Capítulo 21. Donghwa.

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Yoongi se giró en la cama, apenas había dormido esa noche y sentía el cansancio a través de los párpados. A su lado, Jimin dormía plácidamente con los labios entreabiertos y la respiración acompasada. Suspiró cuando el cuerpo del silfo lo reclamó en sueños y se acercó más a él para abrazarlo.

-Buenos días-murmuró el más joven aún sin abrir los ojos.

-Buenos días, criatura-contestó Yoongi con una pequeña sonrisa. Jimin le devolvió el gesto. Elevó la cara para encontrarse con la del mayor y abandonar ese lugar seguro en el hueco de su cuello, con la única finalidad de encontrar y saborear sus labios.

Yoongi lo recibió gustoso. Jadeó contra su boca cuando las peligrosas y pequeñas manos del silfo se colaron bajo su ropa y arañaron delicadamente su estómago. Jimin abrió los ojos y sonrió lascivamente, pero justo cuando iban a volver a juntar sus labios en un beso desesperado, un par de golpes resonaron en la puerta. Yoongi bufó frustrado y Jimin se dejó caer de lado en la cama con una sonrisa.

-¿Quién será el oportuno?-murmuró el mayor frotándose la cara para intentar despejarse. -Adelante-añadió con pesar.

El pomo de la puerta giró lentamente y la cabeza de Hobi asomó por la puerta con la mirada baja.

-Tenías que ser tú, el mensajero del diablo-se quejó hacia su amigo. -Y encima traes invitada-añadió mirando a Acua que había corrido por la habitación para subirse de un salto a la cama.

Su amigo enarcó una ceja y Jimin rió abriendo los brazos para que la gata se refugiase en ellos. La achuchó y esta maulló pidiendo que la soltase.

-Venia a deciros que la familia real de Orka espera ya en el comedor-informó Hobi mirando únicamente a Yoongi intentando no incomodar al silfo. Al escuchar aquellas palabras, el rey se quedó callado y Jimin tuvo que calmar el aire que había comenzado a desencadenarse en la habitación.

-Ahora mismo bajamos, gracias Hobs-contestó Jimin con una bonita sonrisa.

Hobi asintió y se dio la vuelta para irse. Cuando Yoongi se giró para buscar al silfo, este ya estaba sentado al borde de la cama con Acua rondando por alrededor buscando atención. Se vistieron en silencio, con los nervios a flor de piel y con una energía extraña entre ellos.

-Tienes que dejarme el anillo, sino no podré hacerlo-murmuró Yoongi acercándose a Jimin que estaba cepillando su cabello frente al espejo que habían colocado sobre la cómoda. Sorprendido por sus palabras, el más joven se volvió para mirarlo. 

-Todos me han visto ya con él-objetó dejando el cepillo. Por un momento había sentido la necesidad de aferrarse a la joya como si esta realmente le perteneciera.

-Si, lo se, pero es tradición del rey de Eria pedir a su pareja con el anillo de la familia real-explicó el mayor sin poder creerse aun aquellas palabras que acababan de salir de su boca.

Jimin suspiró apenado y estiró la mano para deslizar con cuidado el anillo por su dedo. Miró a Yoongi receloso y luego lo dejó sobre la palma de su mano.

-Volverá a su lugar en unos poco minutos-aseguró con una sonrisa. Acarició con dulzura la mejilla del silfo y luego se acercó para dejar un pequeño beso en su nariz y luego en su frente. 

-Tengo ganas de ver la cara de mi padre cuando le diga que vamos a darle un heredero a Orka-comentó Jimin con una pequeña sonrisa mientras se volvía hacia el espejo. El mayor asintió y lo miró a los ojos a través del reflejo.

-Espero que se ilusione al menos la mitad de lo que yo lo estoy, criatura-contestó únicamente. El joven silfo hizo un sonidito afirmativo con la boca y asintió.

ERIA/YoonminWhere stories live. Discover now