· c u a r e n t a & s i e t e ·

20.4K 2.1K 605
                                    


—Tengo que hablar contigo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Tengo que hablar contigo.

Bajé el bocadillo que estaba a punto de meterme en la boca y alcé los ojos hacia Ben Yoshida. Estaba plantado delante de la mesa que compartía con Emma en aquellos momentos, con una bandeja cargada con su propia comida.

Intercambié una rápida mirada con mi amiga, que por suerte ya estaba al tanto de que habíamos hecho las paces. Más o menos.

—Es sobre Kai —añadió.

Entonces asentí, y Ben posó la bandeja a mi lado para luego mover la silla más cercana.

—Que te permita hablar con mi amiga no significa que me fie de ti, Benjamin —murmuró Emma frente a nosotros, con los ojos puestos en el chico—. No pienso dejarte a solas con mi amiga.

Contuve la risa mientras él apretaba los labios. En realidad hacía muchísimo tiempo que no estábamos juntos así, en público. Su rodilla chocó con la mía cuando se sentó y me sentí de lo más extraña.

Ya no sentía nada por Ben, estaba completamente segura. Sin embargo habíamos compartido muchísimas cosas juntos, por lo que se me hacía extraño.

Agarró su zumo de naranja y se volvió hacia mí, prácticamente ignorando su comida y a mi amiga.

—Necesito que hables con Kai, por favor.

El estómago me dio un vuelco.

—¿De qué?

—Tienes que pedirle que no vuelva a la universidad.

De todas las cosas que imaginé que podría decirme, no había pensado que fuese esa. Porque él y Kai se odiaban, y porque estaba bastante segura de que la mayor alegría para Ben sería ver a su hermano irse de nuevo de la casa.

Cuando no contesté suspiró y prosiguió:

—Él no quiere volver, lo sé... Estoy seguro. No le hace feliz la carrera de medicina, pero tampoco quiere defraudar a nuestros padres.

Dejé definitivamente mi bocadillo sobre la bandeja y tomé aire lentamente. Entonces Ben también lo sabía. No tenía ni idea de si Kai había hablado con él, pero lo dudaba. Más bien él se había dado cuenta de lo que sucedía con su hermano.

—¿Por qué me pides a mí que hable con él?

—Porque creo que eres la única persona que puede hacerle cambiar de opinión.

Eso me hizo suspirar, pero de tristeza.

—Te equivocas, Ben... Porque ya lo intenté. Hablé con él y solo conseguí que se enfadara. No quiere que nadie se meta en sus decisiones.

Ben sacudió la cabeza y gruñó bajito con frustración. Se removió el cabello, enredándolo un poco más. Antes me parecía que estaba guapísimo cuando hacía eso. Y, en cierta manera, seguía estándolo. Pero ya no me interesaba.

Una Traviesa VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora