Memoria 3

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"¿Lo vieron? El pandillero de la otra clase y el delincuente fueron a comer con la princesa ayer"

"Me dijo una amiga que Reiko se veía asustada y tenía lágrimas en los ojos, ¿por qué nadie fue por un maestro?"

"Les dije que el delincuente usaba lentes solo por fingir, no los usa desde ayer, pronto volverá a ser el delincuente de antes"

"Mis superiores dicen que esos dos ya los han golpeado antes, ¡que miedo!"

"Creo que la princesa está siendo manipulada por esos dos, deberíamos preguntarle si está siendo amenazada"

No, no estaba en peligro, al contrario, ese par me hacía sentir completamente segura, eran respetuosos y amables, no podían ser como los rumores los pintaban, pelear contra otros pandilleros era como un pasatiempo más para ellos, y sí, las lágrimas estuvieron rodando por mi cara porque me hicieron llorar de la risa, la hora del almuerzo era la mejor parte de mi día.

Recuerdo que un día me había costado trabajo poner atención durante clases, no podía dejar de verlo, ahora que se había quitado los lentes me parecía que tenía un aspecto más... salvaje, pero así lo prefería, realmente no embonaba la imagen que vi de él siendo él mismo peleando, tan deslumbrante y caótico, con la imagen del chico que quiere aparentar ser el alumno perfecto, que era en realidad el perfecto contraste con el verdadero Baji, este era una mentira.

Las chicas que eran mis supuestas amigas de ese entonces me arrastraron de nuevo a la salida, y digo arrastrar porque a base de llevarse mi mochila y un par de empujones bastaron para llevarme con ellas, aunque quería quedarme, mientras salía del salón, mi mirada se encontró con la de un inexpresivo Baji, era horriblemente difícil leerlo, pero una vez estaba en el patio con mis amigas y otros pocos compañeros de clase, comenzaron a bombardearme con un montón de preguntas y comentarios, y como todos hablaban al mismo tiempo, no pude entender nada.

- ¡Cállense ya! ¿Qué quieren? - me frustré al no entender nada

- ¡Reiko! ¿Te tienen amenazada? - dijo una chica

- ¿Te van a hacer algo o a tu familia si no pasas el día con ellos? - preguntó otro compañero

- ¿llamamos a la policía? - tres de mis amigas dijeron al unísono

- No a todo lo que acaban de decir, son buenos chicos y quiero pasar más tiempo con ellos - les arrebaté mi mochila

- Oh dios, la princesa se volvió loca - dijo otro

- Son peligrosos, esos dos acabaron con ocho de mis superiores - exclamó preocupado otro chico

- Son buenos peleando, es todo, y es mejor que dejen el tema, no se metan en donde no los llaman, y de paso dejen de crear rumores sin fundamentos - Me di la vuelta para volver al salón de clases con Baji y Chifuyu, pero no contaba con que se pondrían a jalar mi mochila

- ¡no vayas allá! -

- ¡Los rumores existen para mantenerte alerta! -

- ¡Son peligrosos, Reiko! -

Estaba forcejeando pero entre tres de ellos tiraban de mi mochila, un segundo fingieron que la soltaron pero solo fue un intento de arrastrarme con ellos, no contaban con que me soltaría de la mochila, solo caí al suelo, raspándome las rodillas y rompiendo las medias que tenía.

- ¿¡Qué está pasando aquí!? - llegó un profesor y la mayoría de compañeros se echaron a correr, y aventaron mi mochila a un lado

- ¡Watanabe! - Exclamó Baji mientras se apresuraba junto a Chifuyu, ambos me ayudaron a levantarme.

Broken promisesWhere stories live. Discover now