44. Caminos distintos

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El día no era como todos se lo imaginaban. La reina abrió de golpe las puertas de su habitación, sentía que se asfixiaba cada segundo que seguía en esas paredes, seguía escuchando las voces, estaba cansada.

— ¡Ya basta! - suplicaba tapando sus oídos. 

 No eres lo necesario - era la voz de la reina Leah 

— Tal vez un mini bestia solucionaría todo - su suegra ahora la aturdía

— El nunca convertirá una villana en reina - oyó a lo lejos

— ¡Vete al infierno Mal! 

Seguía caminando de un lado a otro con la esperanza de que esas voces se callaran pero era imposible. Su mundo daba vueltas cuando quiso parar de caminar, sentía algo húmedo en sus mejillas, estaba llorando sin darse cuenta.

— Amor - esa voz siempre la salvaba, dejo de oír a todos los demás y se dejo abrazar por el, su rey. — ¿Que pasa,que tienes? - besaba su frente 

De la boca de la reina no salia ninguna palabra, necesitaba sentirse segura y siempre que lo tenia a el era intocable para el congreso o al menos un poco. Pasaron varios minutos para que Mal tomara la compostura y decidiera hablar con su marido — Estoy cansada de todo ¡Me presionan demasiado! No puedo prestar atención a tu madre cuando la mía anda suelta por ahí - se asomo al balcón  — No quiero tener a ningún heredero - concluyo llena de furia y tristeza

Siempre sucedían cosas así cuando Ben dejaba el reino para hablar con algún duque o conde, pensaba que su esposa estaba en buenas manos con su madre pero era un error, la llenaban mas de presión igual que las reuniones diarias con el consejo y sin sus amigos cerca comprendía el nivel en que llegaba Mal — Podemos hablarlo, todo se resolverá amor tranquila 

 — ¡Deja de decir lo mismo! Nunca se resuelve nada y no lo hará hasta que enfrentemos a los segundones - limpio sus lagrimas. El castaño se levando de la cama, era una pésima idea.

— Ya te dije que no Mal es peligroso - le recordó

Harta de que siempre usara las mismas excusas la hija de Hades decidió soltar todo lo que llevaba guardado — ¿Para ti o para mi? 

— Nunca entiendes - miro sus ojos verdes — Te estoy protegiendo para que nada malo te pase, ni a ti ni a 

— Ni a nadie ¡No pienso complacer a nadie! Ni siquiera a ti - confeso — Hay cosas mas importantes allá - señalo la isla — Se supone que un rey debe pensar en su pueblo no en si mismo 

— Hay personas malas aquí y quiero tenerte a salvo - aclaro de nuevo — Solo pienso en tu bienestar, he pasado por encima de todos por ti así que no digas que pienso en mi - ahora el alzaba la voz 

La pelimorada se alejo un poco de el — No puedo mas, no quiero - mordió su labio

Unos brazos la rodearon — Saldremos de esto mi vida

— ¿Cuando? Llevas diciendo lo mismo hace cinco meses y ya no aguanto - negaba con su cabeza, se libero de el.

— Se que no es fácil pero les pediré mas tiempo para pensar - 

— ¡No hay nada que pensar! Mi decisión esta tomada - susurro — Por favor vamos a otro lugar muy lejos de aquí - pedía con los ojos llenándose de nuevo de lagrimas  

La idea de la reina era muy arriesgada, dejar su reino, su hogar no era nada fácil para Ben. Sin un rey seria mas sencillo robar el trono para Ursula o Maléfica, definitivamente no podía irse. Viendo que no respondía Mal entendió que no pensaba igual que ella, conocía las consecuencias pero se volvería loca con la Reina Leah encima de ella recordando todas las cosas que hizo su madre y Bella no ayudaba para nada su situación igual que los conflictos diarios con las personas de la isla.

El castaño quiso quitarle esa idea de la cabeza a su verdadero amor pero al parecer era imposible, ella no quería quedarse y el no deseaba irse. Solo encontraba una decisión en donde ambos estarían donde deberían — Me iré yo entonces - dijo la descendiente de la emperatriz       — Un rey debe permanecer en su reino, con su gente - miro el piso como lo mas interesante en ese momento 

— Igual que una reina - hablo Ben — Debe permanecer al lado de su rey.

Mal se encogió de hombros — Tal vez no soy una buena reina - quiso irse de aquella habitación pero la suave mano de Ben la detuvo 

— Creí que estábamos juntos en esto - tomo su mano mirando su anillo de bodas — Te amo

— Yo creí lo mismo - ambos se perdieron en sus ojos — Pero no es así, también te amo y te amare siempre - el rey quiso protestar — No puedo seguir con esto

— Por favor - suplico el hijo de Bestia como ultima opción

La villana abrazo a su rey para recordarlo para siempre   — Adiós Ben - susurro en su oído

Antes que la detuviera la mejor amiga de Evie bajo las escaleras rápido, dejo esa habitación llena de buenos momentos, esas coronas pesadas, su ropa, hasta su mascota y salio del castillo de la Bestia. Pronto cayo una lluvia y el rey miraba desde el balcón a su reina irse, no podía detenerla.

Si de verdad amas a alguien déjalo ir.

FIN

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El Principe Y La Villana | One-Shots BealWhere stories live. Discover now