por el rayo del súper guardián; yo no quise ver el resultado de esa explosión. En cambio, Mirene y yo pusimos a galopar a Epona tan rápido hacia los árboles que casi no vi a los demás reclutas. Debía pensar rápido, y ese lugar era una mejor opción a ser un blanco fácil en campo abierto.

Mi corazón latía muchísimo. Daba igual que dejáramos atrás al súper guardián sin nombre, pude escuchar el crujir de los árboles, eso quería decir que los demás reclutas Sheikah se subían en ellos. En cuanto menos me lo esperé, montones de flechas comenzaron a llover, mayormente de nuestra retaguardia y desde arriba; al menos eso me dio la sensación de que manteníamos cierta distancia.

De pronto los escuchaba más cerca, a mi izquierda. Desenvainé mi espada sin dudarlo, estaba listo para su llegada. Pero de pronto aparecieron Apaya y Selmie, las cuales se veían muy agitadas, y se subieron como pudieron a Epona.

—¡Link! —exclamó Apaya. —¡Parece que son más de seis!

No tenía tiempo ni de responder. Debía pensar rápido. De pronto vi frente a nosotros, era el final del bosque y el inicio del lago Komolo. Esos árboles del final eran diferentes, blancos y delgados. Ahí lo comprendí, esa era la clave.

Aceleré, Epona ya no podía más, y en el momento en que llegamos a la orilla, salté de la silla dando una pequeña voltereta y les apunté con el arco a los Sheikah. Era como ver todo muy lentamente. Efectivamente, eran solo seis. Les disparé a cada uno con una flecha normal, a la cabeza o a sus pechos. Fue complicado, pues varios ya me habían disparado antes.

Una vez caí al suelo, vi cómo los Sheikah hacían lo mismo muy malheridos; dos de ellos fueron abatidos por el flechazo en la cabeza, pero el resto aún se movían. Lamentablemente yo también recibí dos impactos de flechas, uno en mi brazo derecho, cerca del hombro, y el otro en mi pierna izquierda. Dolía mucho, pero no fue grave, y en cuanto vi que algunos difícilmente se levantaban, volví con los demás a la orilla del lago; tratando de no mover mucho las flechas enterradas. En cualquier momento llegaría el súper guardián.

—A la roca, ¡cúbranse! —les indiqué una vez vi que había una roca que parecía un desnivel en el suelo.

Bajé a Mirene de Epona, se veía muy asustada. Una vez le indiqué el camino con Apaya y Selmie, le di una nalgada a Epona para que saliera huyendo de la batalla; no quería que la hirieran, además de que estratégicamente podría darnos una desventaja al revelar nuestra ubicación. Hecho esto, me atrincheré con los demás.

—Eso nos los detendrá por mucho. —dije mientras rompía parte la flecha enterrada, haciendo una mueca de dolor.

De pronto comenzamos a oír el retumbar del suelo por las pisadas del súper guardián. Mi cabeza solo estaba pensando en estrategias. No poseía armas ni flechas elementales, ni siquiera hadas; si recibíamos daño grave, no podríamos recuperarnos. Solo contaba con los poderes de los campeones. Selmie y yo nos encontrábamos viendo levemente por si se acercaba alguien.

—Rayos... Mi primera experiencia real en batalla y será contra contra esa cosa. —dijo Apaya muy preocupada pero empuñando su espada con fuerza.

De pronto sentí vértigo nada más oír a Apaya. No lo había dimensionado hasta ese momento. No lo podía creer. Mi amada Apaya, embarazada, estaba en el campo de batalla contra el ser que me provocó pesadillas, la misma armadura que acabó con la vida de cinco amigos muy queridos.

Recuerdo de un Reino [#2] - Link x Apaya - TLOZ Breath Of The Wild +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora