Ballisaray [Fanfiction EXO/ KaiSoo|SooKai-HunHan]

Ballisaray Cap 9. Geyik es una sombra

«¿Ha caído el rocío de la noche en tus ojos?

Por favor, no me mires con esos ojos húmedos(...)

Araré los campos de las nubes.

Plantaré la lluvia en el corazón del cielo.

En el sol prepararé tu té,

lo filtraré de mi corazón y te serviré así.

Meteré un palo en la rueda del destino.

Ya basta, no me mires con esos húmedos ojos.

¡Por favor! No me mires con esos húmedos ojos».

Baris Akarsu—Islak islak.

Cortesía Fujomekay

     Geyik estaba partiendo frutas para hacer un postre, eran muchas, al menos sesenta manzanas que debían estar listas para alimentar a toda la gente que entraba y salía de Aşk Sarayı. Las mujeres que se encargaban de la cocina y él ya estaban acostumbrados al trabajo, así que no había mayor novedad.

     La Gacela, como solían llamarlo, tenía una peculiaridad que lo hacía diferente a las demás personas de ese lugar: Él era prácticamente mudo. Nunca hablaba más que un par de palabras turcas, generalmente, el único que tenía el privilegio de escuchar su voz con frecuencia era Malik, pero a pesar de su mutismo, Geyik era capaz de entender cualquier idioma. Con el paso de los años, en especial los dos últimos  perfeccionó ese arte,  desde que dejó de ser la principal atracción de Aşk Sarayı para cederle su espacio a Malik. Ataviado entre velos negros con su pequeña figura y su silenciosa presencia se convirtió en casi una sombra que la mayoría del tiempo no era notada a menos que necesitara servir una mesa, aunque a veces cuando Kris estaba de mal humor...

     El dolor de su carne se alivió cuando no tuvo que seducir a las personas con su baile o con su legítima presencia. Se agotó de conseguir luces artificiales a esfuerzos de curvas y gemidos, se cansó porque esas luces en cada momento de crisis siempre lo dejaban en la oscuridad. La única vez que se enamoró, consiguió una pequeña estrella para mantenerse vivo. Ese hombre dueño de su afecto ya no estaba, pero lo había ayudado a dejar de bailar. El tormento de su cuerpo se alivió cuando no tuvo que soportar besos sobre su piel, caricias suaves ni fuertes, ni palabras de amor, pero el dolor en su alma de algún modo creció porque los besos, las caricias y las promesas pasaron a caer sobre Malik, su amado, su joya, su luz.

     Aquella mañana escuchó que Kris viajaría a Ankara junto a Rabih para cerrar unos negocios, lo más probable habría ocurrido algún problema con el palacio de la capital o habían traído chicas nuevas. Era en esos días cuando los guardas estaban especialmente atentos en las puertas porque no podían permitir que nadie escapara en la ausencia del rey, pero ellos eran sólo piedras pesadas para Geyik. El verdadero obstáculo era ese hindú llamado Patel que los vigilaba desde la habitación de al lado mientras atendía llamadas de Kris quien monitoreaba cómo iba todo.