6 VANDALO SALVAJE

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No había registros oficiales de su existencia, solo leyendas y textos sin sentido alguno. Decían que era un hombre de las cavernas, que había sido afectado por la radiación de un meteorito que cayó de las estrellas cerca de su refugio, dotándolo con una increíble fuerza e inmortalidad.

Uso sus dones para el mal, para la violencia. Para ocultarse en las sombras y ejercer poder entre la humanidad a través de las épocas. También se dice que fue el primer caníbal de la historia.

Conforme pasaron los siglos, un guerrero de las tierras de los beduinos también descubrió el meteorito que doto al cavernícola con poderes. Tomo la radiación del cometa y la uso para crear un artefacto de inmortalidad conocido como El Pozo de Lázaro. Este hombre se llamaba Ra's Al Ghul, y mientras que el uso su poder inmortal para crear La Liga de Asesinos e imponer su dura justicia en el mundo, desarrollo una rivalidad con el cavernícola inmortal que se quería hacer con el control del planeta desde las sombras. Ra's Al Ghul no sabía el nombre exacto de su eterno rival, por lo que lo bautizo como El Vandalo Salvaje.

A lo largo de la historia, se le había conocido a Vandalo Salvaje como Alejandro Magno, Julio César, Rey Xerxes, Luis XIV y Napoleón Bonaparte. Cada vez que se acercaba a la conquista global, la Liga de Asesinos lo detenía, un héroe se interponía en su camino o era traicionado por su gente de confianza.

Pero esta vez no. Después de aterrorizar Londres como Jack el Destripador y esperar unas cuantas décadas, el escenario estaba listo e hizo sus primeros movimientos. Las potencias del Eje conquistarían el mundo. Él no había querido que los estadounidenses entraran en la guerra, pero la Liga de Asesinos volvió a meter las narices e hicieron que el presidente Roosevelt declarara la guerra después de que Japón los atacara en Pearl Harbor.

Ra's Al Ghul sabía que los americanos inclinarían la balanza a favor de los Aliados y una vez más, Vandalo Salvaje seria derrotado. Era otra oportunidad para que saliera de las sombras y sus rivales lo liquidaran. Pero incluso después de estar al borde de la derrota, las cosas volverían a ir a su favor, cuando tuviera las armas del rey Nereus. Solo así la guerra cambiaría drásticamente.

En esta ocasión, Vandalo Salvaje respondía al nombre de Adolf Hitler, el sembrador de odio, el gran líder de la Alemania Nazi. Estaba en su estudio, en la cancillería del Reich en Berlín, lamentando los acontecimientos recientes.

-Esas armas fueron mías... y ahora no tengo nada – dijo Hitler al enterarse que el trato con los atlanteanos estaba comprometido. Así que contacto a Nereus a través de un aparato atlanteano de comunicación – ¡Rey Nereus! – exclamo Hitler –

-Adolf... – respondió el rey atlanteano a través del aparato –

-¿Qué fue lo que sucedió con la tecnología que se me prometió? – demando el líder del Reich –

-Como usted sabe, un espía interrumpió el intercambio en Bremerhaven – el atlanteano suspiro y después de un rato, volvió a su explicación – Pero es peor que eso... el espía americano tropezó con la Isla de Themyscira. Fue salvado por ellas y les conto de mis planes contigo y tu nación. No puedo hacer nada. Suerte...

La comunicación se cortó, dejando a Hitler más que enfadado. En secreto, quería arrasar la Atlántida con sus submarinos de ataque, pero si atacaba una ciudad submarina, los demás Reinos del Mar se unirían contra él. Quizás el mundo. Justo después de destruir el aparato atlanteano de comunicación, se retiró a su habitación y ahí encontró a un hombre encapuchado y a una mujer con piel de animal escondidos en las apenas sombras renuentes del lugar.

-¿Cómo entraron aquí? – pregunto Hitler, hablando en alemán –

-Sabemos quién eres... Vandalo Salvaje – respondió la mujer que parecía un leopardo –

-Me tienen en desventaja... – Hitler sonrió ante esta revelación, ya que sabía que estos personajes podrían hacerle una nueva propuesta que lo beneficiaria – ¿Quiénes son?

-Soy Felix Fausto y esta es Cheetah – respondió el encapuchado – Hemos venido con una propuesta que podría cambiar la guerra a tu favor.

-¿Y que será esta propuesta? – pregunto Hitler con malicia –

-Sabemos de tu fallido trato con el rey de la Atlántida, y del americano que frustro tus planes. Si nos dieras una legión de tropas, podríamos llevarlas a Themyscira... el hogar de las Amazonas. Las mataremos a todas junto con el espía americano y... también te traeríamos un gran premio.

-¿Qué premio?

-El metal más fuerte del mundo. El Ent-Metal de las amazonas. Solo piénsalo... al saquear esa estúpida isla, podrías usar el metal para reforzar tus tanques y municiones. Los ejércitos Aliados serían expulsados de Europa, y al fin conquistarías el mundo. Y obviamente, también tendrías tu venganza y al fin matarías a Ra's Al Ghul.

-Hare lo que me pides – respondió Hitler – Solo garantízame la victoria.

Felix Fausto ocultaba sus verdaderos motivos. Solo quería atacar la isla para vengarse el mismo del estadounidense y de las amazonas. Por ahora, creía que eran todas las amenazas potenciales que obstaculizarían sus planes.

No se imaginaba que el Caballero Luminoso también estaba moviendo sus piezas en el tablero.

HABIA UNA VEZ... UNA PRINCESA AMAZONAWhere stories live. Discover now