— No lo sé. Me lo dio Rosita. — lo observé jugar con el arma. — Oye, cuidado, no te vayas a cortar. — le advertí. — No quiero regresarte a tu padre en partes. — bromeé. — Me mataría.

— No te mataría. — dejó el gran cuchillo en la mesa otra vez.

— Oh, sí la mataría. — Maggie estuvo de mi lado.

— ¿Ves? — le dije al niño. — Cuando te fugaste aquella vez, casi termino con una bala en la cabeza.

— No puede ser cierto.— negó con una pequeña sonrisa, sin creerme.

— Bien.— le sonreí traviesa. — Porque Rick me amenazó en juego.

— De acuerdo, sí, mi padre lo haría. — se rindió.

— Gracias.— acomodé su sombrero por haberme dado la razón.

El auto pasó por encima de algo y nos elevamos un poco.

Caminante en el camino. — aclaró Abraham.

—¿Por qué estamos cerca de unos depósitos? — Fruncí mi ceño al escuchar a Noah y me asomé a la ventana.

— Están cerca de la ruta a la que vamos. — Carol caminó hacia nosotros desde la cabina.

Me levanté del asiento y caminé hacia el frente, para tener una mejor visibilidad. Abraham apagó las luces del vehículo y ordenó que apagaran también las del interior, quedando completamente a oscuras.

— Miren eso.— Daryl señaló un grupo de caminantes que rodeaba un auto.— Ahí debe haber un animal. Un perro o un conejo.

— No es algo, es alguien.— entrecerré mis ojos para ver mejor.

¡Ayuda! ¡Alguien, por favor! — alcancé a ver a un hombre de cabellos rubios.

Tomé rápidamente el machete y bajé del auto, con Daryl, Abraham y Maggie. Eliminamos a los caminantes y el pelirrojo se encargó de sacar al hombre hasta un lugar visible.

— Gracias a Dios.— nos sonrió, pero dejó de hacerlo al ver que lo apuntábamos con nuestras armas.

— ¿Tú disparaste la bengala? — Daryl lo miró por sobre su ballesta.

— Sí, sí. — nos observó a los cuatro.

— Conoces a Aaron.— afirmé. — Vendrá por la señal, ¿no?

— Eso espero.-
— sus ojos vieron mi arma con cierto temor.

— Creo que tiene el tobillo roto.— Maggie fue la primera en acercarse al hombre.— ¿Cómo te llamas?

— Soy Eric. — hizo una mueca cuando la mujer de ojos verdosos tocó su pie.

Con desconfianza y sin dejar de mirar al tal Eric, me acuclillé para tener una vista cercana de su pie.

— Definitivamente está fracturado.— le avisé a los demás.

— Tenemos que ayudarlo.

— Maggie...— comenzó Daryl.

— Está herido y, hasta donde sabemos, nadie más que nosotros puede ayudarlo.— insistió y me miró, pidiéndome ayuda.— Tú puedes vendarlo o acomodarlo, yo que sé.

𝐋𝐎𝐘𝐀𝐋𝐓𝐘 || 𝙳𝚊𝚛𝚢𝚕 𝙳. /𝙽𝚎𝚐𝚊𝚗 𝚂.Where stories live. Discover now