THIS IS THE END OF THE WORLD

199 25 2
                                    

Pasé saliva he intenté ignorar el suceso hasta localizar a Sersi con Druig y una incosientes Sprite.

-Hey! Estas bien? Déjame ver.-pedí intentando sanar su herida.

-No, no gastes energía en esto.-quitó mis manos de su lesión.

-Que?

-Yo no lo logaré.-me dijo Druig.-Y creo que Sersi tampoco. Ahora es tu pelea. Aunque intuyo que siempre supiste que lo era.

-Oigan, no puedo matar a un Celestial yo sola!. Solo dije para fastidiar a Ikaris.-me puse nerviosa de solo pensarlo.

-Tienes que intentarlo o todo habrá terminado.

-Sersi yo no puedo controlar su mente, mucho menos transmutarlo. Que se supone que haga? Asustarlo?!

-Encuentras tu propia forma.-me exhortó.-No tengas miedo. Ten determinacion! Se que tu poder puede ser algo abrumador. Pero debes aprender a confiar en el.

-Puedes acabar con esto Ellbereth. Lo sabes.-dijo Druig dandome su voto de confianza y llamándome por mi nombre por primera vez desde que lo conozco.-Lo que va a surgir de ti allá arriba, nadie va poder impedirlo. Ni siquiera un Celestial podrá contra ello.

-Espero que tengan razón.-pronuncié enfundándome valor y determinacion.-Tiamut no surgirá, o al menos lo intentamos. No?

-Si.-dijo Sersi sonriéndome de forma reconfortante.-Lo intentamos.

-No se mueran, quieren?.-dije refiriendome a Ikaris que seguía por ahí.

-Estaremos bien.-respondió Sersi, mientras los abrazaba a los dos de forma rápida.-Ve.

Asentí y eché a correr con rumbo a Tiamut, canalizando poco a poco toda mi poder evitando malgastarlo en el vuelo. Mi manos brillando a mas no poder dejando una ligera estela a su paso.

-Hay Steve...desde que te fuiste ya no hubo quien me obligara a correr por las mañanas. Me esta cobrando factura en el peor momento!.-me quejé al sentir mi corazón latiendo desbocadamente por la falta de condición.-Te extraño maldito anciano!.-grité al viento intentando profundizar en todas mis emciones, que potencializarían toda la energía dentro de mi cuerpo, como siempre lo han hecho.

La falda del Volcan cada vez estaba más cerca. Pero no pude seguir avanzando. El suelo bajo mis pies comenzó a temblar de forma violenta tumbandome al piso cada vez que me ponía en pie.

Miré a mi alrededor notando como los dedos de Tiamut emergían del agua. Y al observar debajo mío, la tierra había desaparecido. Estaba dentro de su inmesa y dorada mano.

-Okey...okey...-dije sin saber que hacer con exactitud.-La energia da...la enrgia quita...puedo pulverizar. No...tardaria demasiado...

Toqué con mis palmas la piel rocosa de Tiamut sintiendo como la energía del Celestial cobraba mas fuerza conforme pasaba el tiempo.

-Tal vez si...-dije extrayendo una pequeña esfera de su energía y notando que con esfuerzo podría suprimirla y eliminarla. No había que acabar con su exterior, con su interior bastaba. Su chispa de vida. Lo que lo mantenía su corazón latiendo, si es que tenía uno.

Sería muy difícil, pero no tenía otra opción y mucho menos tiempo.

Comencé a concentrarme respirando cada vez mas rápido. Mis poderes dejaron de salir de las palmas de mis manos, para emanar por todo lo largo de mis brazos. Inhalé y exhalé como en todos mis interiores ejercicios y comencé a exigirle mas a mi cuerpo que no tardó en levitar creando un remolino de flamas violetas tan salvajes como nunca antes.

Levanté mis manos, tomando el control de ellas y dirigiéndolas al interior de Tiamut de un solo golpe. Todas las runas en el cuerpo del Celestial comenzaron a iluminase de mi color violeta. Avanzando no tan rápido como deseaba. Debía esforzarme mas...concentrarme mas...pero ya era imposible.

El había llegado.

Caminó de forma segura y rápida en mi dirección, pero no me detuve.

-Mas vale que pares.

-No lo hagas...por favor...papá...-dije llamándolo por primera vez de esa forma, buscando ocasionar una reacción en él. Y lo hizo. Se detuvo abruptamente al esucharlo.-Te lo suplico...

-Cassie...-pronunció con voz débil, entendiendo que esa era mi tercera opción para llamarlo. No Ikaris o por su verdadero nombre. Si no...Papá. Eso lo hiso dudar de avanzar.-Tengo que hacerlo...

-Sabes que no.-continué sintiendo el mismo dolor que é al estar en esta situación.-Amo este planeta, no me lo quites.-le pedí desesperada.-Ya no me lastimes mas papá. Ya no mas.

-Lastimarte?.-pregunto entrecortado, con sus ojos cristalizados.-Yo solo he intentado proteger lo que mas amo.

-Yo igual.-respondí refiriéndome a mi vida aquí.

-Cassie...

-Se que de una forma extremista solo intentas protegerme, pero papá debes dejarme crecer. Para que aprenda a protegerme a mi misma y a las personas que amo...eso te incluye a ti.-murmuré sentimental.-Y puede tal vez mañana esta no sea la mejor decisión, pero hoy lo es. Confía en mi...si?

Una lagrima escapó de sus ojos mientras daba un paso atrás de forma titubeante. Dudoso de lo que hacía, pero resignado a la vez. Mientras que mis propias lágrimas caían sin cesar. Canalicé el poder atraves del dolor y el remolino de energía incremento de tamaño cada vez mas, como un fuego descontrolado, hasta derramarse sin control alguno entre los dedos del Celestial.

Suspiré temblorosa ante tan electrizante poder y volví a empujar sus limites, hasta estampar todo el poder cósmico que residia en mi contra Tiamut. Comencé a gruñir del esfuerzo extremo que hacia. Sentía que mis dientes se quebrarían y mis ojos brillaban de forma antinatural.

Mis manos, mis brazos y no dudaba que todo mi cuerpo, comenzó a mostrar fracturas violetas parecidas a grietas en el cemento seco, por tanta energía corriendo por ellas y el tono de mi piel en mis palmas y dedos, se volvió de un tono gris, tal cual como ellos al morir. Dudaba que fuera una buena señal, pero no me importo.

Pero por el rostro triste de Ikaris que comenzó a desaparecer entre la tormenta de niebla a mi alrededor, sabía que a él si. Pero no había nada que pudiera hacer.

Sentí la energía de Tiamut poderosa y violenta, ansiosa por sobrevivir, pero aún así no fue rival al entrar en contacto con la mía. Mas experimentada y furiosa que la suya propia. Yo era destrucción en su máximo esplendor.

Adentrarme en su ser era todo un desafío, pero me sentía ganar terreno con cada latido de mi corazón, hasta toparme con su agonizante núcleo.

Levanté mis brazos nuevamente para acumular más fuerza y rodearlo por completo arremetiendo contra su última defensa. Grité sin importar desgarrar mis cuerdas vocales, esforzándome como nunca antes mientras lo sentía fracturarse tal cual un cristal antes de estallar

Solo debía continuar un poco más.

El mundo no terminaría hoy.

No lo permitiría. Tal cual hicieron los que ya ni están.

Con un último quejido de mi parte el cuerpo de Tiamut comenzó a temblar y un ruido potente y atemorizante salió de él, mientras una ola de energía masiva que abarcó su enormidad, estalló como signo de que su vida había terminado.

Fue ahí cuando por fin pude respirar. Caí al piso sin fuerzas, vomitando más bilis que otra cosa y sintiendo mis manos temblar descontroladamente. Mi cuerpo entero sudando en frío, sin importar que el cielo se había despejado por completo y los rayos del sol volvieron a hacer presencia, arropándonos con su calidez.

-Cassie...-dijo Ikaris llegando a mi lado de inmediato, observando mi deplorable estado.

-Esta echo.-le aseguré mirando el cuerpo inerte y gris del Celestial, en el que estábamos sentados, sin ninguna chispa de vida en él. Un cascarón vacío.

Justo así me sentía yo ahora mismo.

Ikaris miró a su alrededor detenidamente y comenzó a llorar rompiendo más mi corazón.

No importaba cuan exhausta estaba, me arrastré hacia él, eliminado el poco espacio entre nosotros.

Sequé sus lágrimas con una caricia de mi mano, instándolo a que parara. Pero solo surtió el efecto contrario. Lo hizo llorar aun mas fuerte.

-Tranquilo papá...-dije con suavidad.-Todo va estar bien ahora. Todo va estar bien...te lo prometo.

-Como lo siento...-respondió con voz quebrada. Obviamente lamentaba sus acciones.

-Todos hacemos locuras por salvar lo que amamos. No te disculpes por ello...-susurré enrollando mis brazos en su cuello y abrazándolo intentado consolarlo.-Te amo mucho papá. Nada más importa.

El se aferró a mi por un largo momento, hasta que rompió nuestro abrazo. Me miró con infinito cariño y dolor a la vez. Acarició mi mejilla mientras se acercaba y besaba mi frente por un largo momento.

Seguido de ello, su mano brillo de dorado y sujetó la mía. Brindándome la mayor parte de su energía, lo que me hizo recuperarme. Mi fuerza volvió y el color de mi piel retomo un poco de su anterior color, mientras las grietas desaparecían de mis brazos como si jamás hubieran existido.

-Te amo mi pequeña Cassie...y lo haré por toda la Eternidad.-pronunció acariciando mi mejilla mientras se levantaba.

-Papá?...-pregunté al verlo comenzar a volar. El sólo me dirigió una sonrisa triste y desapareció rumbo al cielo en cuestión de segundos.

Me quedé estática, en el mismo lugar durante un gran período de tiempo, intentando aceptar su decisión de irse.

Supongo que la culpa no paraba de consumirlo.

Pero su ausencia desolaba mi alma. Uno llega a acostumbrarse y encariñarse más rápido de lo que creemos y planeamos. Sin ellos, jamás volvemos a ser los mismos, por mas que lo intentemos.

Resignada y con un enrome y nuevo vacío en mi corazón, caminé lentamente de vuelta a la costa donde los demás se encontraban, observando como Sersi trasmutaba a Sprite en una chica humana, común y corriente. Como es posible que la ayude sin rencor alguno, luego de que la apuñalara por la espalda?.

-Como lo hiciste?.-me abordó Phastos de inmediato al verme.

-No se...yo...sabía que no podría transmutarlo, mucho menos controlar su mente sin entrenamiento previo. Así que solo me enfoqué en...tratar de acabar con él por dentro. Eso ahorraría tiempo y esfuerzo.

-La energía de la gema del poder? Fue lo que utilizaste?

-Ella no diferencia Phastos, solo destruye lo que le ordeno. Desde una roca...hasta un Celestial.

-Y Ikaris?.-se me acercó Sersi.

-Se fue...-dije sintiendo el nudo en mi garganta solo de pronunciarlo en voz alta.

-Cómo?...

-Solo espero que encuentre la paz que tanto busca y necesita.

-Mi geolocalizador indica que abandono la atmósfera de la tierra en dirección al...-pronuncìo Phastos deteniendose de golpe, mirando la proyección en su brazo.-...al sol...

-Ya...-respondí con dificultad, apretando mis labios para que dejaran de temblar.

-Ellbereth, lo siento tanto.-habló Sersi igual de afligida.

-Ya no importa.-murmuré amargamente.-No es la primera vez que salvo el mundo y lo pierdo todo.

-Ell...

-Estoy bien.-la paré antes de que me abrazara.

-Sabes que no es así. No estás sola.-me paró Makari, interponiendose en mi camino con facilidad gracias a sus poderes.

-No, no lo estoy.-dije sintiendo como una sonrisa intentaba abrirse paso en mi boca al ver a la pequeña Lydia correr hacia mi, seguida de Bucky y Sam que bajaron del Quinjet anteriormente camuflado. Ellos jamás se fueron. Ya lo intuía.

-Tía Ell!!!.-gritó ella tirándose a mis brazos y comenzando a llorar.

-Tranquila, ya pasó. Se acabó.-le aseguré respondiendo a su abrazo.

-Tuve mucho miedo. No quería que te pasara nada!!!

-Estoy bien.-respondí mientras Bucky y Sam llegaban, fingiendo un poco mas de compostura que la menor, pero era obvio que tambien la pasaron mal.-Los amo mucho.-continué sincera, sintiendo todas las emociones que antes negué, abrumarme mientras los incluía en el abrazo. Las lagrimas saliendo de forma desbordante de mis ojos, mientras ellos también me rodeaban con sus brazos consolándome.

No se cuanto tiempo con exactitud continuamos sin soltarnos del abrazo. No nos importaba. Sólo éramos cuatro personas asustadas y necesitadas de estar juntos luego de tremenda catástrofe de la cual el gobierno se encargaría de encubrir, como siempre lo hacia.

-Volvamos a casa.-pronunció Buck sujetando mi rostro con suavidad.

-Si...-respondí liberándolos de mi agarre.

Sam y Bucky por fin fueron mas conscientes de nuestros espectadores Eternos unos metros por detrás de nosotros, que vieron la escena en total silencio no queriendo interrumpir.

-Oh...hola.-saludó Sagaz sin acercarse. Con sus ropas galácticas cada uno de ellos imponía.

-Saggy, Bucky, ellos son...am...mis amigos...-dije sin saber el modo de presentarlos.-Son Eternos, al igual que yo.

Ambos asintieron en dirección al grupo de superpersonas.

-Ellas son Sersi, Thena, Makari y Sprite; Del lado de los hombres tenemos a Phastos y a Druig.-los nombré uno a uno.-Bueno, ahora que ya todos se conocen, es tiempo de que vuelva a casa. Espero volver a verlos en una situación mucha más tranquila. Ya saben donde esta mi casa.-me despedí brevemente caminando hacia el Quinejt.

-Espera!.-me detuvo Sersi al ver mi abrupta despedida. Y es que lo único que deseaba era ir a casa y olvidarme de todo esto.-Iremos a descansar y pasar tiempo juntos en la casa de Ajak. En su honor. Deberían venir.

-No lo se Sersi...

-Venga, eres una de nosotros. Hay que tomarnos un tiempo juntos. Por los que ya no están...

-Yo...bien...-respondí no queriendo desairarla.-Pero solo unos días.

-Genial!.-exclamó Phastos siendo el primero en avanzar.-Puedes llevarnos? Nos quedamos sin nave. Me tomará un tiempo repararla.

-Claro...ya lo había olvidado.-dije mirando los trozos del Domo.- Todos abordo.

Sam, Bucky y Lydia se hicieron a un lado, mientras que los invitados subían despreocupadamente al Quinjet.

-Oye...respecto a lo que dijiste sobre perder a Ikaris...tienes razón. Hoy perdiste a una persona, pero también ganaste a seis más.-señaló Seris a sus demás compañeros.-Incluso Kingo, aunque no este aquí. No te vas con las manos vacías Cass. Siempre estaremos ahí cuando nos necesites.

-Y viceversa Sersi. Sea lo que sea lo que necesiten, saben donde encontrarme.-ella asintió y abordó finalmente.

-Lo hiciste muy bien New York.-pronunció esta vez Sam.-No tengo palabras, en serio. Ni siquiera se bien lo que vi. Seguro que tengo pesadillas por el resto del mes.

-Acostúmbrate, es un universo muy grande. Aun muchas cosas por ver.-respondí subiendo con algo de esfuerzo extra. Todos mis musculos dolían y se contraían con cada una de mis respiraciones. Parecía que había corrido un maratón.

-Ell...-se preocupó Bucky al instante al ver que me apoyaba mas en él y Sam se apuraba en poner el Quinjet en marcha.

-Todo bien. Solo estoy algo cansada.-le aseguré mientras tomaba asiento con su ayuda.-Solo necesito un refresco y una hamburguesa. No hay nada que no solucione esa comida.

-Quieres que le ponga queso?.-me preguntó intentando hacerme reí y distraerme, mientras tomaba asiento a mi lado.

-Acaso el queso se pone solo?.-respondí siguiendo el chiste.

-Cierto.-concluyó él mientras me quedaba dormida en su hombro al instante.

THE LOST LEGACYWhere stories live. Discover now