Hasta el final

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-¿¡A dónde vas!?- Remus siseó, mientras marchaba hacia la cocina. No quería que Sirius los escuchara pelear, pero las cosas no se veían nada bien, por la forma en que Grant estaba removiendo tranquilamente su té, sin hacer contacto visual.

-Brighton -.Grant dijo : -Recibí una oferta de trabajo, una muy buena. Mejor pago y puedo ayudar a más personas, realmente puedo marcar la diferencia -.

-Pero vivimos en Londres-.

-Remus...-

-¡¿Te acabas de levantar y me dejas por un trabajo ?!- Remus se estaba preparando para empezar a gritar; y avergonzar a Grant para que se quede. Grant solo sonrió con simpatía y negó con la cabeza,

-No seas tonto, ahora. Sabes que se trata de algo más que eso -.

El corazón de Remus latía con fuerza, se sentía enfermo, mareado, como si el suelo se balanceara hacia adelante y hacia atrás. -¡No puedes hacer esto!-

-Solo te estoy facilitando las cosas-, dijo Grant, y de cualquier otra persona que pudiera haber sonado amarga. -¿No he intentado siempre hacer eso?-

-¡Pero te amo!-

-Yo también te amo, cariño, pero no estoy seguro de que eso sea todo-.

-¡¿Así que solo estás tomando la decisión por mí ?!-

-Estoy tomando una decisión por mí-. Grant dijo, muy firmemente. Miró a Remus ahora, directamente a los ojos, y Remus pudo ver que no habría más discusiones. -Sirius te necesita ahora, e irás a la guerra, porque eso es lo que eres, estás loco, eres valiente e increíble. No hay lugar para mí en todo eso, así que necesito que me dejes ir. Siempre seremos amigos, ¿no? ¿Cuidaremos a los jóvenes del hogar juntos?

Remus quería llorar. Quería caer de rodillas y agarrar a Grant por la cintura y retenerlo allí para siempre, suplicar y suplicar. Sabía que eso era egoísta. Grant tenía razón; Remus ya había decidido volver a unirse a la Orden, lo había decidido en el momento en que Sirius regresó. No era justo tener a Grant cerca para eso, era francamente peligroso. Pero lo necesitaba, oh, realmente necesitaba a Grant. Remus no estaba seguro de poder hacerlo todo solo, no con Sirius como estaba.

-Me romperás el corazón si te vas ahora-. Remus dijo, consciente de que sonaba malhumorado y petulante.

Grant negó con la cabeza ligeramente, manteniéndose firme. -Lo siento, amor. Pero me está rompiendo el corazón quedarme -.

Y en un instante, Remus entendió. Vio a Grant correctamente por primera vez, no como su protector, su campeón, sino como una persona que no era muy diferente de él, que era igualmente vulnerable al sufrimiento.

-No es una despedida adecuada, ¿eh?- Grant dijo en voz baja. -No me has disparado todavía-.

-No siempre he sido justo contigo-. Dijo Remus. Había querido decirlo desde hace mucho tiempo. Quería algún tipo de perdón.

-Has estado bien-, sonrió Grant, sin rastro de culpa. -Has sido mi poquito de magia-.

Remus hizo un ruido ahogado y trató de no llorar. Grant lo abrazó y se abrazaron por última vez.

Grant dejó a Remus en la cocina, con dos tazas de té, una para Remus y otra para Sirius. Remus se quedó en silencio y esperó a que se abriera la puerta. Cuando la escuchó cerrarse, se tapó la boca con la mano y cerró los ojos. Inspiró y espiró unos momentos, luego entró en la sala de estar. Sirius todavía estaba en el sofá. Parecía ansioso, frotándose las manos.

-Remus, yo...-

-No.- Remus levantó la mano, sacudiendo la cabeza, -No, necesito un minuto.-

Entró en el dormitorio y cerró la puerta. Se sentó en la cama y lloró. Una vez que terminó, se lavó la cara y regresó con Sirius.

All the young dudes Book three: Till the endWhere stories live. Discover now