Capítulo 9

2.8K 195 5
                                    

"Vuélveme tu suspiro y subiré y bajaré de tu pecho, me enredaré en tu corazón, saldré al aire para volver a entrar"

- Gabriela Mistral

Camila Cabello

En vez de dormir, me quedé echada en la cama viendo cómo Lauren lo hacía mientras revivía en mi cabeza el mejor día de mi vida. Apenas podía creer todo lo que había hecho. Nadar con tiburones y hacer paravelismo. Era como si Lauren me hubiera convertido en una mujer diferente.

Mis ojos descendieron hacia sus pechos cubiertos por su sujetador negro, y apreciando las líneas de sus abdominales antes de aterrizar en el sexy bóxer negro que llevaba puestos. Sonreí para mí misma cuando noté que estaba dura de nuevo. Era como si nunca tuviera suficiente, lo cual me parecía bien porque tener sexo con ella era increíble.

Inclinándome hacia adelante, posé un beso dulce en su estómago, sobre su ropa interior. Su piel era cálida contra mis labios, suave y sólida. Y entonces se me ocurrió algo. Quería probarla. Ella ya me había probado a mí, así que era justo.

Hizo un sonido ronco cuando bajé lentamente su ropa interior. Una vez que estuvo lo suficientemente bajo, su polla escapó, dura y gruesa. Rodeé su longitud con mis dedos, sorprendida por la calidez que transmitía.

Era una contradicción. Tan dura, pero tan suave al tacto. Le di un leve apretón, y volvió a hacer ese sonido sexy. Inclinándome sobre ella, lamí la punta y sentí el sabor salado de su piel. Era diferente, distinto a cualquier otra cosa que hubiera probado jamás, pero me gustaba.

Volví a hacerlo, pero esta vez, dejé que la punta entrara en mi boca y alcé mi mano por toda su longitud. Sus manos se movieron hacia mi cabello, y gimió. Me encantaban los sonidos que hacía. Femeninos y deliciosos. Todo en ella era salvaje y hermosa.

No pasó mucho tiempo hasta que me encontré chupando su polla mientras la masturbaba al mismo tiempo, como si hubiera hecho esto muchísimas veces en mi vida. No era así, pero Lauren me hizo saber exactamente lo que quería y cómo lo quería.

—Sí, así, nena —gimió, tirando suavemente de mi cabello para dirigir mi boca a donde la quería—. Tus labios se ven maravillosos alrededor de mi polla.

Cuanto más hablaba, más mojada me ponía. Se sentía como si su polla estuviera viva dentro de mi boca, estremeciéndose de placer cada vez que succionaba a su alrededor.

—Juega con mis pelotas. Mierda. Sí. Así. Diablos.

Las masajeé y sentí cómo se tensaban ante el contacto. Su aroma era embriagador. La suavidad venosa bajo mis labios y mi lengua. Se estaba volviendo mi manera favorita de complacerla.

Acarició mi labio inferior con su pulgar antes de cubrir mi mejilla con una mano. Levanté la vista, viendo cómo me observaba con una expresión de crudo abandono.

Era mía.

Era el sentimiento más poderoso que había experimentado jamás.

Tener a una mujer tan poderosa y dominante bajo mi hechizo me hacía sentir invencible.

—Si no paras, voy a correrme en tu boca. Solo te lo advierto.

Eso solo me incitó a seguir haciéndolo.

Quería que llenara mi boca de la misma manera en que había llenado mi coño. Que rociara el fondo de mi garganta con su calidez hasta que no tuviera otra opción que tragarla toda.

—¿Es eso lo que quieres, Ángel? ¿Quieres que llene tu linda y pequeña boca?

Soltó un gruñido, tirando más fuerte de mi cabello, como si sus propias palabras la hubieran excitado.

One & Only YouWhere stories live. Discover now