Ballisaray Cap 19. Lágrimas negras

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     Malik estaba prestándole atención, de repente quería saber todo de aquel médico, imaginar cómo era tener una vida libre.

     —Estudié muy duro todo el tiempo y me gradué joven, al igual que Sehun, es mi mejor amigo... ambos somos homosexuales. Yo lo descubrí a los catorce años, cuando una chica me besó por primera vez y yo sólo... no podía dejar de pensar en su hermano mayor... —sonrió— Puedes interrumpirme si te aburro.

     El bailarín se levantó para alcanzar unos aceites, desnudó a Kyungsoo y mientras lo escuchaba empezó a darle masajes. 

     —Habla, Ballisaray, quiero conocer el mundo a través de tus palabras...

     —Nunca he sido de los que se arriesgan demasiado, pero a cambio soy de los que logran lo que se proponen, soy una persona esforzada y seria, una buena persona, Malik y ¡Dios...—exclamó con un gemido— lo que estás haciendo se siente muy bien!

     —¿Por qué has venido a Turquía, Ballisaray?

     —Me gusta decir que Sehun me convenció, pero la verdad no soy una persona fácil de persuadir. Decidí venir porque estaba cansado de lo mismo, quería... tener una vida interesante, conocer cosas nuevas. Yo estaba hastiado de sentirme preso de mi estudio y de mi empleo... de ser esclavo de un sistema al que nunca le vería final, supongo, y quién sabe, tal vez hasta enamorarme como mis padres y mis abuelos... ¿Te parece ridículo? No te burles de mí. Hay un motivo más, uno importante...

     —¿Qué puede ser más importante que buscar el amor?

     —Es que yo... no quería ir al ejército, era el momento de cumplir mi servicio militar obligatorio, había estado escabulléndome de él desde hace mucho y al final, eso fue lo último que pensé antes de decidirme.

     Malik estalló en risas, cayendo al lado de Kyungsoo, terminando con los masajes para sostener su propio estómago. El médico ignoraba qué podía ser tan divertido, pero pronto estuvo riendo también porque la risa del turco era divertida y linda. Al fin logró controlarse un poco y limpió lágrimas de sus ojos con cuidado para no mancharse con el khôl.

     —¿Qué es tan divertido, eh? —consultó el médico, a lo que Malik respondió con un movimiento de cabeza, negándose a soltar prenda— Bien, mi rosa del desierto, lo menos que puedes hacer es decirme por qué te burlas de mí, después de todo lo que te he contado.

     —¿Cómo me has llamado? —preguntó sorprendido, acabando con su sonrisa.

     —Rosa del desierto... ¿Crees que sólo tú puedes llamar a las demás personas con palabras hermosas?

     Hubo un velo en el corazón de Malik que en ese momento cayó y fue arrastrado por el viento. Casi pudo verlo revolcado entre las arenas del desierto, alejándose poéticamente... volando, revoloteando. Su corazón había quedado un poco expuesto... pero no dolía, no tanto.

     —Daría lo que fuera, Ballisaray, porque mi mayor preocupación fuera  estudiar y trabajar en un hospital. Mis jefes son el peor de los verdugos. Yo estaría tan feliz incluso de ser un soldado llamado a la guerra, porque incluso las guerras tienen un final, pero en mi desierto el tiempo está suspendido.

     Algo dentro de Kyungsoo se lastimó mucho con esas palabras y también le hizo sentir una profunda vergüenza. A pesar de que deseaba lanzarse sobre Malik y besarlo hasta quedarse sin labios, no lo hizo. En ese momento, el bailarín era una persona tan vulnerable que si lo besaba temía lastimarlo. En cambio, acarició su cabello con leves roces, se perdió en aquellos ojos, buscando más allá del pesado maquillaje a la persona, al ser humano, dejando al dios de lado. Pasado un tiempo permanecieron en silencio, viéndose muy de cerca, respirando. Habían dicho más en los últimos minutos en circunspección que usando palabras en cualquier idioma. Una lágrima resbaló por los ojos del moreno y el médico no hizo nada para detenerla, no se apresuró a limpiarla con sus dedos ni a consolarlo porque prefirió dejarlo sentir su dolor, eso es lo que buscaba de todos modos. Tenía que ser valiente si quería hacerle creer a Malik que estaría bien confiarle su sufrimiento.

     —Rosa mía, si pudiera te cubriría con un biombo de cristal para que nada sea capaz dañarte... el desierto es difícil incluso para un cactus.

     Los ojos de Malik se cerraron con fuerza y exprimieron más lágrimas que bajaron negras, lavando el khôl, creando un camino de delgadas figuras oscuras en su rostro. Las lágrimas negras de una rosa del desierto eran contagiosas, porque pronto Kyungsoo también estaba llorando. No es que él fuera especialmente sensible, de hecho, se le había acusado de ser frío en el pasado. Era la mirada de Malik la que lo hacía conmoverse. En cada ojo había un grito silencioso del dolor más desgarrador. Si las lágrimas no estuvieran teñidas de negro, Kyungsoo podría jurar que esos ojos llorarían sangre. 

     El médico se acercó hasta que su frente se apoyó en la del odalisco, tomó sus manos y cruzó sus dedos con él y fue de ese modo, sin palabras, cuando estuvieron realmente cerca, incluso más que estar dentro de él en un orgasmo, incluso más que dándose explicaciones. Fue de ese modo que Kyungsoo pensó que al igual que sus padres, podría enamorarse.

     Lo único que valía la pena en el lujoso palacio del amor Ask sarayi, era una rosa cuyos pétalos estaban agrietados.  

Continuará...

Campaña corazón azul en contra de la TdP

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Ballisaray [Fanfiction EXO/ KaiSoo|SooKai-HunHan]Where stories live. Discover now