22

8.7K 363 158
                                    

Edén.

Mía es la venganza y la retribución; a su tiempo el pie de ellos resbalará, porque el día de su calamidad está cerca, ya se apresura lo que les está preparado.

Deuteronomio 32:35

ºº

El sonido lejano de agua caer es la que me trae devuelta a la realidad. Con pesar me obligo a abrir los ojos pero me es imposible, por lo que termino sujetándome con fuerza de la sábana y girando hacia la derecha.

Me mantengo en esa pose hasta que un olor inconfundible inunda mis fosas nasales. Mierda, ¿No ha sido un sueño? Abro los ojos y me topo con sábanas de color negro y un cuarto que definitivamente no es mío.

Intento mantener la cordura pero al voltearme boca arriba y chocar mirada con mi reflejo en el techo pierdo todo tipo de razonamiento. Oleadas de calor inunda mi cuerpo con cada recuerdo de lo que pasó anoche en esta cama. El espejo me devuelve la imagen de mi figura desnuda de la cintura hacia arriba, mientras que la parte de abajo está cubierta con las sedosas sábanas.

Mis pechos desnudos exponen marcas rojizas y marcas de dedos, las cuales me detengo a observar cuando miro hacia abajo. Por inercia cruzo mis piernas bajo la cubierta cuando el recuerdo de lo que produjo tales marcas viene a mi cabeza.

- Joder, capitana. – Gruñe Caín. – De haber sabido que así montaba no hubiese tardado en ponerla a saltar sobre mi verga.

Ignoro su sucios, pero calientes, comentarios y aumento la velocidad de mis movimientos. El sonido de mi culo chocar contra su pelvis con cada zancada que soy sobre su duro miembro se convierte en un sonido jodidamente caliente.

Siento el sudor bajar lentamente por mi espalda y como los músculos de mis muslos se contraen, anunciando la llegada de otro orgasmo. Perdí la cuenta pero este hombre no parará hasta dejarme seca; Palabras suyas.

Caín nota mis reflejos y no duda en posar sus manos en mis pechos descubiertos, los cuales se convirtieron en su punto de entretenimiento favorito, y apretarlos con fuerza, generándome un placer doloroso exquisito. Sus pulgares forman círculos con mis pezones y eso me arrima a ceder y poner mis manos en su pecho, alejándolas de la cabecera de su cama.

- ¡Oh Dios! – Jadeo ante cada embestida. Caín no tarda en mover su pelvis hacia arriba, enterrándome aun más profundo su enorme miembro.

- Dios no, capitana. Soy su Almirante.

- Callase, Almirante. – Pronuncio entre jadeos y este libera mis pechos para tomar mi cuello y atraerme a él, metiendo su lengua en mi boca y apaciguando mis gritos.

Mantengo mis ojos cerrados disfrutando las sensaciones extraordinarias que el sexo me produce pero más de una vez fui obligada a observar la imagen que me proporciona el espejo sobre nosotros. Al principio lo vi como una muestra de su vanidad, pero con cada pose llevaba a cabo reflejada en el pude entender el porqué de su ubicación.

Ver como nuestras pieles e hacen una o como su trabajado cuerpo se adapta al mío para producirme placer es una imagen extremadamente hipnótica. Caín en hipnótico. El sudor cubre su cuerpo de manera que te incita a lamer de él, su rostro se contrae con cada embestida y las venas de sus brazos se hacen notorias cuando sostiene mi culo para atraerlo a él. Los músculos de su espalda se tensaban con cada lamida que le daba a mi entrada y no parecía saciarse con lo que le entregaba.

Despego mi boca de él para erguirme nuevamente sobre él. Tazo movimientos irregulares sobre su desnudez y no tarda en seguirme el ritmo, sin importar lo errático de este. Caín parece saber a la perfección como hacerme caer.

Arder | Versión en españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora