Capítulo 20: Solos

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Mikasa POV:

Eren miraba fijamente a la mesa, por más que intentaba deducir lo que estaba pensando, no lo lograba, desde que llegamos a su casa había estado bastante raro, bueno, desde que hablamos con Carla sobre el sueño que tuvo, seguía sin poder creer que había despertado.

Solo estabamos Zeke, Eren y yo, Grisha decidió quedarse en el hospital a cuidar a Carla y a estar al pendiente de ella; Zeke había pedido una pizza para que cenaramos pues ninguno había comido y habíamos estado toda la tarde en el hospital.

Estar sentados los 3 esperando a que trajeran el pedido me hizo recordar a cuando estábamos más pequeños, Eren siempre se enojaba cuando Zeke le ganaba la pieza más grande de pizza, yo me reía mientras le ayudaba a Carla a poner los vasos; recordarlo me ponía muy nostalgica, esos pequeños momentos me hacían olvidar el dolor de no tener a mis padres.

Después de cenar le entró una llamada a Zeke, era Grisha, no era nada grave, solo quería que le llevara algunas prendas de ropa pues obviamente en el apuro de llegar a ver a Carla.

Nos quedamos solos...

Eren: ¿Quieres hacer algo?

Mikasa: mmmm no sé.

Eren: ¡ya sé! veamos una película de terror.

Sonaba bastante entusiasta; aunque las películas de terror me resultaban un poco aburridas accedí, más que nada por qué ya era tarde y no quería dejar a Eren solo después de lo de Carla.

Pusimos la película y como hacía un poco de frío Eren fue por unas mantas a su cuarto, cuando regresó se sentó al lado mío, había elegido una  película llamada "actividad paranormal" , los efectos especiales estaban muy malos, solo me reía.

Durante una escena, Eren saltó de miedo y yo empecé a reírme de él, volteó a verme y una sonrisa tierna apareció en su rostro, mientras terminaba de recuperar el aire él secó las pequeñas lagrimas que salían de mis ojos, nuestras miradas se encontraron y mi corazón latía con tanta fuerza que pensé que se iba a detener.

Me tomó lentamente por la cintura y me besó, el sabor de sus labios era tan delicioso, antes de que pudiera reaccionar bajó sus manos hacia mis muslos y me cargó hacia su habitación, le puso seguro a la puerta, nuestros besos se hacían cada vez más largos y nuestras respiraciones se aceleraban.

Se sentó en el borde de la cama y yo estaba encima de él, mientras pasaba sus manos por mis muslos yo lo acercaba a mí tomando su cabello, sentía como la temperatura de mi cuerpo aumentaba cada vez más, Eren desabrochó mi pantalón con una mano y lo bajó lentamente, el rose de sus manos frías con mi piel hizo que se me erizara la espalda  y un pequeño gemido saliera de mi persona.

Desabroche su camisa y dejé expuesto su torso; sus músculos marcados, su aroma, sus besos, todo hacía que me excitara cada vez más, subió sus manos por mi espalda y me desabrochó el brasier, de ahí pasó a mis pechos y empezó a masajearlos, mis pezones se ponían cada vez más duros y yo cada vez más mojada.

Pasé mis manos por el pantalón de Eren y sobaba su intimidad.

Eren pasó de mis senos hacia mi entrepierna, sus dedos rozaron mis pantis y se sentía muy bien, metió su mano y comenzó a masturbarme.

Me quité la camisa y  quedé casi desnuda ante él, su mirada se iluminó, me acostó en la cama, sus labios dejaban suaves besos en mi piel y subían poco a poco, cuando llegó a mi entrepierna me arrebato el panti, siguió hasta llegar a mis labios, sentía lo duro que estaba, sin avisar me penetró, empezó lento y un poco suave, pero iba aumentando la velocidad y cada una de sus embestidas hacia que olas de excitación y placer recorrieran cada uno de mis nervios.

Su voz gimiendo mi nombre hacía que me prendiera más y que yo comenzara a gemir el suyo, sentía mi abdomen bajo caliente, mis piernas se tensaron y simplemente llegué al orgasmo.

El continuaba y yo luchaba por mantenerme consciente, no me quejo, se sentía muy bien, decidí cambiar de lugar y ahora yo estaba arriba, mis caderas se movían hacia delante y hacia atrás, disfrutaba ver la cara de Eren, fruncía un poco el ceño y eso se me hacía tierno, me movía cada vez más rápido y entonces, se vino dentro de mí.

Terminamos acostados uno al lado del otro, estuvimos así por un momento, los dos viendo hacia el techo acompañados de un silencio para nada incómodo, más bien, procesando lo que acababa de pasar.

El timbre de la puerta empezó a sonar, ¿Cómo se nos pudo olvidar la existencia de Zeke? corrí al baño, me limpie y me vestí, cuando salí Eren ya había salido del cuarto.

Zeke: Volví...

Podría asegurar que no estaba juzgando con la mirada y ¿Quién no lo haría? los dos estábamos despeinados y con la respiración agitada, muy cardiaco el asunto.


Falling againWhere stories live. Discover now