41. Galletas

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El palacio se mantenía cálido gracias a la chimenea. Rey y reina tenían mucho frió esa noche y lo único que hacían era ver películas navideñas en cama con muchas sabanas encima.

 — Ese niño es todo menos un angelito - opino Mal 

Veían una de las películas favoritas de Ben pero estaban sintiendo hambre. — No te alejes de mi - pedía cuando su esposa intento levantarse 

— Amor, ¿No tienes hambre? prometo volver rápido - el rey ignoro sus palabras y la abrazo con fuerza. Mal dejo de tener frió, olvidaba que nevaba afuera. — Ben, amor - rió  — Ven conmigo entonces.

El joven castaño se quejo, estaban pasando la mejor parte y el cuerpo de Mal pegado al de el lo hacia sentir bien, estaba pasando una excelente noche. — Pero solo espera cinco minutos - pidió sin despegar la vista de la pantalla y así fue. Cinco minutos después ambos gobernantes estaban en la cocina haciendo galletas.

La hija de Hades empezó por hacer la masa — ¿De vainilla o chocolate? - pregunto

— Algo rápido princesa - la abrazo por detrás  — Lo que quieras.

— No ayudas, amor - rió  — Me acercas la harina porfa- todo estaba en el suelo — ¡Ben!

El mencionado se disculpo varias veces. Lo que paso fue que lo tomo por un extremo y con una sola mano ademas de que se distrajo con Mal y su pijama. Después de varios desastres de harina y mantequilla lograron meterlas al horno. seis fueron hechas por Ben y otras seis por la reina.

— ¿Cuanto tardan? - pregunto sentando en la mesa 

— No mucho ya veras - guiño un ojo la descendiente del Mal. Dijo un hechizo que se memorizo hace dos años para poder vencer a Jay en una carrera. En menos de dos minutos las galletas estaban listas. las sacaron del horno y la dejaron reposar — Podemos ir a ver la película mientras - su esposo asintió y subieron rápido a su habitación

EL hechizo de Mal tuvo un pequeño error. Las galletas si se hicieron pero también tomaron vida. Ya que le dieron forma de las doce galletas se levantaron y huyeron de la cocina.

La pareja estaba abrazada y sin frió. No miraban el televisor, se concentraron mas en los labios del otro. Mal admiraba a Ben en todos los sentidos, lo amaba y  adoraba que siempre estuviera pendiente de ella. — Eres el mejor - observo sus ojos

— No mas que tu. Eres perfecta - besaba su cuello con lentitud, dejaba besos en el camino pero llamo su atención la puerta de la habitación, estaba abierta. — Mal ...

Antes de que siquiera volteara algo subía su cama. La curiosidad mato a la reina y se acerco a ver que era. — Que verga...? - tres galletas jalaban sus sabanas para subir a la cama 

— Mal...! - ambos no sabían que hacer ¿Se las comían o la pateaban o les obsequiaban un lado en la cama? 

Decidieron tomarlas y bajar a la cocina. Mal fue la primera en saltar de la cama. La cocina era un desastre. Todo estaba volteado y en el suelo, la sola que no quisieron tomar era una piscina para las dos galletas y las que Ben llevaba en mano escaparon para seguir con es desastre. — Me mordió - observo su mano 

Mal silbo con fuerza llamando la atención de todas — Bien, ya fue suficiente diversión ¡Limpien todo este lugar! - no sabia que salio mal en su hechizo pero ninguna galleta le hizo caso, incluso le lanzaron cosas a los reyes

 — ¿Ahora que? - pregunto su esposo — ¿Como las vencemos? 

— Ben son harina, debe de ser sencillo - pensó que seria mas sencillo usando su libro pero no lo tenia y debía de improvisar. Una olla estaba cerca y tenia tapa, entrego la olla a Ben y ella se mantuvo con la tapa. — Tu por la izquierda y yo por la derecha 

Así fue y mientras lanzaban cebollas, salsas y cucharas ellos se cubrían con lo que tenían, solo hasta que estaban cerca y lograban atraparlas. No fue fácil pero las metieron en la misma olla donde estaba la sopa que no tomaron. — Enciende la - ordeno el rey y fue lo que hizo Mal. Prendieron la cocina esperando que las galletas se derritan o algo por el estilo. 

Abrieron la olla y era algo muy feo. Una sopa de verdura con pedazos de galletas. Estaba muy mal botar la comida y la reina prefirió dejarlo ahí. — ¡¿ Pero que..?! - escucharon a sus espaldas. Eran La señora Potts con Lumiere y Bella — ¿Que paso aquí?

La cocina era un total desastre, la pareja se miro — El-Ella fue - dijeron al mismo tiempo —¡Ay claro que no!

FIN.




El Principe Y La Villana | One-Shots BealWhere stories live. Discover now