Memoria 5

21 3 0
                                    

La noche aún era joven y la tormenta no pasaba, al menos esa noche me quedé conversando con la doctora Kaede sobre mi larga y tonta historia de amor, se veía tan entretenida que no podía negarme, así que le conté una anécdota de un par de semanas después de lo de aquella conversación con mi hermano.

Recuerdo cuando una tarde Baji y Chifuyu actuaban raro, como si quisieran decirme algo, no quería presionar por lo que no dije nada, lo dejé pasar y seguimos entrenando, les estaba agradecida porque había comenzado a volverme fuerte, me ayudaban a ejercitar y era agradable pasar tiempo con ellos de esa forma, aunque tenía mucha curiosidad por aquello que parecían ocultar, les tomó a eso de tres días, y seguido de un pequeño empujón que Chifuyu le dio a Baji, se echó a correr.

- Ehhh... ¿a donde fue Chifuyu? - lo veía alejarse

- Déjalo, me ha estado presionando con algo pero si lo aplazo más... no importa, oye, ¿estás libre el sábado por la noche? - había observado a Baji por bastante rato ya, sonreí al ver que evitaba hacer contacto visual conmigo, encontraba adorable el ver como lo avergonzaba decirme algo

- No estoy segura de que mis padres me dejen salir... -

- Vamos, será divertido -

- ¿Tenías algún plan en mente? - mi corazón se aceleró un poco, tal vez era su manera de pedirme una cita

- Algo así, la pandilla a la que Chifuyu y yo pertenecemos organizará una fiesta, y pensé que debería llevarte, ya que somos amigos y te vi interesada en conocerme más, te daré la oportunidad -

- Uy, gracias señor interesante - respondí burlona - pero tienes razón, sí quiero conocerte mejor - ahora él me miraba sorprendido, como si no pudiera creer que lo dijera de frente - veré como puedo escaparme de mi casa, nunca lo he intentado pero siempre hay una primera vez para todo, ¿no? -

- E-espera, si eso te puede meter en serios problemas con tu padre olvídalo, ya habrán más fiestas, no te arriesgues a ser golpeada, aún no puedes defenderte del todo, ni siquiera Takeo ha podido aún cuando yo lo entrené, ¿o ya se recuperó? -

Bajé la mirada - aún no, mi padre se excedió un poco... -

- Entonces tú quédate quieta, ¿de acuerdo? -

Negué con la cabeza y volví a mirarlo determinada - estaré bien, si logro escapar de mi casa, ¿irías por mi? -

Mi querido amigo suspiró - iré, pero mira, te esperare en la esquina, si no estás ahí a las 8 a más tardar, me largo -

Sonreí al verlo preocuparse de esa forma - si esa es tu forma de evitar que me meta en problemas, está bien, pero ahí estaré a tiempo -

Eventualmente Chifuyu volvió y continuamos con la práctica de ese día, pero ahora yo no podía dejar de pensar que Baji mismo me había invitado a una fiesta, estaba un poco nerviosa, ¿qué debía usar? ¿En donde sería la fiesta? ¿Qué clase de gente habría ahí? Mi cabeza no dejaba de dar vueltas pero no podía darme por vencida antes de intentarlo, sabía que mis padres no me darían permiso jamás para ir a una fiesta a esas horas, por lo que hice lo que cualquier chica hubiera hecho en mi lugar, así que al siguiente día en la escuela le supliqué a una amiga que me dejara usarla como excusa para poder ir a la fiesta sin preocuparme, al principio se negó, cómo tenía tiempo sin hablar con ella porque ahora yo prefería estar con Baji y Chifuyu, se sentía desplazada, pero entonces recordé la razón por la que me llaman princesa y usé por primera vez aquel poder con el que me bendecía mi padre, le pagué para ser mi coartada, y con una pequeña cantidad estuvo contenta, solo debía ir a su casa y llamar desde allá para avisar que todo estaba bien, y como eso sería antes de la hora acordada con Baji, no tenía ningún problema. En cuanto tenia listo mi plan de escape, le pedí a Baji que esperara por mi en una dirección cerca de la casa de mi amiga, y me miró con una sonrisa que sentí iba a derretirme si la volvía a ver.

- Parece que ya lo tenías todo bajo control, bien, estoy impresionado -

- Baji... - verlo sonreír orgulloso de mi me había llenado de motivación

- Creo que contigo ahí, la fiesta será más interesante -

- Por cierto, no se si sea algo que te inquiete pero habrá un par de chicas más por allá, si te llegas a abrumar con todos los demás miembros, siempre puedes ir a hablar con ellas - dijo Chifuyu, distrayéndome de mis pensamientos y me hizo suspirar de alivio

- De hecho sí estaba un poco preocupada por eso, creí que irían solo hombres -

- Nah, también hay chicas, solo que a veces es difícil para algunos hacer amigas, ya sabes, no somos particularmente amigables - dijo Baji

- Espero no lo digas por ti ni por Chifuyu - reí un poco - ustedes dos son las personas más amables del mundo -

- Es que no nos has visto en peleas... - Chifuyu sonreía nervioso

- Tiene razón, pero bueno, estas loca y supongo que por eso eres nuestra amiga - Baji sonreía burlón

- Si son amigos de esta loca, eso los vuelve iguales a mi, ¿no? - reí aún más, siguieron molestándome y yo a ellos

Sí, mis días con ellos eran preciosos, y me emocionaba poder ir a una fiesta con ellos, y por ser sábado, podía pasar fuera todo el día, y solo tenía que llamar desde la casa de mi amiga, y al ya casi ser las cinco de la tarde, fui a su casa y pedí permiso para llamar en cuanto ya era la hora, no fue gran problema, me quedé con ella un poco más antes de que Baji llegara por mi, y como comenzaba a anochecer, me fui de esa casa bajo la excusa de que me tenía que regresar a la mía, pero en realidad fui al punto donde vería a Baji.

Yo no recuerdo ni lo que yo llevaba puesto pero él se veía increíble usando su uniforme de pandillero, se veía bastante bien en su motocicleta.

- Que puntual, princesa - dijo Baji

- Lo mismo digo, llegué 10 minutos antes y aún así ya estabas esperándome, qué caballeroso eres -

- Tengo mis momentos - sonrió divertido - entonces ¿vas a subir? - Asentí, me acerqué y como pude, logré subirme a la motocicleta, no sabía cómo sujetarlo o cómo sostenerme y parecía que se dio cuenta de ello - que no te de pena, abrázame, esta bebé corre rápido y no quiero que caigas -

Hice lo que me pidió, me aferré a él como llevaba días queriendo hacerlo, y una vez que se cercioró de que estuviera bien abrazada a él, arrancó y nos fuimos.

Era agradable, al principio estaba asustada, nunca había subido a una motocicleta, pero Baji parecía tener experiencia conduciendo, por lo que me relajé un poco más y comencé a disfrutar del viento en mi cabello, mientras que el de él me hacía cosquillas en la cara, pero lo mejor de todo era poder abrazarlo, no quería dejarlo ir, ni siquiera podía concentrarme en la vista, creo que ahí fue cuando por primera vez fui honesta conmigo misma y admití para mis adentros que estaba enamorada.

Broken promisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora