35

6.2K 304 106
                                    

Edén.

El fuego y el granizo, la nieve y el vapor,. El viento de tempestad que ejecuta su palabra.

Salmos 148:8

°°

Frontera de Lituania, Bielorrusia. 05:13pm, 20 minutos para el golpe.

Estos últimos dos días han sido una completa locura, en el buen y mal sentido de la palabra. Para mi suerte, ha Caín le han ordenado mantenerse al margen en la misión debido a su condición médica y, por lo tanto, no está autorizado para asistir al golpe. Las nuevas imposiciones lograron que adoptara su clásico humor de fiera indomable y acabase encerrado en su oficina las últimas 48 horas. Quisiera decir que las razones son el arduo trabajo pero mentiría; Probablemente esté bebiendo un whisky ridículamente caro y maldiciendo a quienes lo han mandado a la banca.

Por otro lado, y no exactamente el bueno, la ausencia del almirante logró que los detalles finales de la misión recayeran en mí ni bien pisé tierra estadounidense. Tuve que entrenar a ambas tropas a la par, leer una infinidad de veces los archivos que se entregarían y analizar cada parte del golpe a detalle, tratando de no ignorar fallas y poder estar preparada para cualquier inconveniente. Han sido días difíciles y no he descansado lo suficiente pero la adrenalina corre por mi sangre cuanto más nos acercamos al punto de descenso.

Quisiera decir que tengo total confianza en mí y que un golpe como este es algo para principiantes pero el hecho de no contar con Caín como capitán y apoyo ha comenzado a inquietarme. Quise proponer un reemplazo pero ya era tarde, por lo que el teniente Watson será a quien acuda cuando necesite otro líder. Mi tropa ha sabido comportarse en lo que mi viaje a Colombia respecta, sobre todo cuando he regresado con los ánimos en el suelo y cara de pocos amigos. Intenté con todas mis fuerzas no dejar que mis problemas personales repercutan en mi trabajo pero me está siendo imposible, sobretodo cuando uno desencadena conflictos en el otro.

Sin embargo, desde el momento que mi firma tiñó el blanco y puro papel del acuerdo con Irá, todo el tablero cambió. Tengo ventaja en este macabro juego que Caín ha creado y no puedo perder eso. Eso deberá ser motivo de festejo y felicidad, pero no hay cosa que desee más en este momento que oír la voz de Caín del otro lado del auricular, diciendo algo sucio y con doble sentido. Necesito de la confianza que solo él puede darme.

- ¿Estás bien? – Un apretón cariñoso en la pierna me trae de regreso a la realidad. Mi tropa está sentada en las pequeñas bancas del camión con sus cascos ya puestos, siendo movidos por el inestable camino. Miro a Mariah y sonrío con la boca cerrada.

- Lo estaré cuando cerremos este golpe con un enorme sello que diga 'Exitoso'.

- Lo estás haciendo bien, Edén. No dejes que tu cabeza te juegue en contra. – Su mirada verdosa es sincera.

Abro la boca para agradecerle pero el camión se detiene de manera repentina y Elijah alza la vista de su computador. No tiene el casco puesto y su mirada ya no luce como la del inocente niño que conocí el primer día como capitana.

- Hemos llegado, capitana. – Me informa y yo asiento.

- Llegó la hora, soldados. – Me pongo el casco y automáticamente todas las funciones y datos aparecen en frente a mí. – No me hagan quedar mal.

°°

La nieve marca mis botas hasta debajo de las rodillas con cada paso que doy. Los trajes de la central son de primera calidad por lo que no permiten que sintamos frío alguno estando en una de las zonas con más bajas temperaturas del mundo, además de que son impermeables. Me encuentro revisando las pistolas que llevaré en los laterales de mi cuerpo cuando carraspeo tras mío capta mi atención.

Arder | Versión en españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora