Capítulo 3

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Pov's Cristián

Salgo del cementerio, hace dos años y medio que vengo cada vez que me siento solo, queriendo sentir su presencia, esa que ha sido producto de mi imaginación, esa que quisiera tener aquí conmigo, la mujer detrás de mi pone su mano en mi hombro, me detengo un momento y veo al cielo, tratando de ver más allá de lo que se ve, trantando de ver más allá de las nubes que cubre el cielo de New York, pero solo es eso lo que veo, nubes.

Dejo a la mujer que decidió acompañarme junto a mi chófer para que vaya a donde quiera ir, Yo me monto en mi Mustang Shelby y arranco a todo lo que de el motor, Han pasado tres años desde que cambié, desde que me volví más frío, más cerrado, más egocentrismo, más insensible, solo hay una persona que puede hacer que mi corazón se derrita ante ella y no lo demuestro si tenemos compañía, solo me abro cuando estoy a solas con ella.

Hace tres años han pasado desde que pensé que sería feliz, ja, la felicidad no se hizo para Cristián Black, Y eso lo sé desde que quedó solo, desde que ella se fue, manejo a todo lo que da mi auto por las calles de New York, hasta llegar a la clínica más prestigiosa de la ciudad, mi clínica.

Estaciono el auto, agarro mi móvil y bajo, las miradas de las enfermas y doctoras están en mi, pero hoy no tengo ganas de coger y menos si acabo de salir del cementerio, voy a la oficina de Sorrento.

Entro y ahí están Fiorella Y Giovanni.

-Hermano- saluda Giovanni, me ve y baja la cabeza, no hace falta decirle de donde vengo.

-Estas más hermoso que nunca, esa barba te queda perfecta- dice Fiorella.

Yo buffo y me sirvo un whisky.

-¿Llegaron los medicamentos?.

-Si, Ayer...

-No quiero explicaciones fiore, me interesaba saber si o no, y ya lo sé, quiero el mejor servicio para los pacientes y que no les falte nada, no olvides que el lunes quiero la parte de quimioterapia desocupada, Ese día empiezan los primero tres niños de la fundación su tratamiento.

Fiorella me ve y sonríe- Estoy orgullosa de ti, ogro.

-Jodete- le digo mientras pongo el vaso en la mesita.

-¿Ya te vas?- pregunta Giovanni.

-Quédate, Tu departamento debe de sentirse solo- dice Fiorella.

-Yo siempre he estado solo.

-Eres injusto a decir eso y lo sabes, Eres una mierda desde que la castaña se fue, te volviste más grosero y déspota Cristián, no puedes decir que siempre has estado solo, te aseguro que al viejo Sorrento no le gustará nada si se entera lo que acabas de decir- dice Fiorella con notable enojo.

-Y créeme que me siento bien así, siendo como soy y si quieres que diga que ustedes fueron mi compañía, es verdad lo fueron pero en un pasado Fiorella, ya crecimos o ¿no te diste cuenta?.

-Eres un hijo de puta, Largate- Dice señalando la puerta.

¿Me está corriendo de mi propia clínica?.

Decido pasar eso por alto y Giovanni lo que hace es verme, salgo de la oficina con el italiano atrás.

-Se te fue la mano, Fiorella no te dijo nada malo Cristián, no dijo nada más que la verdad, Cada que vienes del cementerio vienes con pésimo humor.

-Sonaste como novia lastimada.

-A lo mejor eso es lo que necesitas, una novia, un amor.

-No creo en el amor y creeme que no es por mi.

La Magnate RusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora