Gula

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Y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho.

Deuteronomio 21:20

Siento que para contarles el origen de este pecado debo narrarles una pequeña historia, para contextualizarlos y aclararles varias cosas.

¿Recuerdan que La Soberbia fue condenada a rondar el mundo de los vivos? El Rey del Inframundo, es decir el primer pecado, camina entre los vivos pero reina entre las ardientes llamas del infierno.

Las almas impuras que se dejaron corromper ante sus creencias fueron designadas a cumplir las tareas más pesadas y atroces abajo, formando poco a poco una especie de legión de ángeles demoníacos y malvados, siendo totalmente opuestos a los que guiaba en el Reino de los Cielos. Estos le rendían culto a su rey y cumplían al pie de la letra sus exigencias, recibiendo a cambio cualquier lujo que les causara sensaciones desconocidas y viciosas. Su alma a cambio de orgullo y diversión.

¿Qué más podían pedir?

Cada vez eran más las personas que caían en la tentación y se entregaban totalmente a su nuevo rey, por lo cual cada vez debía subir menos a la superficie y podía descansar en su trono sabiendo que sus súbditos se encargarían de todo.

Un día, tarde o noche, no se sabe con exactitud, un vasallo corrió con desespero hasta sus aposentos, exclamando en voz alta que tenía información exclusiva para su rey. Este, enfadado por la interrupción y el escándalo, le exigió hablar al hombre y que valiese la pena lo que fuese a contar.

El pequeño hombre, quien vestía un traje barato y carecía de una altura masculina digna, intentó explicar con simples palabras lo que había presenciado. Se cuenta que la frase que salió de su boca fue 'Una diosa ha caído del cielo y su desmedida belleza ha cautivado a nuestros futuros reclusos'. La Soberbia no conforme con la declaración decidió ir a ver con sus propios ojos lo que sucedía, por lo que ascendió a la tierra de los vivos para saciar su curiosidad.

Arriba todo parecía un descontrol. Los humanos parecían haberse rebelado, las mujeres habían abandonado su esencia virginal y los hombres se mostraban cual perras en celo. La Soberbia estaba fascinada.

Pasó días buscando a la causante de semejante desastre y un día, cuando estaba por darse por rendido, dio con ella. Se cree que este nunca había visto algo semejante a ella, siendo que su belleza tenia tal magnitud que por cuestión de segundos su cuerpo se paralizó y se vio indefenso. Pero él no era así.

La Soberbia conoció a La Lujuria. Notó que su esencia era tan cautivadora como la suya e inmediatamente supo que necesitaba de ella para fusionar sus ser y crear así el ejército más sádico y placentero que jamás se había visto.

Detalló que su fragancia era distinta a cualquiera, ya que esta olía a impureza y suciedad. A pecado, como la que él emanaba. Su presencia hacía que quisiera saciar ganas incontrolables de placer, haciendo que todos sus músculos se tensaran y su miembro se endureciera. Necesitaba de ella.

La Soberbia cautivó a La Lujuria con sus dotes, ya que esta también notó que no era como lo que conocía. Juntos eran tan imparables como sensuales, bañándose en aguas de sexo y orgullo, sintiéndose poderosos e inalcanzables.

La gente caía rendida a sus pies, pues su química era atrapante y su mandato inevitable. Pocos eran los valientes que se atrevían a mirar a otro lado cuando estos caminaban sobre la tierra. Su legión de ángeles demoniacos creció a tal punto que no daban abasto con el delegar tareas y mantener todo en control, además que el elixir que ellos les otorgaban parecía hacerlos insaciables; Y no podemos culparlos.

La Soberbia y La Lujuria juntaron sus excitantes cuerpos, mentes ambiciosas y un poco de cenizas para conformar a un tercer magnate. Fue así como del sexo, el orgullo y la lascivia nació La Gula. La Gula era el incontrolable deseo de hambre.

Apetito insaciable.

Sed de alcohol.

Hambre de poder.

La Gula sería quien reclutaría a los empresarios más feroces, las mujeres más sensuales y los niños más crueles, para así convertirlos en máquinas con un instinto excesivo y compulsivo del alimento y poder. Serían almas dispuestas a tragarse cualquier cosa con tal de posicionarse entre los mejores, además de comerse a la competencia. No contento con eso, pondría a su favor a todo aquel que ahogara sus penas con vasos y vaso de alcohol y licor.

La Gula tenía una apariencia un poco más desagradable, pero vistosa a los ojos. Quien se cruzara con ella sentiría que su boca se hace agua y sus tripas gruñen con insistencia, queriendo así saciarse con lo que esta les ofrecería.

El poder la consumió y La Gula adoptó un aspecto un poco más avejentado, ya que el constante trabajo y esfuerzo para saciar sus necesidades le quitaban el sueño. Vestía de saco y camisa, ya que su aspecto profesional no podía pasar desapercibido, además de que su fragancia agridulce mezclada con aroma a whisky era suficiente para atraer a cualquier persona que caminase cerca de ella.

De hecho, ¿No fue La Gula y La Lujuria las que generaron un desmedido apetito sexual en Eva, haciéndola caer en la tentación y arrastrando a Adán a la par? El ser humano no tiene derechos frente a Dios pues no se le asemeja, pero tiene obligaciones que llevar a cabo. Una de ellas, mantener la salud corporal y mental, ya que así podría mantenerse dentro de un carril de fe y ceguera; La Gula te incita a encontrar placeres fuera de lo sexual, como puede ser el ámbito laboral o la comida.

Siempre se lo encuentra comiendo, bebiendo o trabajando, todas cumplen la misma función. Si un día caminan por la calle y sienten que un aroma extramente exquisito invade sus fosas nasales e inhibe cualquier pensamiento que no se relacione con el hambre, logrando que su estómago se convierta en un agujero negro que necesita cantidades anormales de comida para sentirse a gusto, déjenme decirles que se han cruzado con La Gula, quien tal vez se ha presentado como Jesús. 

Arder | Versión en españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora