STEPHEN STRANGE.-VUELVE A NEW YORK AHORA!

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-Porque lo liberaste?.-fueron las primeras he intimidantes palabras de la Wakandiana.

-Lo necesitamos.-respondí de inmediato.

-Tú no lo hiciste.-continuó sin quitar su dura mirada de Bucky.-Porqué lo liberaste?

-Era necesario. Solo hice lo que tenía que hacer.

-Con tiempo, voluntad y los recursos removimos la programación del soldado del invierno como una piel podrida.-echó en cara de inmediato, mientras yo fruncía el ceño pensando en "removimos?" casi todo el trabajo lo hice yo y no estoy cantándosela.

-Y estoy muy agradecido. Jamás podré pagar lo que todos hicieron por...

-Olvidas que Zemo asesinó al rey T-chaka en la O.N.U.? El hombre que nos eligió, me eligió para protegerlo siempre.

-Eso lo entiendo...

-Entiendes muy poco.

-Ayo por favor, no es un campo de rosas para nadie trabajar con Zemo.-interrumpí.-Incluso cada minimo trago de agua a su lado es amargo.

-Si acaso entienden algo de nuestra deshonra y nuestras penas?

-Claro que lo hago, soy la amiga del rey!.-hablé en su idioma, recordándole que ellas mismas me lo enseñaron.-Honor que gané con sangre y sudor trabajando arduamente y peleando por su tierra y la soberanía de T-challa cuando alguien usurpó el trono. No me habria importado dar la vida en esa batalla ni en ninguna otra. Asi que si! Comprendo.-ella solo me observó dando vueltas alrededor de nosotros. Claramente en el tiempo en que viví en Wakanda, gané los suficientes méritos como para cometer uno que otro pecadillo por ahí y ella lo tenía muy claro.

-8 Horas Stark. Sabes lo que pasará despues.-concedió la mujer, mientras exigia sus perlas electromagnéticas de vuelta. Bucky las colocó en su palma y ella se dio la vuelta llendo en dirección contraria a nosotros.

-Necesito hablar con T-challa...pero no tengo tiempo justo ahora. Lo haré dentro de 7 horas.

-No busquemos problemas, entreguémoslo en la fecha acordada.

-No digo que no lo haré. Me incomoda que hayan venido por él de esta forma.

-Están en su derecho.

-Fue incomodo.-insiti.-Ademas no busco discutir, solo quiero aclarar las cosas. Odio estar en malos terminos con ellos. Me siento como una delincuente. Inculso puede que si lo sea. Trabajo con un criminal.

-Ayo tenía razón en algo. Tu no hiciste nada, fui yo. Si alguien tiene problemas, esa no serás tú.

-Sabes que no es asi. Pero venga! No es tiempo de pensar en ello. Tenemos otras cosas que hacer y poco tiempo, como ya es costumbre.

-Pero si la cosa se complica.-me detuvo del brazo.-Déjame hablar a mi. Yo me haré cargo. Tomaré la responsabilidad que me corresponde.

-Sabes que no soy buena no interviniendo.-negué pensando en mi entrometida personalidad. Desde niña fui educada para solucionar problemas.

-Confía en mi por esta vez. Puedo con ello.

-Vale. Supongo que es la costumbre de hacerlo todo yo misma.-reí con sencillez, nerviosa al sentir las manos atadas.-Papá solía hacer lo mismo.-expliqué mientras caminábamos de regreso las pocas cuadras al hotel.-Uff! Se siente bien delegar responsabilidades. Un peso menos en mis hombros.

-Lo vez, deberías hacerlo mas seguido.

-Por lo general, la gente pide lo contario. Mi telefono no dejaría de sonar si Viernes no desviara la mayoría de llamadas. Pero a quien engaño? Papá y yo solíamos amar ver el foquito rojo parpadear de los montones de mensajes y llamadas en espera. Compartíamos hobbies muy curiosos.

THE LOST LEGACYWhere stories live. Discover now