𝑷𝒆𝒐𝒓 XLV

Start bij het begin
                                    

—¿Qué?— un rubor violento se apoderó del pelirrojo—. Suéltame.

—No soy mucho de golpearlos, ni de castigarlos, pero dado que me sangra el hombre por tu culpa, debo hacer algo contigo— lo soltó de mala gana, y de paso un quejido se coló por sus labios—. Al final no era para tanto, solo necesitaban una distracción para tener tiempo.

—Señorita, venga, la llevaré a la sede para ser atendida— Hirotsu se acercó notando la herida en su brazo—. Le pido disculpas por la incompetencia de Tachihara.

—No te preocupes, estaba pensando en matarlo— esperaba una reacción más violenta del pelirrojo, pero ni se inmutó.

—Le pido que lo deje pasar esta vez, de ser necesario, yo aceptaré su castigo— la risa de la más baja lo hizo temblar, incluso a Tachihara.

—Es una broma, pero ya que fue su culpa, él me llevará, tú haz el conteo de las bajas— pateó levemente la pantorrilla del ojiámbar—. Vamos, no ruegues por tu vida, un mafioso no debería hacerlo.

.
.
.

—¿Un herido?— Nakahara no le dió importancia a lo dicho por la mujer castaña.

—Es la sexta ejecutiva, parece que fué un disparo— la secretaría de Kōyō tapó sus labios con los papeles—. Me retiro.

Chuuya dejó de lado todo, para llegar al cuarto de enfermería, dónde la joven era atendida por una anciana que solía ser grosera—. Mocosa de mierda, deja de meterte en problemas.

—No le hables así— el de chamarra verde posaba su peso en la pared cercana.

Jane ignoró aquello, y metió otra gomita en su boca, buscaba no pensar en el ardor del roce, alzó la cara y encontró a Nakahara respirando profundamente—. Hola.

—Ya acabamos— la anciana golpeó su brazo herido—. No dejes que te den en la cara, perderás tu belleza, mocosa.

—Que no le hables así— Tachihara rodó los ojos frustrado.

Salió pasando junto a Chuuya, su mirada estaba fija en su brazo, por un momento pensó en cómo sería verla morir y sintió cómo todas las palabras dichas se esfumarían con ella, el tiempo dejaría de existir y solo estaría rodeado de una soledad temible—. ¿Estás bien?.

—Claro— se asustó al verlo acercarse con esa expresión extraña—. Tachihara, vete, por favor.

El de ojos ámbar hizo caso, salió mirando de reojo a su superior que lucía consternado. Cerró la puerta detrás de él. 

—Mira, estoy bien— alzó el brazo para probarlo.

—¡No te muevas!— la abrazó con rudeza—. No te muevas, por favor, te hará mal.

—No era grave— tartamudeo antes de ser apretada aún más fuerte—. Por favor, cálmate.

No te atrevas a moverte, no quiero que nada malo te pase— susurró aún más sumido en sus desesperación.

—Nakahara— Jane prácticamente luchaba por sentir un poco de espacio, le comenzaba a faltar el aire—. Estoy bien, no tienes que preocuparte por un rasguño...

Por favor— suplicó arañando su espalda—. Jura que no te pasará nada malo, por favor, necesito que lo hagas.

—Me duele si me aplastas así— murmuró—. Lo juro, no moriré, ni me lastimarán.

—Yo…lo siento, solo quiero que estés segura.

Si pudiera escoger una forma de morir, sería está, pero de verdad me duelen los senos— acarició su nuca logrando ser alejada apenas unos centímetros—. Puedes darme un masaje.

𝑺𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 [Cʜᴜᴜʏᴀ x OC]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu