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Edén.

Aleja de tu boca la perversidad; aparta de tus labios las palabras corruptas.

ºº

Salgo de la oficina y siento que puedo volver a respirar con normalidad, pero esto dura lo que yo y Caín sin pelear, ya que los soldados esperan atentos a nuevas noticias. Miradas de curiosidad, sorpresa y gracia me reciben, las cuales me llevan a detenerme tras cerrar la puerta y carraspear, intentando ordenas mis ideas y no hablar de más.

- Convocaremos una reunión de carácter urgente. – Miro a mi derecha, en dirección a los soldados de la tropa FoxCero. – Pueden ir a asearse y despojarse de esos trajes.

Asienten y me agradecen.

- Tienen 15 minutos, no más. Debemos solucionar esto lo antes posible. – El bolsillo trasero de mi pantalón vibra a causa de mi teléfono. Lo tomo y veo que se trata de una llamada entrante. Vuelvo mi vista a los soldados. - ¿Dudas?

- No, capitana.

- Entonces hemos acabado. – Antes de seguir mi camino y atender, miro a mi tropa. – Ustedes bajen por toda la información que se haya obtenido y registros de misiones pasadas similares a esta. Los veré en la sala de juntas.

Asienten y se retiran. Mi teléfono ha dejado de vibran pero eso no me impide devolver la llamada, siendo esta descolgada al tercer tono.

- Pensé que nunca más oiría tu voz.

- No podrías vivir sin tal bendición. – Contesta igual de burlesco. - ¿Es un mal momento? Te dejé varios mensajes pero no contestabas, por lo que imaginé que estarías trabajando hasta tarde.

O haciéndole una mamada a mi jefe.

- Siempre tengo un par de minutos para mi mejor amigo. – Camino por el vacío piso, mirando las oficinas oscuras y sintiendo solo el sonar de mis pasos. - ¿Cómo está todo allá?

- La boda me está consumiendo. – Luca suelta un bufido de cansancio. – Paso más tiempo viendo camisas y corbatas que cazando criminales.

Una sonrisa nostálgica se dibuja en mi rostro. Tiago siempre fue el hermano más ordenado y crítico de los tres, siendo de niño tan correcto como silencioso. Sus juguetes siempre estaban limpios y en perfectas condiciones, mientras yo tenía que batallar para que Luca no le arrancara la cabeza a mis muñecas y las masticara.

- No seas cruel. Tiago se casará una vez en su vida, tiene que ser perfecto. – Lo defiendo.

- Tiago es una patada en los huevos. Pensé que Grace sería quien se mostraría más indecisa con la boda pero fue mi hermano quien despidió a tres floristas por no conseguir que las flores hagan juego con el vestido de su prometida. ¡El vestido es blanco, Edén! ¡Blanco!

Imaginar a Luca tomándose los rulos con ambas manos y gritando eso me provoca soltar una carcajada. No sabe cuánto me hace falta. Doblo en una esquina y me topo con el final de ese pasillo, aunque eso no es lo curiosos, sino la puerta que está frente a mí. A un par de metros de mi posición hay una enorme puerta de color plateado, la cual destaca por ser diferente a cualquier otra. Se nota que está hecha de un material pesado y que tiene la intención de no dejar que cualquiera ingrese por ella.

Como si estuviese llamada a ir hacia ella comienzo a caminar.

- Eso se me hace súper dulce. – Respondo. – Además solo queda un mes para la boda, solo tienes que soportar un poco más.

Suspira.

- Sería más fácil con vos acá. – Sus palabras son un golpe directo a mi corazón.

Arder | Versión en españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora