Capítulo 10. Sentimientos.

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Corrió por el bosque, sin rumbo, con la brisa removiendo su pelo, aquel pelo rubio y largo que tanto se empeñaba en cuidar, adornado con lazos y cuentas de colores, con las alas transparentes a su espalda, mientras escuchaba una bonita voz llamarle por su nombre.

Aquella voz gruesa y amable no paraba de repetir su nombre entremezclada con dulces risas que llenaban el aire. Y de pronto, frente a él aquella figura con aquel porte regio que había estado observando tan minuciosamente durante esos últimos días, le esperaba en la sombra con los brazos abiertos esperando a que se refugiase en ellos. Y por más que corría no llegaba, no llegaba nunca como si estuviese muy lejos. Alargó los brazos y cuando parecía que por fin se enlazaría con el joven que esperaba por él, un fogonazo irrumpió en la idílica escena, un grito desgarrador rompió el silencio y un par de orbes azules aparecieron en su mente tan intensas como el mar en una noche tormentosa.

Y entonces Jimin salió agitado de aquel sueño. Se incorporó en la cama jadeando nervioso y comprobó como el sol todavía no había comenzado a salir entre las montañas en el horizonte. Acua dormía plácidamente a los pies de su cama sin inmutarse por su intranquilidad. Sin comprender muy bien el porqué de todo aquel sueño, se dejó caer en el colchón con un suspiro frustrado.

Un par de tímidos golpes interrumpieron sus pensamientos. El silfo volvió a mirar por la ventana, era demasiado temprano para que el rey llegase para comenzar su entrenamiento. Demasiado pronto para que Eleanor apareciese.

-Soy yo ¿estás despierto?-preguntó al otro lado de la puerta la voz de Taehyung.

-Pasa-contestó él con voz ronca.

Su amigo abrió la puerta despacio y se internó en la oscura habitación vestido solo con una bata corta y todo su pelo oscuro revuelto en desperdigados rizos. Jimin lo escrutó en la oscuridad y este se acercó

-No puedo dormir-susurró apoyando sus rodillas en el borde del colchón. Jimin le indicó con la mano que se sentase a su lado así que unos minutos después ambos estaban acurrucados el uno contra otro con los ojos totalmente abiertos en la oscuridad.

-¿Qué te pasa?-preguntó Jimin notando el nerviosismo de su amigo. Este suspiró cansado.

-Estaba pensando en lo que dijo el Tanket y aunque me fastidie decirlo, tiene razón. Esta gente ha cuidado a mi hermano y me ha acogido a mi mientras se recupera-explicó Tae buscando a tientas el brazo de su amigo en la oscuridad. Con cariño lo entrelazó con el de Jimin que asintió levemente.

-Entonces tendrías que contárselo a Yoongi para que esté al corriente-argumentó el mayor. El tritón volvió a asentir en un movimiento imperceptible que Jimin solo pudo sentir levemente en su hombro.

-¿Me acompañaras?-pidió el joven tritón. Jimin lo miró con tristeza por ese temblor que se había instalado en su cuerpo. -Tengo mucho miedo-admitió. Y por primera vez, el silfo pudo sentir como su amigo, volvía a ser el que conocía. Con sus miedos y sus sentimientos a flor de piel. Por fin sin aquella coraza de acero que se empeñaba en mostrar a los demás.

-Te acompañaré, se que no va a pasar nada, son gente buena y amable y yo también le debo una disculpa a Yoongi por habérselo ocultado-aseguró el silfo.

Taehyung se recostó en el hombro de su amigo y cerró los ojos. Su respiración acompasada relajó a Jimin que se quedó despierto velando el sueño de su amigo. Definitivamente no era capaz de imaginar a Yoongi o a cualquiera de sus amigos atacando a Jin o a Tae para quedarse con sus escamas. 

 

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