Debería de comenzar a decidir a que universidad quiero ir o al menos a que me quiero dedicar, siempre me ha gustado bailar, escribir y cantar pero mis padres no saben nada de esto ni siquiera recuerdo si les conté que me gustaría estudiar en Australia.

En cuanto llegamos al parque de bolas Samy y Lyra comienzan a descalzarse para poder adentrarse en el parque. El parque es pequeño y hay una diminuta cafetería con unas mesas adorables a la que me dirijo, desde aquí puedo controlar todo lo que hacen y a la vez pensar en la forma en la que quiero presentar la canción que he escogido al equipo, la canción está clara será Haz de luz, Rayden.  Me gustaría hacer algo parecido al videoclip pero dándole una perspectiva diferente ya que sería muy difícil que de un momento para otro las animadoras y futbolistas se hicieran actores.

Tras unas horas nos fuimos del parque de bolas ya que tenía que hacer la cena y antes de ello pasear a los perros, cuando llegué se encontraban en el comedor Zach y Ilkay hablando. Me acerqué hacia ellos mientras mandaba a Lyra y Samy ponerse el pijama.

Ilkay nunca había venido a mi casa de imprevisto, y mucho menos si no estaba el resto del grupo junto a nosotros. 

-No sabía que ibas a venir.-Dije mirando a Ilkay, para después dirigir mi mirada hacia mi hermano,-Tampoco sabía que ibas a llegar tan pronto, tenía pensado hacer la cena y pasear a los perros con las peques pero si estas aquí podrías hacerla tú mientras yo paseo a los perros y ellas se ponen el pijama, intenta que se preparen la mochila. ¡Ah! Y los deberes ya los tienen hechos. Voy a pasear a los perrros ahora vuelvo. 

Zach ya parecía querer tirarse del pelo cuando estaba saliendo de la casa.

-Espera, te acompaño.-Dice Ilkay antes de que pueda cruzar el umbral de la puerta.

Maldecí hacia mis adentros, hoy me apetecía subir la colina necesito algo de tiempo para mí y mis comidas de cabeza aunque parece que hoy no es el día.

Ilkay se ofreció a llevar a uno de los perros y sin darle tiempo a elegir le di a Alger, pareció confuso pero tras explicarle los problemas que tiene Older con la socialización asintió con la cabeza sin darle mayor importancia.

-¿Por qué has venido a mi casa? ¿A pasado algo?-Digo tranquilamente.

-No, simplemente me encontré a tu hermano volviendo a casa y me invitó a pasar un rato con vosotros.

-Me alegro de que os llevéis mejor.-Digo sinceramente.

-No fue su culpa lo que pasó aquel día.-Parece culpable cuando lo dice.

-Todavía no me has contado esas horribles razones que os llevaron a esa terrible discusión.-Digo acordándome. Mi voz tiene un ligero tono de burla.

-Tienes razón, es la tercera vez que hablamos de esto.

-Entonces no te hagas de rogar y suéltalo ya.-Se me escapa una sonrisa.

-Quizás debería dejarte con  la duda para mantener el misterio, si no recuerdo mal es algo que a ti se te da muy bien.-Dice fingiendo pensar.

Le doy un empujón juguetón a lo que él suspira y comienza con la historia.

-El día de la fiesta nos contaron que uno de los novatos había puesto ketamina en varios vasos.

Directo y al grano, di que sí.

La sonrisa se me borra al instante, yo estuve sirviendo bebidas en la fiesta y no noté nada extraño en ellas aunque tampoco me fije lo suficiente para decirlo con total certeza.

-En cuanto nos enteramos quisimos saber quien era el imbécil que había hecho algo así, nos dijeron que había sido tu hermano entonces fue cuando pasó todo, luego apareciste tú y ya sabes como terminó.

Sueños quebrados Where stories live. Discover now