La aldea de Orhin es conocida por albergar a los mejores cazadores del reino y también por estar cerca del bosque donde se esconden las brujas. Un encuentro inoportuno pondrá en peligro la frágil paz entre ambos pueblos.
#3 en Fantasía (04/07/2022)
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La expresión de Jol no poseía ni un ápice de duda. No tenía idea de lo que hablaba, pero estaba completamente seguro que quería ayudar a Diadema a ser libre. Sin importar la dificultad de tal objetivo.
—Te ayudaré a romper la maldición y nos iremos juntos de este bosque. ¿Qué dices?
—Eso... —los ojos de la bruja estaban abiertos por la sorpresa y su corazón derretido en amor por la propuesta— Eso sería hermoso... —en toda su vida jamás se le cruzó la idea, simplemente porque no se creía capaz de quitarse una tradición milenaria— No estoy segura de que sea posible.
—Tiene que haber alguna manera...
—Es una magia extinta. Ya nadie conoce el lenguaje para invocar energías tan antiguas. Es improbable que podamos lograrlo...
—Eso no es tan cierto... —dijo una voz desde el interior del aguacero. Ninguno de los dos escuchó los pasos. La bruja del canario se adentró en el resguardo del árbol. Jol se puso un poco nervioso ante la presencia de la desconocida que evidentemente era una pagana.
—¿Trisha? —se extrañó la bruja de sangre— Tranquilo, es mi amiga —dijo al rostro nervioso de su cazador.
—Mejor amiga... —agregó la otra entrecerrando los ojos y dando una mirada de jueza al joven.
—Déjame adivinar, mi madre volvió a enviarte para buscarme...
—No. Pero sí está muy preocupada. La que me envió fue Lu...
—¿Lu? Esa es la tía de Diadema, ¿Verdad?
—Están pasando cosas raras en el pueblo y no sabemos en quién confiar —continuó Trisha sin ni siquiera mirar al muchacho—. Tu tía sospecha que algo muy turbio se esconde en las entrañas de Refuggi.
—¿Está relacionado con esa maldición de ustedes?
—Además, estaba preocupada por ti —volvió a ignorarlo descaradamente.
—¿Qué clase de cosas turbias? —quiso saber Diadema.
—Ay, es una larga historia...
Trisha se apoyó en las raíces, sacó desde debajo de su manto una hogaza de pan de la que arrancó pequeños pedacitos que dió al canario en la capucha. Comenzó a relatar las palabras de la viajera con el mayor de los detalles posibles, pero solo la parte que le parecieron necesarias para comprender la situación. Dijo que se hizo amiga de un humano sin más explicaciones, para los amantes de razas distintas no fue algo extraño. Se centró en los años que la bruja oscura residió en la capital, donde se explayó. El trabajo en la biblioteca, las relaciones amorosas, los problemas políticos y finalmente lo ocurrido en la Posada Púrpura. Los dos oyentes prestaron atención hasta la última palabra dicha entre la llovizna, a la bruja le impactó más por tener relación directa con la protagonista de la historia. Jol se agarraba el mentón en un gesto pensativo.
