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—♡—

—¡Despierta, despierta, despierta!

—¡Noooooo! ¡Largo, largo, chuu! —grité y me tapé la cabeza con las sábanas.

Estoy casi seguro de que puso sus ojos en blanco antes de jalar la tela que me cubría. Suspiré y tomé mi almohada para cubrir mi pene.

—Menos mal que te haz cubierto, estaba a punto de darte una sesión de ardiente sexo oral —rió mostrándome sus rosadas encías. Le saqué la lengua y me senté en la cama.

—Parece que piensas en sexo todo el tiempo —comenté tras bostezar y tallar mis ojos. Lamió sus labios.

Puso sus brazos alrededor de mi cuerpo y se inclinó para besarme levemente, aplicando suave presión. Cerré mis ojos cuando se separó y lo sentí sonreír contra mis labios— Te tengo todo el tiempo en casa, es difícil.

Me puse de pie con una sonrisa en los labios, sin contestarle. Sentí su mirada clavada en mí mientras caminaba por la habitación. Abrí uno de mis cajones y saqué un bóxer para cubrir mi desnudez. Inflé mis mejillas cuando acabe de ponerlo.

—Tenemos que ir a la universidad hoy —dijo y giré rápidamente a mirarlo—. ¿Qué?

—Tú no vas a la universidad —respondí con la nariz arrugada. Pasó su pálida mano por su cabello con una gran sonrisa y me crucé de brazos, recargándome en el mueble detrás de mi.

—Ayer fui a hacer varias cosas y ¿adivina qué...? —me hizo cejitas y ladee la cabeza— Voy a volver, Jimin. Iré a estudiar nuevamente y a vigilar que nadie te haga daño.

—¡¿Bromeas?! —me acomodé de golpe y me acerqué corriendo a él. Brinqué a la cama y lo abracé— ¡Eso es geniaaaaaaal!

—Ugh, sí, yo también soy genial y no me lo repites a diario.

—Eres genial.

—Deberías decirme algo que no sepa.

Reí y puse mis manos en su pecho para empujarlo. Pero en cambio, él puso sus frías manos sobre las mías y dio un fuerte apretón. Le di un beso en la mejilla.

Y entonces sucedió lo más romántico que jamás había hecho... me dijo ''rata'' y me tiró de la cama.

—¡Estoy bien! —grité desde el piso.

—¿Te haz caído? —me preguntó burlón y le hice un puchero.

—¿Del cielo?

Me ayudó a levantarme y le miré molesto— De mis brazos, estúpida princesa en problemas.

🐶

—Anda, adivina —me dijo sin apartar sus ojos de la calle.

Miré sus manos sujetas al volante y me mordí el labio para pensar— En vez de hacerme usar mi cerebro, ¿por qué no solo lo dices? No es tan difícil decirme cuál es tu color favorito.

—Adivina —repitió. Asentí y le soplé a mi café intentando elegir el color que tuviera Yoongi escrito por doquier.

—¿Blanco? —dije con duda y entrecerré los ojos. Pasaron unos segundos antes de que él dijera algo.

—Correcto.

—¡¡¡Sí!!! —chillé con emoción y dejé el café en el porta-vasos para aplaudir— ¡Lo sabía, lo sabíaaa!

Sonrió y bajó el volumen de la música mientras yo seguía festejando— Siendo sincero, no tengo un color favorito —bajé la cabeza ante sus palabras y él agregó—: pero después de tu reacción, el blanco será mi color favorito por siempre.

dirty laundry | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora