Capítulo 9. Escamas.

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Los días pasaban rápidos en el castillo de Eria. Los habitantes estaban nerviosos y alterados con el fin del verano y las consecuencias que eso traía consigo. Recoger las cosechas a tiempo y prepararse para las estaciones frías era la principal preocupación de todos aquellos que vivían tras las empedradas paredes del lugar. Eso y el cumpleaños del rey, para el que apenas quedaba una semana y que tenía a todo el mundo nervioso con los preparativos. Pero no era aquel cumpleaños lo que realmente preocupaba a todo el mundo, sino el día siguiente. Pasado el cumpleaños de Yoongi, Eria se sumía en la profunda oscuridad con el eclipse anual. Durante largas y extenuantes hora, la luna tapaba el sol y los dejaba en noche cerrada. Desde que los ataques de los carroñeros habían comenzado a ser más frecuentes, el día del eclipse de Eria era una fecha peligrosa para cada criatura que se encontrase fuera de su hogar. 

Aquella mañana todo el mundo tenía alguna orden que cumplir, algo que preparar o que organizar de cara al aniversario de Yoongi. Eleanor no era la excepción, y Hobi tampoco, pero eran los únicos que no parecían demasiado alborotados. Ajenos a todo lo que pasaba en el castillo, tras las puertas de la habitación del guardia, la joven descansaba su cabeza sobre el pecho desnudo del chico que acariciaba su cabello con una sonrisa.

-Tenemos que levantarnos-murmuró el hada aún con los ojos cerrados. Hobi se movió un poco para mirarla más de cerca y ella abrió los ojos para devolverle la mirada. 

-Quedémonos un poco más, preciosa-pidió el guardia bajando sus brazos a la cintura de la chica y aprisionándola contra su cuerpo haciendo que ella soltase una delicada risilla. -Hoy va a ser un día agotador y no sé cuando voy a poder sacar un rato para verte-añadió dramáticamente.

-Nos queda por delante una semana del infierno-admitió el hada con un suspiro frustrado. El joven rió y ella acompañó su gesto con su risa.

-Me gusta cuando sale tu parte Tanket-masculló el joven abrazándola de nuevo. Ella murmuró algo ante aquel tono pícaro del joven para luego revolverse entre sus brazos.

-Hobs, aparta, tengo que irme, en serio, tengo que atender a Jimin-se quejó con una sonrisa, empujándolo levemente para escapar de la jaula cálida de sus brazos. La chica se levantó a duras penas de la cama y cubrió su cuerpo con una de las sabanas que estaban desperdigadas entre el colchón y sus cuerpos. 

-Algún día no tendrás que irte y yo no tendré que fingir que solo somos amigos-prometió el joven apoyándose en su codo para mirarla con aquella devoción que siempre le demostraba.

Eleanor sonrió enternecida por sus palabras y luego se agachó para recoger su ropa. Deslizó su sencillo vestido del día anterior por su cuerpo y se inclinó sobre la cama para dejar un pequeño beso sobre los labios del joven que la miraba absorto. Cuando la escuchó marchar dejó caer su cuerpo derrotado sobre el colchón.

Algún día convencería a todo el mundo de que ella era lo que merecía y lo único que quería. Algún día ella dejaría de trabajar para el servicio del aquel castillo. Algún día la convertiría en su esposa. Dejó salir un suspiro y contempló el techo con agonía. Sí, algún día.

 Sí, algún día

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ERIA/YoonminWhere stories live. Discover now