Capítulo 18. Luz.

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Eleanor temblaba de los pies a la cabeza mientras caminaban los tres juntos por el pasillo. Habían pasado unos días desde que ella y Hobi se habían enterado de su estado y durante esos días habían estado ocultándose lo más posible, planeando cómo afrontar la situación y contárselo a la madre de la chica antes de que se enterase todo el mundo.

-Va a matarnos a los tres, a mi por deshonrarla, a ti por ayudarme a ello y a Jimin por acompañarnos y apoyarnos-murmuró mientras pasaban con cuidado entre la gente que salía de las cocinas.

-No seas así, tu madre comprenderá-replicó Jimin casi aguantándose las ganas de reir. Su amiga le dedicó una mirada furibunda y luego desplazó la vista hacia el muchacho que la sostenía de la mano. No parecía nervioso ni tan solo un poco inquieto, únicamente se le notaba alerta por toda la gente que caminaba a su alrededor pasando cerca de Eleanor y de su bebé.

Atravesaron la puerta de las cocinas mientras las sirvientas se hacían a un lado para dejarlos pasar y dedicaban respetuosas reverencias al silfo que las correspondía con educación.

Se adentraron en la enorme sala y notaron el asfixiante calor de los fogones y los hornos en contraste con el frío exterior. Jimin sintió un escalofrió recorrer su cuerpo y no supo si eran nervios o simplemente el cambio de temperatura. Todo el mundo se quedó mirando a aquellos tres jóvenes que acababan de llegar.

-Queremos hablar con Meriol a solas, solo serán unos minutos, salgan por favor-ordenó el joven con aquel tono dulce que siempre tenía para todo el mundo. La aludida levantó la cabeza y el silfo pudo ver como soltaba un suspiro cargado de muchas cosas que alborotó los cabellos que escapaban de su moño y se pegaban en su frente. Vieron a todo el mundo desaparecer a su alrededor y cuando por fin estuvieron solos, Jimin miró a su amiga que estaba a punto de echar a correr. Caminaron un par de pasos para acercarse un poco más hacia la mujer hasta que ella habló sorprendiéndoles con sus palabras.

-Mucho estabais tardando en venir-dijo la mujer con un dulce tono de voz. Los tres se pararon en seco y ella dejó escapar una pequeña sonrisilla ladeada mientras dejaba el trapo que tenía entre sus manos y se acercaba hacia los jóvenes.

-Buenos días alteza, Eleanor me contó que estabais indispuesto, espero que ahora os encontréis mejor-comentó la mujer con respeto inclinándose respetuosamente ante Jimin. Este asintió con gracia.

-Me encuentro mucho mejor, Meriol, gracias por su preocupación-contestó con una pequeña sonrisa. El hada asintió correspondiendo a aquel gesto y luego se volvió hacia la pareja que esperaban en silencio a su lado.

-Buenos días Hoseok, me preguntaba cuando mi hija y tu os dignariais a aparecer en mi presencia-saludó la mujer con una sonrisa. El chico se quedó totalmente tieso y no reaccionó hasta pasados unos segundos.

-¿Madre?-preguntó su amiga confundida. Meriol se cruzó de brazos y negó con la cabeza.

-Hija, ya sé lo que venís a decirme-aclaró para todos los presentes. El silfo se tensó en el sitio y espero impaciente durante los segundos en los que todos permanecieron en silencio.

-¿Lo sabes?-preguntó la joven abriendo mucho los ojos. Su madre asintió. -¿Y no te vas a enfadar por deshonrarte?-volvió a decir la chica con temor.

-Elsie cariño, el amor no es una deshonra. Soy tu madre y tu magia ha sido un caos estas últimas semanas. De veras me preguntaba cuándo vendrías a darme la noticia y a presentarme oficialmente a este muchacho-contestó la mujer sin poder evitar una sonrisilla hacia el muchacho que seguía allí totalmente en tensión. Nadie dijo nada hasta que el joven guardia reaccionó. Aclaró su garganta y luego dio un par de pasos hacia la madre de Eleanor.

ERIA/YoonminWhere stories live. Discover now