La guerra: Invierno de 1978-1979

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Sábado 23 de diciembre de 1978

-Jesucristo.- Remus gruñó, abriendo sus ojos pegajosos.

Buscó a tientas en la cama su vaso de agua y lo encontró vacío. -Aguamenti,- dijo con voz ronca, la mano de su varita temblando.

El vaso se llenó de agua y se lo tragó con avidez. Rodó sobre su espalda, presionando la base de sus manos en sus ojos, con la esperanza de mitigar el dolor de cabeza que amenazaba con comenzar a roer su cerebro. Giró levemente la cabeza y se dirigió al bulto debajo del edredón,

-¿Tu estas despierto?

Hubo una especie de estremecimiento y un gruñido. Remus gruñó. Hacía demasiado calor en el dormitorio, incluso para diciembre. Se levantó y fue a la ventana para abrirla. Presionó su frente contra el vidrio frío y dejó que el aire frío le bañara la piel caliente.

Habían estado en el Caldero Chorreante la noche anterior, bebidas antes de Navidad. Los merodeadores y Lily pasarían la Navidad en los Potter, pero todos los que estaban trabajando habían terminado el año y Mary había sugerido desahogarse con los miembros mayores de la Orden del Fénix, por una vez.

Como con la mayoría de las ideas de Mary, fue muy divertido. Marlene vino y trajo a Yaz, quien estaba visitando a los McKinnon porque su familia no hacía Navidad de todos modos. Frank y Alice se acercaron para saludar, y Sirius y James insistieron en participar en cada ronda.

Después de los últimos pedidos, los que aún estaban de pie se habían subido a un taxi de regreso al apartamento de Remus y Sirius, donde tal vez no tenían leche ni pan, pero la barra siempre estaba completamente surtida.

Todo había sido un poco borroso, después de eso. Remus tuvo la horrible sensación de que él y Lily habían comenzado a cantar villancicos muggles en algún momento.

Él gimió en voz alta, -¡¿Por qué me dejaste beber tanto ?!

-¡Oye, no me culpes!- Lily apareció de repente, su pelo rojo y esponjoso sobresalió como un diente de león cuando salió de debajo del edredón.

Remus saltó y se dio la vuelta. Envolvió sus brazos protectoramente alrededor de sí mismo,

-Joder, Evans, ¿qué estás haciendo aquí?

-No pude hacer que James se fuera-, bostezó, -Y yo no iba a dormir en el sofá, comenzaron a construir un fuerte.

-Esta es la segunda vez que apareces en mi habitación sin avisar, Evans, la gente hablará.

Remus buscó una camiseta.

-La segunda vez que te pillo sin tus pantalones también-, se rió, -Oh, vuelve a entrar, gran jessy, todavía es temprano.

Lo hizo, pero solo porque la habitación estaba fría ahora, y no le apetecía saber lo que James y Sirius le habían hecho a la sala de estar. Con la camiseta puesta, se arrastró por debajo del edredón, y Lily envolvió sus brazos alrededor de su cintura, su largo cabello le hacía cosquillas bajo su barbilla, como lo hacía Sirius. Le acarició el hombro. Ella era tan agradable y pequeña.

-¿Crees que si hubiera aceptado salir contigo en cuarto año así sería nuestra vida?- Preguntó, conversacionalmente.

-Oh Dios-, gimió, tapándose los ojos con los dedos, -¡¿Tienes que recordármelo ?!

Él rio.

-No sé por qué estás avergonzada, yo fui el inconsciente.

-¡Estaba tan enamorada de ti!

-Shh-, se rió entre dientes, -James tardó semanas en perdonarme, tuve que jurar bajo el suero de la verdad que no tenía intenciones nefastas hacia ti.

All the young dudes Book three: Till the endDonde viven las historias. Descúbrelo ahora