32 - EL RESGUARDO DE LA LUNA

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La bruja oscura miró al grupo de rebeldes que tenía delante

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La bruja oscura miró al grupo de rebeldes que tenía delante. Sintió que el destino movió influencias para arreglar ese encuentro, como si todo estuviera escrito...

—¿Qué pruebas tienen para acusar a Antina? —miró a la chica rescatada del prostíbulo— ¿Fue Antina la que te puso en ese lugar? —la otra la miró con angustia, en su interior deseaba responderle a la mujer que salvó su vida.

—¡Tch! —se quejó Elena al despegarse de su oso y caminar hasta Acacia, le abrió la boca para mostrar el muñón de la lengua— ¿Ves eso? Es un mutus, un maleficio.

—Magia negra...

—Así es. La persona que le cortó la lengua se adueñó de sus palabras y bloqueó el límite de información que puede expresar.

—¿Ni siquiera escribiendo?

—Tampoco escribiendo. No puede decir quién la esclavizó, ni cómo le quitaron la maldición, ni nada que haya ocurrido dentro de este bosque.

—Todo empezó hace algún tiempo —dijo Demetra al buscar asiento sobre un tronco caído—. Junto a algunas que ya no están quisimos plantearle a Antina la posibilidad de anular el aquelarre, buscar una tierra virgen y establecernos allí como una nación más. Integrarnos al mundo, para decirlo más claro.

—Estoy segura de su respuesta.

—Se negó. En un principio creímos que solo era una mujer anticuada con mucho apego a las viejas tradiciones, pero luego varias de nosotras comenzamos a notar algo extraño. Algunas brujas que fallaban las pruebas del aquelarre desaparecían. Así que decidimos investigar. Nos pusimos en contacto con una de ellas y nos dijo que Antina se le acercó para ofrecerle "otra manera de abandonar Refuggi", esa joven...

—Era mi hija... —continuó Musa mientras acariciaba a su lagarto—. Las brujas Wicca me advirtieron lo que sospechaban y me explicaron sus ideas de libertad, creo que todas hemos pensado en eso alguna vez —al prestar atención se veía como sus orejas se movían levemente subiendo, bajando, hacia delante y hacia atrás; la bruja del sonido es capaz de oír hasta las más mínimas vibraciones—. El hecho es que mi pequeña falló su primer intento y sin que yo lo supiera la alfa le había ofrecido esa extraña propuesta. Entonces le pedimos que le siguiera el juego para averiguar lo que tramaba y... —la voz se quebró ante un dolor que aún no cicatriza, algunas lágrimas cayeron y Acacia se acercó para cobijar con sus brazos.

—Tranquila, querida —retomó Demetra—. Le pedimos que aceptara la propuesta y las seguimos. Con eso pudimos descubrir su oscuro secreto... —Lu escuchaba atenta, ansiosa— En la espesura profunda, oculta con un iluzu, tenía una cueva. Bastante amplía, con algunos pasadizos, habitaciones y muchas jóvenes encadenadas. Más de las que te imaginas. Una auténtica mazmorra. La verdad es que no tenían ninguna posibilidad de elección, cuando pisaban ese lugar eran sometidas por la fuerza. Antina primero anula la magia colocando el grillete con la excusa de que es necesario para poder salir del Refuggi, cuando la esclava descubre la verdadera naturaleza del objeto ya es demasiado tarde, sus poderes son nulos. Entonces queda a completa merced de las malas intenciones de su raptora.

UN SECRETO EN EL BOSQUEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora