Capítulo 12: A mi despacho.

101K 4.3K 185
                                    

[Narra Atenea]

Durante toda la semana no he parado de pensar en mi cita con Alexei.

Mis inseguridades me hacen dudar sobre las verdaderas intenciones del magnate... Si realmente le gustaba o si tan solo era una treta para llevarme a la cama. Sus palabras sonaban sinceras... Pero la mente juega malas pasadas.

Me encuentro en la oficina, en el despacho que tengo junto a mi otro jefe, León. Un hombre de metro ochenta y algo, con el pelo castaño rapado a los lados; ojos verdes anchos con cejas más o menos gruesas, barba recortada y un cuerpo fuerte.

No es un despacho enorme, como el de Alexei... Ni mucho menos. El mío tiene veinte o veinticinco metros cuadrados, creo, la verdad es que calcular espacios no es lo mío...

Tecleo en mi portátil, concentrada en el informe que debo redactar para esta tarde. Por suerte, como llevo años escribiendo y utilizando ordenadores, no tengo que observar y localizar cada tecla ya que con el tiempo he sido capaz de escribir mirando directamente a la pantalla del ordenador.

De pronto, la puerta de mi despacho se abre y León entra:

— Buenos días, Atenea. ¿Tienes el informe terminado?

— Estoy a punto de acabarlo. Me falta revisar que todo esté en orden.

— ¿Tienes alguna duda con el informe?

— De hecho, sí — respondo sentada en mi silla giratoria azul oscura.

Lo bueno de tener un superior como él, amigable, tranquilo y comprensivo; es que puedo preguntarle sin miedo cualquier duda que tenga y pedirle consejos profesionales.

León se acerca a mí, apoya ambas manos en el escritorio, quedando yo entre medias.

— Dime, ¿qué duda tienes? — Su rostro está muy cerca del mío. Puedo notar su cálido aliento con sabor a menta rozar mi cuello.

— Es-es sobre el tipo. Es decir, si debo archivarlo con los demás o ponerlo a parte — respondo nerviosa por la cercanía de su cuerpo.

— Ponlo con el resto, su contenido es medianamente parecido, así que no lo separes.

— Vale... Gracias — esbozo una sonrisa fugaz y nerviosa.

— Buen trabajo... — dice en casi un susurro a centímetros de mi oído.

Sin previo aviso, la puerta vuelve a abrirse.

¿Acaso mi despacho es una sala de reuniones o algo parecido? Joder, entra más gente en él que en una discoteca un viernes por la noche.

Esta vez es Alexei, quien nos mira con el ceño fruncido y los brazos cruzados. Parece que aprieta sus dientes por el leve movimiento de su mandíbula cuando analiza con detenimiento la cercanía del cuerpo de León con el mío.

— Atenea, ¿puedo hablar contigo? — pregunta con una expresión totalmente seria que me produce escalofríos.

Algo me dice que estoy en problemas...

— Cla-claro. — Me levanto de mi asiento, a la vez que me despido de León con una pequeña sonrisa. Me acerco a Alexei con las mejillas totalmente rojas. Sus ojos azules parecen analizar los míos, para luego darse cuenta de mis mejillas enrojecidas, mirar con desafío a León y luego volver a poner sus ojos sobre mí.

— A mi despacho. Ahora.

Sí. Definitivamente estoy en problemas.

Toca rezar por mi pobre alma... 

Eres mía - LR - (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora