44 (Parte uno)

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Caín.

Y el hombre le puso por nombre Eva a su mujer, porque ella era la madre de todos los vivientes.

Génesis 3:20

°°

- ¡¿Le dijiste que la quieres?! – El grito de Grace me obliga a separar el teléfono de mi oreja, evitando quedar sordo.

- No dije eso, Grace. Solo que lo nuestro es más que sexo.

Suspira sonoramente al otro lado de la línea. Tras mi encuentro en el pasillo con Edén y sus reclamos sobre la noche anterior, tuve que actuar rápido. Las últimas doce horas han sido un caos y los agujeros negros predominan en la línea temporal, pero tengo muy claro lo que le he dicho a ella. Lo sé porque, en gran parte, es mentira.

Dije la verdad sobre mis sentimientos, pero no quería tener que hacerlo. ¿Por qué decirlo cuando puedo demostrarlo? Nuestros cuerpos hablan por si solos cuando estamos juntos y no necesitamos ponerle un título a esto para continuar follando y pasándola bien. Somos adultos y nuestros sentimientos no deben ser quienes tengan el control. Sin embargo, me vi obligado a jugar la carta de las emociones para mantener a la fiera controlada. Edén necesitaba oír eso, y yo necesito a Edén a mi lado. La necesito para desvelar todo.

Eso es la primera parte de lo que parece un día jodido.

- Caín. – Grace me trae de regreso a la realidad. – Voy a preguntarte algo y quiero que seas totalmente honesto conmigo. Te lo pido como tu mejor amiga.

- No puedo prometerte nada, Grace.

- Caín...

- Pero puedo intentarlo. – Agrego. – Ahora, dime.

- Tú, como ser pensante y no actuando con la polla, ¿No le has dicho que la quieres porque no lo haces o porque te da miedo decírselo?

Puedo decir que, en mucho tiempo, quedo mudo. Quiero dar una respuesta, no dudar y ser sincero, pero no puedo. No puedo porque no soy sincero conmigo mismo. Edén y yo tenemos algo, es innegable, y la quiero, pero no en el sentido literal de la palabra. La quiero en mi cama, la quiero a mi lado, la quiero oír, la quiero besa. La quiero con el cuerpo, ¿pero con el alma? ¿Se puede querer a alguien de ese modo cuando no tienes una?

Mi mirada fija en la desolada calle se desvía cuando hay movimiento sobre la acera, delante de mi destino. La dueña del club en el que festejamos ayer está delante de la puerta del lugar, abriéndola con un enorme llavero. Esa es mi señal para cortar la llamada y ponerme en acción.

- Grace... tengo que dejarte. – Me estiro en dirección a la gaveta y saco mi pistola. – Hablamos luego.

- Sabes que mientras más demores en responder esa pregunta, peor será la respuesta, ¿no?

- Será mejor que estes lejos cuando esa bomba explote.

Corto la llamada, sin más.

Ahora, la segunda parte del jodido día. Dije que le había mentido a Edén porque lo hice. Tengo recuerdo de anoche. Vagos y escasos, pero allí estas. Y también sé que estuve con otra mujer y es por eso que vine hasta el club. Por respuestas.

Puede sonar estúpido e ilógico, pero, sea lo que sea que haya pasado, no me follé a la desconocida. Tal vez estaba ebrio y drogado hasta estar ciego, pero no tuve sexo con nadie anoche. Aquí es donde entra las verdades que le solté a Edén; Mi cuerpo solo puede reaccionar a su cercanía. A su olor, su tacto. Quedo en blanco al verla y duro al fantasearla. Sé que no estuve con otra porque lo que ella me hace sentir cuando estamos desnudos, o siquiera cuando me acaricia, no podría sentirlo con un polvo de una noche. Y no quiero hacerlo.

Arder | Versión en españolWhere stories live. Discover now