67. Mi odioso marido

598 17 41
                                    

En un mundo alterno ...

Era tan indiferente como siempre con mi supuesto marido, el único lazo que nos unía era el trato entre ambos estados. Para no caer en guerra tuve que sacrificar mi libertad metiéndome con el terrible y odioso — Ben, mi dulce y amado hijo ¿como has estado - pregunto mi suegro abrazando al hombre a mi lado. Hoy era la cena de año nuevo y como era tradición nuestras familias se reunían para recibir el año todos juntos. Era la típica cena aburrida y obstinan te en donde tú tía hace comentarios de sus adoradas hijas y donde tus primas te hablan de temas que no te interesan. 

Todo eso era mejor que quedarme pegada al brazo de Ben toda la noche, le sonreí a su padre y los deje solos. La pregunta que se deben estar haciendo es ¿Por que? ¿Que ha echo ese hermoso hombre para recibir tanto odio? Pues fácil. Casi desata todo un escándalo cuando se entero que se casaría conmigo. A sus veinte años quería seguir siendo libre y no deja de reprocharme que le arruine la vida por proponer la boda. Nunca hemos compaginado bien, es tanto su rechazo que ni siquiera dormimos juntos, no se crean, si intente que la relación funcionara, al menos para llevar una relación sana pero cuando el no puso de su lado decidí rendirme. 

Nunca me gusto y tal vez nunca lo haría, era una especie de hombre distinta, te bajaba las bragas con solo verlo pero apenas conversabas con el te dabas cuenta que no era perfecto. Tan fanfarrón, odioso, egocéntrico, dominante y tormentoso pero guapo, hermoso, todo un modelo de revista.  Pensaba solo en el mismo, cada cosa que hacia era para su beneficio. Si yo pude renunciar a mi libertad ¿Por que el no? . Yo veía todo lo malo en el pero el resto... Lo amaba, adoraban a Ben como si fuera un dios griego, el presidente de la república incluso llegue a ver a muchas chicas con su foto pegada a sus paredes.  

Deje de fulminarlo  con la mirada en un rincón cuando mi madre toco mi hombro, explotando mi burbuja de ira — ¡Hola mamá! ¿te gusta como quedo todo? - pregunte. Me encargue de que la decoración y comida estuviera perfecta para ella.

— Si, muy lindo. ¿Sabes que me haría más feliz? - me pregunto mientras tomaba de su copa. Mi madre llevaba un largo y brillante vestido verde, a pesar de tener sus cuarenta años se mantenía hermosa e imponente. Su cabello largo y negro brillaba detrás de ella y sus ojos sin duda hacían juego con el collar de rubíes verdes que llevaba puesto. Era una hermosa gobernante — Que pasarás más de cinco minutos al lado de tu marido. Por dios Mal haz un esfuerzo por amarlo.

Y ahí el ambiente alegre de la reunión se desvaneció para mi, tenía de nuevo a mi madre regañona. Nadie lograba entender que enserio me esforzaba por quererlo pero era muy difícil ¿Como amar a alguien que tiene el ego por las nubes y que por su boca salen puras idioteces?. Gire los ojos fastidiada — Te recuerdo que la clave para una relación sana es que ambos se han independientes, no puedo estar como garrapata pegada a el - le recordé. Ella misma me regalo el libro en donde lo decía.

Converse un poco más de ella sobre otros temas, la economía del estado, el pueblo y demás cosas importante. Luego de eso se alejo y quede de nuevo sola, no me molestaba de echo me hacia mucha falta. Un mayordomo me extendió una copa con un poco de vino para el brindis. Ya iban a ser las doce de la noche y no lo sabía.

La acepte al tiempo que me acerque a la familia. Los Beast se tomaban de la mano y abrazaban a su imbécil hijo con un amor genuino. Me uní colocándome al lado de Ben, el me rodeo la cintura sin voltear a verme. En lo único que ambos llegamos a estar de acuerdo fue que en público debíamos ser los esposos más enamorados y empalagosos, dispuesto a dar la vida el uno por el otro cuando en realidad lo que queríamos era matarnos. 

El reloj retumbo por toda la sala y los fuegos artificiales no se hicieron esperar, todos soltaron un grito de fascinación, excepto yo. No crean que soy aguafiestas, si intento divertirme pero el estar con personas como ellos me hacían odiar todo. Eran muy hipócritas. ¿No había nada bueno en ellos? La respuesta es no. De un solo golpe trague todo el vino que tenia en mi copa, iba a necesitar más debía quedarme ahí así que en cuando me ofrecieron más tome toda la botella y salí al jardín. Nadie noto mi ausencia, si quiera mi madre me abrazo al empezar un nuevo año.

El Principe Y La Villana | One-Shots BealOnde histórias criam vida. Descubra agora