· d i e z ·

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Agarré el pomo de la puerta para salir de casa, y por cuarta vez lo solté

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Agarré el pomo de la puerta para salir de casa, y por cuarta vez lo solté.

Volví a tomarlo, y volví a dejarlo.

Aquella era una idea horrible. Lo mejor era darme la vuelta y correr escaleras arriba. Quizás ser expulsada del instituto por incendiarlo era mucho mejor plan.

Vale, no, pero... ¿por qué me había metido en aquel follón?

Más importante: ¿por qué accedí a fingir una relación con Kai Yoshida? Claramente no lo había pensado bien.

Todavía recordaba los mensajes de anoche...


KAIDIOTA: Mañana te llevo yo al instituto.


ALIA: Gracias, pero tengo coche propio. Creo que paso.


KAIDIOTA: Si queremos que esto sea creíble tendrás que sacrificar algún momento. Ben te llevaba todos los días en coche.


Ni siquiera quería preguntar cómo sabía aquello.


ALIA: Pero tú y yo no salimos de verdad. Además, no sueles entrar al instituto hasta la hora de comer.


KAIDIOTA: Ni para ti, ni para mí. Una semana te llevo tres días y otra dos. Mañana paso por ti temprano. Te llevaré un bonito casco rosa. No me hagas esperar.


ALIA: No he dicho que sí. Además, prefiero el color rojo.


Después de eso no contestó, y yo me pregunté por quinientas mil veces si no había cometido un grave error al acceder a aquella farsa.

Mierda, claro que lo había hecho. Liam estuvo de acuerdo conmigo cuando les conté sobre la conversación de camino a casa, aunque Emma y Jane dijeron que era una gran idea. Emma añadió que debía aprovechar para besuquearme con Kai, lo cual fue algo desagradable.

—Si no te das prisa perderás el autobús —me avisó mi padre, pasando detrás de mí con una taza de café en la mano y el teléfono en otro.

No supe qué contestar, porque todavía no le había dicho que en realidad ese no era el plan para esta mañana. De hecho, en realidad puede que Kai ni siquiera se presentase. Mi última respuesta claramente había sido una negativa y él no había contestado. ¿Quién madrugaría solo por acercarme a clases para fastidiar a su hermano?

Papá regresó la mirada a su teléfono. Estaba leyendo las noticias en el periódico online, como le gustaba hacer cada mañana cuando tenía tiempo.

Y justo entonces se escuchó el rugir de una moto acercándose a la casa.

Una Traviesa VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora