Capítulo 10: Verde.

98.3K 4.3K 124
                                    

[Narra Alexei]

— Lo he pasado genial — dice Atenea con su angelical y suave voz. En su hermoso rostro hay dibujada una pequeña aunque feliz sonrisa, una sonrisa que acelera mi corazón de nuevo y que me hace perder la tranquilidad que reinaba en mi hasta hace unos pocos segundos.

— Yo también... — Me rasco la nuca con nerviosismo, cuál adolescente en su primera cita.

Esta mujer altera cada parte de mi ser...

— ¿Me permites llevarte a casa? — Le pregunto al mismo tiempo que señalo mi coche.

Lo que sea con tal de pasar más tiempo a su lado.

— Claro... Gracias, Alexei.

Gospodi... Jamás pensé que mi nombre pudiera sonar tan bien al salir de los labios de otra persona. Su nombre saliendo de los labios de Atenea hace que cada célula de mi ser tiemble...

Caminamos hasta el coche. De la misma manera que hice cuando recogí a Atenea de sus clases, yo abro la puerta del copiloto para que ella entre, y así yo hacerlo después.

Durante el camino de vuelta no paramos de hablar y reír, al igual que lo hemos hecho durante la cena.

Es tan agradable pasar tiempo con ella...

Atenea es capaz de hacerme olvidar el mundo en el que vivo con solo una sonrisa suya. Cuando no se siente cohibida o con demasiada vergüenza, es una mujer llena de anécdotas y risas. Es una mujer maravillosa, llena de alegría y vida.

Sin ser consciente de cómo el tiempo transcurre, detengo el coche frente al bloque de apartamentos en el que ella vive, una imagen que yo ya conocía.

Cuando vi por primera vez la foto de Atenea en aquella carpeta, mandé a varios miembros de mi equipo investigar todo sobre ella...

Averigüe que vive con su mejor amiga, Ava Arlet. Sus colores favoritos son el verde y el negro. Es la mejor alumna de su promoción, odia las matemáticas y ha dedicado mucha parte de su tiempo libre realizando voluntariados, impartiendo clases particulares gratis... Averigüé todo lo posible sobre ella, y sin embargo, hay algo sobre lo que no consigo encontrar información... Su familia.

Debo admitir que eso incrementa con creces mi curiosidad sobre Atenea.

Da la impresión de que estuviese sola en el mundo...

Lo normal es que, independientemente del tipo de relación que tengas con tus familiares o gente cercana, haya algún tipo de dato sobre ellos, pero con Atenea... Nada, solo su mejor amiga Ava aparece como persona más cercana.

— Gracias de nuevo — me dice con una sonrisa magnética. Sus ojos rasgados están fijos en los míos. Sin embargo, mis ojos luchan por no desviar la mirada hacia sus labios, carnosos y aparentemente dulces... Quiero besarla, ahora mismo. Tenerla para mí y nadie más... La tentación resulta insoportable.

No te apresures...

Si quiero que esto salga bien... Debo reprimir mis impulsos y esperar a que esté preparada...

Le sonrío y acaricio suavemente su barbilla con mi pulgar derecho.

Su piel es tan suave... casi como la seda...

— Buenas noches, Alexei. — Ella me muestra una última sonrisa, abre la puerta del coche y se marcha.

Cuando Atenea abandona el vehículo, una fría sensación repleta de soledad se hace presente a mi alrededor, provocando una ligera sensación de pesadumbre en mi ser.

Contener las ganas que tengo de hacer todo con ella es difícil. Reprimir los impulsos, el deseo, la tentación...

Esto está resultando más difícil de lo que pensaba.

Arranco de nuevo el coche al mismo tiempo que un pesado suspiro abandona mis labios, y entonces, conduzco de vuelta a mi residencia, la cual se encuentra más o menos a media hora del edificio de apartamentos en el que vive Atenea.

En mi mente se reproduce cada sonrisa, cada risa, cada mirada, cada cosa sobre ella que me ha contado... Como si reproducir cada detalle en mi mente fuera una pizca de éxtasis del que cada gota tiene un sabor más y más dulce. 

Ver a Atenea es como un chute de adrenalina: un subidón al principio, pero cuando ella se marcha, la sensación es decadente. No paro de preguntarme cuándo será el próximo momento en el que yo vuelva a verla: mañana, pasado, en una semana... 

Una de las muchas cosas que odio es la incertidumbre, el desconocimiento, la ignorancia... No me gusta no saber qué va a ser lo próximo, cuál va a ser el próximo paso... En la incertidumbre hay un margen de error, y los errores, en el noventa y nueve por ciento de los casos, nunca lleva a nada bueno.

Por eso mismo siempre procuro tener todo calculado. No obstante, eso no significa que sea un obseso del control... No, al menos a ese nivel no... O por lo menos que yo lo considere de esa manera.

Eres mía - LR - (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora