013

1.5K 137 160
                                    

Narración especial: Min Yoongi.

—♡—

Comenzaría por presentarme pero es más que obvio que saben quién soy porque:

A) Ustedes son las pervertidas de mierda que disfrutan leerme follandome a mí calabacín.

B) También son las que hablan del culo de Jimin.

C) ¡DEJEN DE MIRARLE EL CULO!

En fin, avancemos. Hay ciertas cosas que me molestan en esta vida y una de ellas es que se metan conmigo. Y cuando hablo de mi, me refiero a todo lo que es mío y sorpresa señoritas, Park Jimin, su gran culo y sus preciosos muslos son parte de mí -casi literal porque siempre le pongo el pene en todo orificio o superficie donde sea posible- desde que puso un pie en el edificio.

Ugh, sigo sin olvidar su cara de perra asustada fuera de mi apartamento. Cuando lo vi... supe que iba a darle la mejor follada de su vida.

Naaah, bueno sí, pero no fue lo único que supe. Me di cuenta de que ahora debía cuidarlo, no lo sé, tuve la necesidad al verlo tan estúpido, retrasado y sobre todo, tan tierno.

No voy a decir que sentí amor a primera vista porque no creo en esa basura de mierda. Fue más como, mi alma necesitaba a Park Jimin y lo había estado buscado desesperadamente. Mi pene también.

No puedo dejar de hablar sobre sexo, y no lo siento. Es que Jimin me pone tanto que me puedo morir a base de pajas y no se me baja lo caliente. Cuando no conseguía que se dejara querer -en otras palabras, follar- me hice tantas pajas que me quedaron tremendos bíceps.

Ahora, cosas que me joden aparte de que miren, respiren o se acerquen a Jimin, es que lo traten mal. ¡Y esa me jode como por mil! Al parecer a los estúpidos compañeros de mi precioso calabacín, les ha dado por llamarle gordo, cosa que aparte de ser una gran mentira, no debería ser una razón para que le molestaran.

Y el pinche idiota se lo cree.

Si fuera más sensible, mi corazón se hubiese roto en mil pedacitos cuando encontré a Jimin devolviendo el desayuno. No me lo esperaba, lo había llevado a comer y con toda la felicidad del mundo había comido muchos pastelillos y se veía tan feliz cuando salió. Pero su felicidad se extinguió cuando íbamos en el auto de vuelta a casa y encontró su celular infestado de mensajes hirientes de un número anónimo.

—¿Por qué haces esto? —a pesar de que no quería que se escuchara lo molesto que estaba, Jimin pareció darse cuenta y me miró con sus putos ojitos de cachorro. Estaba llorando por el esfuerzo y estaba sentado en el retrete.

Recordé nuestro primer beso. Siendo sincero, me ofendí porque vomitó. ¡Por favor! Mis besos siempre han sido asombrosos y todos los amantes que he tenido me lo han dicho. Hago maravillas con mi lengua.

—Lo siento tanto —sollozó y se giró al lavabo para lavarse los dientes. Desde su posición, no tuvo que levantarse del retrete. Ugh, me lo follaría tan duro pero a la vez lo lanzaría por un barranco.

—¿Cómo te demuestro que estás tan bueno que dueles? —le pregunté— ¿Necesitas que hagamos cosas de niños grandes? ¡Min Yoongi te desea! Deberías sentirte muy agradecido.

Sorbió su nariz y escupió la pasta dental— Soy uno de muchos...

—Uhm, no —me ofendí pero era cierto en parte—. Aprendí a limpiar para hacerte feliz, te regalé siete cachorros que yo mantengo, te compro lo que quieras, te doy buenos orgasmos, te la he chupado ¡y yo no hago eso con nadie! Te he dado muchos privilegios.

—Eres un bobo —limpió sus lágrimas con la muñeca mientras reía y seguido hizo un puchero que fue como bala a mi corazón y sentí muuuuchas cosas palpitándome.

dirty laundry | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora