LOVE ME [BL]

LOVE ME (Capítulo especial)

I/IV

— ¡BRIAN! — grito frenéticamente llamando a Brian.

— ¿Qué pasa Jacob? — responde casi de inmediato Brian, apurado y llegando super rápido a dónde estoy yo.

— ¡Te he dicho mil veces que la ropa va en el canasto de la ropa sucia! — escupo rápidamente, odio que lo siga haciendo —. ¡No tirada en el piso!

Brian no dice nada y solo obedece a mi petición y se dispone a recoger su ropa sucia del suelo, él es como un niño.

En edad no, pero en su actitud es como si lo fuera.

Brian y yo estamos viviendo juntos desde hace más de 4 años, la vida juntos ha sido una gran experiencia que me ha regalado la vida, y nuestra relación amorosa ha mejorado aún más después de vivir juntos, pero a la hora de repartimos los quehaceres de la casa, simplemente no nos entendemos de la mejor manera.

Hoy estamos peleando por la ropa sucia tirada en el suelo, osea, él aún mo entiende que la ropa va en el canasto y no tirada en el suelo del cuarto de lavado. Yo ya se lo he dicho miles de veces, pero él no entiende, es muy perezoso y siempre saca una excusa tonta, como la vez que dijo que no la tiró en el canasto porqué un alien lo raptó, sé que es molestando, porque él es una persona muy sarcástica, pero ya debe madurar. Esta vez él no dijo nada y sólo precedió a recogerla, sin decir alguna excusa tonta.

— ¿Por qué siempre me regañas Jacob? — pregunta Brian con una mirada de inocente.

— Si hicieras las cosas como te digo, no te diría nada — le respondo volteando ligeramente hacia el otro lado, para meter la ropa a la lavadora — ¡Ahora vete a hacer lo que estabas haciendo, estoy ocupado y no quiero discutir!

— Pero no te enojes amor — habla Brian haciendo que me exalte, ya que él siempre me llama por mi nombre y no "Amor"—. Leí en internet que si te enojas o frunces mucho el ceño, te saldrán arrugas más rápido — sigue hablando Brian, abrazándome por la espalda y pellizcando mis mejillas con sus escurridizos dedos.

— ¿Y? — le respondo a la defensiva — ¿Con arrugas no me vas a querer o qué? — le cuestiono rápidamente, haciendo pequeño un puchero y haciéndome el enojado.

— ¡Claro que lo haré! — responde Brian —. Tú eres el amor de mi vida y siempre te amaré, ¡Mi Amooooorr!

— ¡Guácala, eres muy cursi! — le respondo empujándolo hacia atrás con mi cuerpo o mi trasero más bien.

Se siente tan rico sentir su... ¡Bueno no!

— Eres muy lindo cuando estás enojado — habla de nuevo Brian dándome una nalgada.

Maldita sea, odio cuando hace eso!

— ¡Ya deja de molestarme y vete hacer algo productivo por tu vida!

¿Cómo se atreve a nalgearme?

— Jacob... — habla Brian, esta vez siento como su voz cambia, ahora es un tono más bajo y más seductor —. ¿Nunca lo hemos hecho aquí, cierto? — me pregunta, mirándome desde lejos, mojándose los labios y analizando mi cuerpo desde la parte abajo hacia arriba, como un maldito pervertido.

Aunque siendo sinceros; él ya lo es.

— ¡Brian! ¡Qué cosas dices!— respondo muy nervioso y sintiendo como mi rostro comienza a arder en mi mejillas— ¿Estás loco? — sigo hablando, a pesar de los años, él siempre sabe como hacerme sonrojar y a la vez, hacerme sentir tan bien comigo mismo.

Él es mi ángel guardián.

— Pues es la verdad, lo hemos hecho en la cocina, en la sala, en el comedor, en el patio trasero y delantero, en la piscina, en la terraza y en la... — me acerqué rápidamente a el, y le coloqué mi dedo en sus labios para callarlo.

— Por favor, mejor cállate y recoge tu ropa — le dije sintiendo como me sonrojaba.

— Ok... Pero espera... ¿Estás tímido por lo que acabo de decir? — habla Brian, parándose de repente en le marco de la puerta.

— ¿Yo?, ¿P-Por qué lo estaría? — le respondí a Brian, volteando mi rostro a la pared. Aunque han pasado más de 8 años desde la primera vez que lo hicimos, todavía me pongo nervioso y me sonrojo muy rápido cuando Brian habla con su voz sexy y me dices cosas sucias al oído. Mis mejillas estaban enrojecidas y ni decir de mis orejas.

— Pues parece que el señor Lauder aún se pone tímido cuándo le habló de sexo, y claramente, el ya no es inocente como antes — Brian mordió su labio inferior mientras hablaba,  el se acercó lentamente a dónde estaba yo parado, acorraladome contra la pared del cuarto de lavado.

— ¿Qué haces brian? — pregunté incrédulo por la acción de Brian.

— ¿Yo? — pregunta ingenuo Brian — ¡Yo estoy tomando lo que es mío! — sigue hablando Brian, aún acorralandome contra la pared, su rostro está a pocos centímetros de mis labios, es como si fuera la primera vez que me acorrala para besarme, siempre lo he sentido así.

Brian intentó besarme pero giré mi rostro hacía otro lado.

— ¿Te haces el difícil de nuevo? — pregunta Brian, mordiendo su lengua. Cada vez que Brian se enoja, muerde su lengua.

— ¿Usted qué cree señor laurent? — pregunté haciendome el incrédulo ante mi pelinegro.

Brian tenía sus dos manos extendidas contra la pared y yo estaba en el medio de ellas, así que me agaché para salir de ellas y poder salir del cuarto de lavado invicto y ganándole por fin a Brian, pero Brian me tomó de las cinturas y me jaló hacía el, quedando mi trasero contra su miembro, que por cierto ya está muy animado.

— La verdad, nunca me voy a cansar de tu cuerpo tan perfecto y delicado — me habla Brian, besándome el cuello y haciendo que me erizará por su tacto.

Tragué en seco, siempre caigo fácilmente ante el, el es mi debilidad, el hace que mi mundo por dentro se caliente con el más mínimo toqué y roze.

— Sé que tú también tienes ganas que este dentro de ti, como yo también tengo ganas de estar dentro de ti — habla Brian devorando mi cuello y manoseando mi cuerpo por todos lados.

Brian es un experto en quitarme la ropa muy rápidamente, sin dejar rastro. El me tomó por la parte de atrás de mi camiseta y me la quitó.

— Brian... ¿Qué haces? — hablé ingenuo, sabiendo muy bien lo que hacía, jadee un poco por la brusquedad que hizo para quitarme la camiseta.

— Tu sabes muy bien lo que hago — la voz de Brian es persistente y muy ronca, hacía qué me calentará más y más.

Brian volteó mi cuerpo rápidamente, como si de una pluma se tratará, comenzó a besar mi cuerpo y a pasar sus manos por mis cinturas y mi abdomen plano, el siempre hace que yo caiga ante su tacto, el es mi maldita debilidad en esta vida.

A veces, odió eso.